Este 23 de enero el imperialismo norteamericano ha vuelto a colocarse abiertamente contra la independencia de Venezuela como país y en contra del derecho democrático del pueblo de elegir sus propios dirigentes, dictando las órdenes que quiere que se cumplan para defender sus intereses y no los del pueblo de Venezuela; ha dicho que solo reconoce a un presidente a su medida y no a un Maduro que se mueve entre varias aen el campo internacional.
Trump, como amo imperial dirigiéndose a un h, ha declarado de frente y sin cortapisas, que quiere salir de Maduro y utiliza toda su fuerza política internacional para lograr el apoyo de los países del grupo de Lima, más sin alcanzar la tde los países de la OEA.
Trump presiona a fondo, desde el plano internacional y nacional para que sectores de la Fuerza Armada Nacional se pronuncien por la salida "democrática" del chavismo, ante el desprestigio de Maduro, producto de sus políticas económicas que recargan la crisis capitalista sobre los niveles de vida de las masas, que ven destruir años de conquistas reivindicativas y democráticas en beneficio del gran capital financiero internacional y de los monopolios y banqueros nacionales.
Trump, ha decidido sacar a Maduro para terminar de controlar el manejo de las riquezas nacionales, hoy disputadas por sus competidores internacionales y garantizarse así, un mejor abastecimiento que le coloque en una posición de mayor fortaleza frente a esos capitales en los escenarios de guerra que se están preparando a escala planetaria.
Maduro, en discurso, declara la ruptura de las relaciones diplomáticas y políticas con los EEUU y Trump, de manera soberbia y seguro de contar con fuerza suficiente en el plano internacional y también en el nacional, a través de Mike Pompeo, secretario de Estado de EE.UU., le responde en un comunicado que él no tiene autoridad legal para romper relaciones diplomáticas con Washington o para declarar persona no grata a los diplomáticos estadounidenses, puesto que la Asamblea Nacional ha electo un nuevo presidente. Es decir los gringos le plantaron a Maduro la existencia de un Poder paralelo a este y al cual apoyarán en todos los órdenes. Si pasadas las 72 horas que Maduro le dio a los diplomáticos gringos para irse del país, estos desacatan la orden y no muestra la fuerza para hacer cumplir la misma, es un hecho que el gobierno está caído, pues demuestra no tener la fuerza para enfrentar a quién dice que el presidente de la República es el diputado Juan Guaidó. Si Maduro hace valer su orden de retiro de los diplomáticos del país, se abre una nueva fase en la crisis política en el país que requerirá algo más que declaraciones antiimperialistas. Requerirá acciones que le resten la fuerza económica, política y social con la que cuenta hoy el imperialismo en territorio nacional y le ganen apoyo activo del proletariado y pueblos del mundo.
Las tareas que tenemos enfrente el proletariado, el pueblo venezolano y todas las fuerzas consecuentemente antiimperialistas y democráticas del país para restarle total fuerza al imperio y sus aliados nacionales son de gigantescas dimensiones, como son la expropiación de los monopolios, la banca y la instauración del monopolio del comercio exterior, es la aplicación del control obrero de la producción y la comercialización de bienes, es la negativa de seguir cancelando una deuda externa que nos ata a los dictámenes del capital financiero internacional, es la construcción de organismos de poder democrático obrero y popular, que determinen las orientaciones gubernamentales, basados en la fuerza de verdaderas milicias obreras y populares, que hoy tenemos que exigir sean armadas por Maduro, como lo hicieron los bolcheviques en el año 17 frente al alzamiento del "fascista" Kornilov, al mismo tiempo que llamamos a los soldados conscriptos como trabajadores en uniforme, para que abran los arsenales de los cuarteles, para armar a los trabajadores y a todo el pueblo organizado en milicias, cuyos oficiales sean electos por las bases.
Expresamos serias dudas de que Maduro, Diosdado y los actuales funcionarios y dirigentes del gobierno y del PSUV estén a la altura de las circunstancias por sus eternos coqueteos con el imperio y las transnacionales, a las cuales y como botón de muestra de lo que decimos, se les acaba de entregar el "lomito" de los campos petroleros del lago de Maracaibo en condiciones vergonzosas por antinacionales. Pero si ellos dicen que están dispuestos a tomar medidas para enfrentar al imperialismo y derrotar sus pretensiones de imponernos un presidente a su medida, nosotros estamos dispuestos a luchar junto a todo el que quiera realmente hacerlo, contra el injerencismo yanqui y de cualquier otro imperialismo, hasta alcanzar su plena derrota.
