1. López Obrador lleva en la presidencia de la República sólo 60 días; muchos conformistas tienen confianza en que se logrará más y hay que esperar; pero también señalan que mucho se ha logrado y que algo es algo. Yo por el contrario, estoy perdiendo la paciencia y me es desesperante la lentitud de López Obrador. Pensé que desde la primera semana de gobierno AMLO decretaría la salida inmediata de por lo menos tres mil presos pobres y miserables, y que llenaría las cárceles con delincuentes de "cuello blanco", sobre todo con expresidentes, grandes defraudadores y miles de ladrones de gasolina (jefes y cómplices)
2. Apoyo las conferencias mañaneras donde AMLO demuestra que se las sabe de todas todas, es decir, que tienen muchas ideas e información.; sin embargo muchos lo acusan de que a pesar de tener claro a los políticos verdaderos culpables de la situación de miseria de México no ordena su aprehensión inmediata. Parece ridículo inventar una consulta para determinar si los encarcelan o no; mucho más ridículo y condenable decir que "prefiere olvidar" para seguir adelante. Hay cositas que pueden olvidarse, pero no encarcelar a asesinos y ladrones ricos es traicionar al pueblo mexicano. Por lo menos expropiárseles todas sus riquezas.
3. La realidad es que he leído poemas halagando la importancia de la paciencia, que al parecer viene de paz, de algo religioso; sin embargo a mí se me agota con cierta rapidez a partir de las luchas o batallas que observo y analizo en México y en el mundo. Quizá en mi interior nunca extirpé –desde los 19 años- mi dogma marxista de que al triunfar la revolución cubana en 1959, pronto llegarían las revoluciones de Guatemala, Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia, lugares donde se habían registrado guerrillas. A los 19 años vivía ilusionado pensando en que llegarían noticias de una nueva revolución armada triunfante.
4. Quizá ese terrible dogma me hacía creer lecturas de que en la URSS, en China, en el bloque oriental, había socialismo o por lo menos se caminaba hacia sociedades igualitarias; sin embargo tuve que estudiar en los sesenta el debate chino-soviético, observar los que sucedía en Vietnam, pensar en la revolución cultural china y leer los análisis de los trotskistas, para entender que el socialismo no existía en el mundo, que lo que logró Lenin en la revolución de Rusia y Mao en China, eran sociedades burguesas con capitalismo de Estado, que a pesar de su inmensa voluntad y propaganda, el socialismo estaba aún muy lejos, incluso desvirtuado.
5. México en los sesenta y en los primeros 20 años del siglo XXI, sigue siendo un país del capitalismo clásico explotador. Por primera vez en la historia el gobierno actual de López Obrador nos mantiene con la esperanza y con inicios de gobierno por lograr cambios muy importantes. Sin embargo me preocupa que las esperanzas desaparezcan al ver que los delincuentes de cuello blanco –que son cientos de miles- se burlen de los discursos de AMLO por falta de operatividad. Habrían ya en México 500 encarcelados de cuello blanco, 500 pipas y 500 gasolinerías expropiadas por el gobierno; además de algunas casas operadoras de huachicoleo.
6. Me empieza a parecer esto de huachicoleo como un juego de entretenimiento que puede prolongarse más porque no hay castigo ejemplar. Desde hace casi dos meses escribí que si no se encarcelaba a los expresidentes y se amenazaba con 50 años de cárcel a los que continúen en el negocio, esto no acabaría a pesar de que hay miles de millones de pesos en juego. Pregunto: ¿No se estará desviando a López Obrador de otros asuntos centrales como la reducción de salarios a los de alto nivel y demás? He tenido paciencia durante 60 años, pero parecería algo religioso si no reconozco que muchas cosas están fallando y debo revisar todo de manera crítica. (30/I/19)