He leído con mucha atención la carta que envía al señor Maduro, pero he reparado más en la parte que concierne a mi profesión militar, y basado en eso parece que usted cree que no sabemos lo que pasa realmente en nuestro país, por lo que no es necesario que ningún familiar no los diga. Con que desparpajo usted y otros como usted nos ofenden a diario y sin embargo, claman por nuestra presencia para que le hagamos el trabajo a quienes nuevamente nos quieren tener para reprimir al pueblo del cual soy parte y lo sufro porque nosotros venimos de allí.
Como usted lo dice, si es cierto que prestamos juramento de defender a la patria y a sus instituciones, y eso implica respetar las leyes y el ordenamiento jurídico de la nación. De nada valdrá que traten de darnos casquillos con eso de que servimos a la defensa de una parcialidad política, no lo creemos así. De hecho, ¿Usted respeta las leyes y el ordenamiento jurídico de la nación? ¿Cómo interpreta la auto juramentación como presidente de quien asumo, goza de su simpatía? ¿Está usted de acuerdo que nosotros recibamos ordenes desde los Estados Unidos? ¿Respeta usted como sacerdote las leyes de Dios o ha pedido ayuda a alguien para darle un golpe al Papa Francisco? ¿Cumple usted con sus funciones eclesiales o se aprovecha de su jerarquía religiosa para atentar en contra de la otra mitad de pueblo que ignora y que está con el gobierno? ¿Está siendo usted justo cuando trata de ignorar al pueblo que está con el presidente o eso no es pueblo? Usted habla en nombre de un pueblo sin saber lo que piensa o mejor dicho si lo sabe. ¡No se haga el loco!
Es cierto que corremos muchos peligros. A diario quienes somos militares los corremos, no sé si los curas lo corren con la misma intensidad. Lo dudo. Sin embargo, desde que mi comandante Chávez fue presidente sentí que las confrontaciones con la iglesia católica tuvieron que ver con sus intereses particulares y personales que fueron tocados y hasta hoy, ustedes buscan apoyo en nosotros, en nuestra ignorancia según lo interpreto de su cantinflerica carta en la cual hace muchos rodeos para decirnos que nos alcemos al gobierno.
Hoy más que nunca, sabemos de dónde venimos. Usted en su carta nos trata como retrasados mentales, tratando de jugar con nuestros miedos; al respecto nos dice: "¿Cómo quedaría la conciencia de ustedes si le dispararan al pueblo, cuándo lo atropellan con el abuso de autoridad?" y trata de asustarnos con el juicio de Dios y, en base a ello, yo le pregunto: ¿Ya usted debe saber cómo es estar desnudo con la conciencia, porque ya Dios debe saber y conocer la carta irrespetuosa que usted dirige al señor Maduro, su presidente, aunque en su corazón y su fe ya debe estar Guaidó?
Yo le prometo que escucharé la voz del pueblo, pero usted también, como la canción escuche la voz de Jesús; como lo refirió José Ignacio Víctor Eyzaguirre, desde tiempos muy remotos, allá por el año 1875, "Nosotros no podemos tener otros combates que los de la fe, ni para combatir por esta, más armas que aquellas que nos dio el salvador... la predicación de la palabra de Dios que destruye todos los errores, la confesión que borra todos los pecados, la enseñanza hecha con palabras y con ejemplos que vence todo género de dificultades: Todo esto nos dejó el salvador como armas para combatir por su fe, por su religión y por su iglesia; y estas son las que debemos llevar en nuestras manos y esgrimir impertérritos, lidiando por los intereses de dios" ¿Eso lo ha hecho usted o se ha dejado llevar por la política?
Finalmente, después de leer su carta quiero dejarle esta reflexión del citado autor para que retome su camino: "Mas no nos hagamos hombres políticos, ni aun a pretexto de parecernos que de tal o cual elección resulta bien para la iglesia; porque este no es repito, sino un pretexto que cobija ordinariamente pasiones mezquinas, aspiraciones personales y mil otros defectos propios de la miseria y debilidad humana. Procedamos siempre como ministros de Cristo y dispensadores de sus bienes eternos, y no nos rebajemos para ensuciar la limpieza de nuestro carácter en intrigas miserables"
Mientras tanto, yo seguiré cumpliendo fielmente con la Constitución y leyes de mi país, para eso juré cuando me hice militar.