Es fácil darse cuenta cuando un Gobierno pierde la calma y se siente acorralado, no coordina sus acciones se vuelve errático por lo tanto al dejarse llevar por sus emociones comete los más grandes errores y se hunde, no hay asesores que puedan controlar a un “gobernante “que está al borde del ocaso.
El 23 de febrero en la frontera fue un reflejo de eso. Por supuesto el madurismo no la tenía fácil, dejar pasar la ayuda humanitaria era una derrota y no dejarla pasar igual los perjudicaba, tenían que escoger cual era el camino menos malo, pero terminaron eligiendo la peor alternativa de reprimir a los voluntarios que estaban prestos a ayudar a que se materializara dicha acción humanitaria. No solo eso incendiaron tres camiones con los insumos y alimentos que se encontraban a bordo, una acción muy grave que de acuerdo a algunas opiniones constituye un delito de lesa humanidad.
Ante una elite tan errática es predecible saber cuál será el próximo paso en falso que darán. Ya Nicolás maduro asomó la posibilidad de encarcelar a Juan Guaido, cuando metieron preso a Leopoldo López la repercusión a nivel internacional fue tremenda, tanto fue la presión y el dolor de cabeza, tuvieron que acceder a darle casa por cárcel. Hay que tomar en cuenta algunas diferencias entre uno y otro, López no tenía el respaldo que tiene el Presidente de la AN y aun así se la complicó al Gobierno, imagínense ustedes el error suicida de poner prisionero a Guaidó cuando tiene el respaldo y reconocimiento de una cantidad nada despreciable de naciones, más a lo interno también cuenta con mucha popularidad. Sería un gran error de cálculo con dimensiones catastróficas para la élite gobernante y la nación, esperemos no escojan el peor camino al igual que el 23 de febrero y lleven la fiesta en paz no tienen mucho margen de maniobra están bastante debilitados, bueno hasta mi próximo articulo mi gente PAZ PARA TODOS.