Recientemente se cumplieron 200 años del celebre discurso del Libertador ante el Congreso de Angostura, pieza oratoria que demuestra la madurez del estratega de la Libertad Latinoamericana en el intento permanente y contra todos los obstáculos de dar cuerpo y alma a Repúblicas recién nacidas, el genio y la comprensión exacta del tiempo histórico le permitieron dimensionar su rol, el cual desempeño sin otro interés que el de la concreción de la unidad de los pueblos en titánica lucha contra el imperialismo y sus ansias expoliadoras.
Saqueos, despojos, genocidio, exterminio de pueblos originarios, imposición a sangre y fuego de una cultura extraña que termino por cambiar la posibilidad de interpretarnos a nosotros mismos sustituyendo nuestra identidad y adoptando formas y maneras importadas por el invasor, que solo veía en los habitantes de estas tierras seres desalmados que ni siquiera merecían ser considerados seres humanos.
Hoy creemos innecesarios devanarse los sesos para tratar de comprender los ataques por parte del imperio gringo, cuando fácilmente podemos identificar la misma estrategia o conducta que los hace considerar en América Latina su patio trasero y el deposito de materia prima que garantice el funcionamiento de su sistema, irracional, depredador, destructor de la vida en el planeta y generador de conflictos que ponen al borde la existencia misma de la humanidad, todo eso por consideramos inferiores por creerse en la obligación ordenada por Dios de protegernos.
Basta observar el comportamiento de Donald Trump y sus lacayos que solo dan continuidad a sus antecesores, en su concepto de destino manifiesto y sustentadas sus acciones en la doctrina monroe, que los lleva al pensamiento absolutista y la aptitud de gendarme que utiliza cada vez que identifica en la dinámica mundial propuestas emancipadoras y síntomas de auto determinación.
Nuestra lucha por ser libres es transversal a los intentos por dominarnos por parte de los poderes mundiales, cada enfrentamiento en los escenarios de la guerra, de la diplomacia y de la política han resultado en aleccionadores triunfos, en los que el heroísmo, el patriotismo y la dignidad se hacen bandera que ondea firmemente luego de cada episodio.
No pretendamos hacer alarde de nuestra última victoria, pues, no se vencen imperios tan solo con ganar una batalla, el solo hecho de sentirse derrotados los hace más peligroso, debe obrar en nosotros la cautela y la noción del tamaño del enemigo, seguir desarrollando los medios que fortalezcan nuestra capacidad de preservar la soberanía y la integridad territorial es un mandato de la prudencia.
Lograr la estabilidad interna, la satisfacción de necesidades básicas, aplicación del mandato constitucional que hecha bases para la Refundación de la República, garantía en el goce de los derechos ciudadanos, estímulo permanente en el cumplimiento de los sagrados deberes que permita la creación de una subjetividad de Pueblo Libre, del Pensamiento Revolucionario y la transformación de condiciones que hoy se presentan adversas y que solo la unidad nos permitirá enfrentar con la seguridad de triunfar sobre ellas.
En el plano internacional, acudir a la solidaridad de los Pueblos expresada y representada en los Movimientos Sociales, organizaciones Obreras, Feministas, Estudiantiles, Campesinos, Juveniles, y otras, con un planteamiento en el que se precise objetivos políticos-sociales que apunten a construir instancias multilaterales de participación basadas en un nuevo Modo de Vida.
Consideramos que lo apropiado para este momento histórico seria elevar a niveles superiores nuestras aspiraciones y transcender lo existente para darle forma a una Democracia popular a una Soberanía Popular a mecanismos de Participación Directa del Pueblo para el control de decisiones surgidas del Modelo Asambleario, de la Consulta Permanente, de la Socialización, de la Regulación de los Medios de Comunicación, es decir; del Poder Plenipotenciario de los Pueblos Libres y Soberanos de América Latina y el Caribe: CONVOCAR AL PODER CONSTITUYENTE CONTINENTAL
Quienes están en la vanguardia tienen el deber ineludible de oír los clamores de un Pueblo que resiste, de un Pueblo que soporta, de un Pueblo que comprendiendo su papel aspira, reclama, exige de su dirigencia mayores esfuerzos y mayores sacrificios para alcanzar condiciones que hagan cumplir los principios de la Democracia Directa y elegir a quienes demuestren inclinación a mandar obedeciendo, porque estamos seguros de que el tiempo de burguesías, oligarquías, partidocracia, burocracia y todos estos vicios de la herencia colonial tienen sus días contados, lo refleja la REBELIÓN DEL INTELECTO demostrada y en marcha por el PUEBLO ORGANIZADO en disposición militante a tomar el PODER.
Integrantes del C.F.I.
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