La frase que da título a esta opinión, es inolvidable para mi esposa y yo, la decía una dama que mensualmente iba a nuestro apartamento, por una circunstancia ineludible de compromiso adquirido. Revolucionarios como somos, cada vez que llegaba la fecha de la visita por la señora opositora, que tiene aaaaaños de amargura en su comportamiento político, hacíamos de tripas corazón para no involucrarnos en sus descalificaciones contra Chávez y esos chavistas…. Fue al intensificarse la desaparición de alimentos en anaqueles y neveras, en el gobierno de Nicolás Maduro, que nos dijo "no importa que los cobren en dólares si quieren, pero que aparezcan…". Guardábamos cordial discreción y asentíamos con la cabeza ante sus planteamientos, "ligando" se despidiera lo más pronto posible…
Vemos poco a la respetada señora, habida cuenta que tuvo fin el compromiso de su visita mensual, sin embargo cuando la hemos encontrado en la calle insiste en atosigarnos con cantaletas contrarrevolucionarias, cara amarrada, sufriente, pesimista, quejosa, descalificadora, etc., día a día buscando mejores precios, ofertas, y le duele estar "pateando calle…", sin acordarse de aquella su frase para descalificar a Chávez y luego a Maduro, ahora hablando sin disimulo contra los comunistas chavistas. No le contestanos, pero en esta neo dolarización salvaje provoca recordarle que así lo propuso en campaña electoral, un opositor de apellido Guanipa apoyado por quienes hoy forman gobierno paralelo, incendian, destruyen, asesinan y jo…roban la circulación normal del pueblo.
La dama cara amarrada tiene hoy lo que anhelaba, aparecieron los productos pero dolarizasos criminalmente, entonces ella culpa a Maduro, no a los que los esconden y roban al pueblo, piden dólares preferenciales desde grandes empresas, no aceptan diálogo, se largan al exterior, solicitan nos invadan, y hablan de transición en democracia representativa, acudiendo a vender su patria. Afortunadamente hay excepciones entre la dirigencia opositora, aunque unos no se atreven a opinar porque los descalifican miserablemente con insultos por las redes de la disociación, descalifican la familia, los amenazan de muerte, y piden un gobierno derrocar un "dictador", electo y reelecto por el mismo Consejo Nacional Electoral que les reconoce sus escuálidos triunfos.
