El oro negro que tanto precisa el desarrollo capitalista, el petróleo o "estiércol del diablo" como le llamo el venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo fundador de la OPEP en 1960, será la tumba del capitalismo salvaje imperialista estadounidense, un regalo siglo XXI para los pueblos del mundo, amantes de la auténtica libertad. El 2019 acelera el fin de ese imperialismo neo colonizador. Las más desacertadas decisiones anti diplomáticas y torpes, en la historia de los EE UU, las estamos viendo y no son precisamente nada demócratas, se trata de imposiciones por un gobierno obsesionado con el socialismo siglo xxi venezolano bolivariano, medidas que sacrifican al pueblo todo (al nuestro y al de USA), perjudicando el comercio exterior e interno de ambos pueblos. Con el cuento de "sancionar" a quienes catalogan de funcionarios corruptos de la "dictadura de Maduro", fabricaron la noveleta mundial de una "crisis humanitaria" robándonos fondos internacionales y boicoteando compras de alimentos y medicinas, por lo que reciben contundente rechazo mayoritario internacional, desiciones de países en donde sus gobiernos desaprueban la barrabasada ideada en la Casa Blanca, para derrocar el modelo socialista venezolano antimperialista soberano.
Confirmar la indisposición de empresas privadas con las órdenes del Presidente alocado que tiene EE UU, es entendible cuando capitanes de la empresa privada se sinceran. A un entrevistado de Globovisión, por favor no piense que fue en VTV o el Correo del Orinoco, le oí una explicación acerca del daño de las sanciones a Venezuela, porque aparte del propósito político que todos sabemos, perjudica a la industria relacionada con el petróleo y sus derivados. De manera que en análisis sinceros de expertos del sector privado, este venezolano emprendedor y capitalista por sus antecedentes, está claro que es una guerra por el "oro negro" para dominar nuestro territorio bendito, primero del globo terráqueo en reservas petroleras, y porque ocupamos lugares privilegiados al poseer gas, oro, coltán, diamantes, y pare de contar, además de la codiciada H2O. Pretenden que no tengamos derecho a gobernarnos, ni porque hagamos elecciones a cada rato. La vorágine salvaje del dinero decide colocar un gobierno paralelo, presidido por un pelele juramentado en mitin callejero disociado, amenazan invadirnos y "reconstruir la democracia…" al estilo Libia, Siria, Irak y otras metidas de extremidades inferiores, por políticos del rastrero y vil sistema de cierta democracia representativa, amoral e inhumana, que acá pretende volver.