Derrotar al imperialismo requiere la organización y el armamento de todo el pueblo, de milicias basadas en los centros de trabajo y los barrios obreros. Milicias coordinadas por las organizaciones naturales de la clase y armadas por el gobierno, milicias que elijan a sus propios oficiales y que reciban el apoyo técnico militar de personal plenamente capacitado. Creemos firmemente que es la clase obrera y el pueblo organizado en sindicatos, Consejos Comunales, Comunas, etc. la fuerza social determinante que puede presentar batalla consecuente contra las fuerzas del imperialismo y un pretendido gobierno que solo va a profundizar el ataque a las conquistas y derechos de la clase obrera que han sobrevivido a la crisis, empeorando las condiciones de vida y trabajo de nuestro pueblo, hecho demostrado en Chile en los 70, Honduras y Siria en los primeros años del presente siglo y durante la larga historia de intervenciones imperialistas en nuestro continente y todo el mundo. Donde ellos meten la mano, solo lo hacen para saquear países y pueblos, imponiendo dictaduras y gobiernos lacayos a sus intereses. Su apoyo a un gobierno de Guaidó busca culminar la obra de destrucción de nuestras organizaciones obreras y comunales, busca alcanzar uno que esté al servicio de los planes guerreristas imperialistas norteamericanos en la disputa por el reordenamiento del mercado mundial a su favor.
Estamos en una hora difícil, pues durante los últimos años desde las alturas de gobierno se ha venido trabajando para limitar y destruir la capacidad de lucha de nuestro pueblo, se ha tratado, con relativo éxito, de copar las organizaciones de la clase obrera, los campesinos, el movimiento estudiantil y el pueblo en general, pero con todo y eso hemos venido asistiendo a un importante despertar de nuestro pueblo trabajador que se viene expresando en varias miles de luchas, de combates en defensa de nuestro nivel de vida, condiciones de trabajo e importantes derechos democráticos. Pues bien, es hora de encausar toda esa energía que se viene desarrollando y la que se ha acumulado en esta nueva batalla de carácter democrática y antiimperialista y que solo será plenamente victoriosa en la medida que la clase obrera se constituya en su dirección política, una fuerza social independiente del gobierno y los partidos patronales, tanto oficialistas como opositores, con su programa obrero y socialista, con sus propuestas anticapitalistas y socialistas y a través de sus acciones de lucha se construyan organizaciones de poder obrero y popular.
Hacemos un llamado a todas las organizaciones obreras y populares, sean sindicatos, federaciones sindicales, Consejos Comunales y Comunas, Organizaciones estudiantiles y campesinas, a presentar batalla para la derrota del imperialismo, a levantar un programa de demandas que unifiquen nuestras fuerzas, convoquen a la unidad de acción de la clase obrera internacional contra la agresión imperialista y podamos triunfar, destruyendo la fuerza de la cual goza el imperialismo y sus aliados burgueses en nuestro país. No se trata de apoyar a Maduro y su gobierno. Se trata de luchar contra las pretensiones imperiales de imponernos las normas y los dirigentes hechos a su medida, desarrollando nuestra propia organización democrática desde cada centro de trabajo, barrio y urbanización con un programa de combate antimperialista y socialista. Se trata de forjar instancias de Coordinación de esas organizaciones para evitar la dispersión en el combate.
Aparte de convocar a toda la clase obrera y pueblo oprimido de Venezuela, hay que convocar a los obreros de América y el mundo para que se pongan en pie de lucha y rechacen el injerencismo imperialista gringo: hagamos retumbar en el mundo, el viejo pero vigente grito de guerra YANQUI GO HOME.
Llamamos a las organizaciones y a los militantes revolucionarios a unificar fuerzas para impulsar esta lucha desde el seno de la clase obrera y el pueblo. Si el imperialismo vence imponiendo "su gobierno" con o sin disfraz democrático, ello será producto de una dura derrota de la clase obrera y el pueblo y de su capacidad de lucha que ha venido en ascenso. Si el imperialismo coloca "su presidente" será imponiendo sus condiciones que implicarán más hambre, miseria y represión, pues sus planes de estabilidad se basan en un aumento del saqueo de nuestras riquezas y de la explotación y opresión de nuestro pueblo como ya lo están viviendo argentinos y brasileños. Apoyamos nuestro fusil en el hombro de Maduro para combatir al imperialismo y su agentes locales, pero sin dejar de preparar, en la lucha misma, el derrocamiento de este régimen hambreador para imponer un gobierno obrero y socialista.