Acá en Venezuela el que tiene reales, consigue de Cocaína pa´bajo. De hecho de aquí se llevan la Urea y la gasolina, bases fundamentales para la producción de tal alucinógeno, en donde Colombia, es el primer productor del mundo; complicidad de muchos. Por ello tienen toda la plática del mundo para financiar cualquier guerra contra Venezuela.
Si bien esto es cierto, cierto también es que la atmosfera venezolana está suficientemente contaminada para que cualquier "tw" contra el gobierno se haga creíble y esperanzador para un pueblo que en la práctica está siendo agredido en su estómago, en su vestir, en su calzado, en su salud, producto de una agresión mediática y de sanciones internacionales, conjugado, combinado con una mala y pésima practica gubernamental.
La realidad se traduce, que acá en Venezuela, con 100.000 soberanos, no se compra un coño, por el contrario en Cúcuta, se compra el triple. Cosa contraria ocurrió por más de 14 años, en el gobierno chavista, con la gente de Cúcuta, cuando en procesiones de carros, tomaban las carreteras de Cúcuta- San Cristóbal, para comprar barato en los supermercados y tiendas de Venezuela y, hasta hace poco, hasta octubre del 2018, era más barato acá en Venezuela, que en Colombia, de hecho todas las ventas de calle en Cúcuta eran adornados con puros productos venezolanos, llevados por los bachaqueros; igualmente muchos venezolanos no podían, ni pueden comprar, ni aquí, ni allá.
Otra realidad es pensar y creer que la agresión en la frontera venezolana fue provocada por grupos adeptos al gobierno, es claro y diáfano que la provocación la creó, la indujeron los adeptos a Guaidó, aquellos que asumen como esperanza enfermiza a este nuevo loco de los caminos políticos, que bajo el grito de guerra, incitan e incitaban a una intervención armada.
Si bien el 23 de enero, las escaramuzas en los límites de Cúcuta y Táchira, se centraron sobre los puentes sobre el desagüe de cloacas que es hoy el río Táchira, hoy cinco de febrero, otro es el panorama. Y esto no es un cuento que me lo echaron, fue algo que viví al constatar en sitio el drama de miles de venezolanos que cruzan la frontera para abastecerse de productos más baratos y accesibles, y no vamos en carro, como lo hacían los Colombianos, hasta el 2014, cuando venían a abastecerse de Venezuela, no, los venezolanos lo hacemos a pata, como el 7 de agosto de 1819 sobre el río Teatimos o Boyaca, cuando fuimos a liberarlos.
Hasta septiembre del 2018, Los bachaqueros, se llevaban para Colombia, desde la crema de dientes, la crema contra hongos de los pies, hasta la carne en bolsas; medio de vida para sobrevivir, ante el inalcanzable y mísero sueldo que devengamos. Esos eran los que se denominaron hasta hace poco, bachaqueros, ahora estos se trasladaron y se concentraron en la venta de gasolina, aumentando el drama en la consecución de combustible, en donde la Guardia Nacional y efectivos policiales, se hacen su agosto y su diciembre, con complicidad plena y conocimiento del Protector del Táchira y su gente, es decir: PSUV, Constituyentistas, diputados, concejales y demás.
Nombrado el protector del Táchira, acción de muy mal gusto político, para aquellos chavistas que aun creemos en la democracia, aquí no cambio nada. El asunto fue que el hombre fue nombrado por el dedo de Maduro, al igual como se ha nombrado por 20 años la dirección del partido en la región, a excepción de los CLP, que fueron elegidos democráticamente y por ello, fueron invisibilizados y muchos enviciados.
Con este preámbulo, vayámonos sobre lo que sucede en la frontera, estos primeros días de febrero. El panorama es de crisis humana, de miedo, de angustia y de valentía de algunos padres, que atreviéndose a exponer su vida se lanzan a cruzar por trochas, caminos verdes y cloacas del Rio Táchira.
Como zona Xerofítica, el camino es seco, polvoriento en esta época, árboles pequeños de no más de dos metros adornan el transitar del miedo. La Guardia Nacional se concentra resguardada alrededor de la aduana, no se ve un soldado, policía en el camino, que pueda proteger a la gente que en procesión busca el río. Esa procesión, al entrar a campo abierto, se ve de pronto interceptada por un grupo de jóvenes, 18 a 30 años, los cuales manipulan el terror, el miedo, la angustia, la incertidumbre de las familias que se atreven. Estos, ya no son los jóvenes amables, que en las calles de San Antonio te ofrecen, llevarte por 10 mil pesos al otro lado, de repente, se metamorfosean y en todo el camino, te gritan, desafían con sus caras de agresividad, agresividad que aumenta por la pasividad y sumisión de los que marchamos en una procesión, en donde quedarse quieto o morir es la alternativa. Este Cuatro de febrero, día que yo cruce la frontera, los grupos para aumentar la zozobra y la cota, trancan una trocha y abren la otra; por aquí no se asoma el zorro, ni chapulín colorado para protegernos, mucho menos milicianos y menos él protector.
Cuando uno hace un evento deportivo acá en San Cristóbal, debido a la concentración de gente, se pide la colaboración de las autoridades, para seguridad y resguardo de los participantes. Acá en la frontera a media cuadra de la Guardia Nacional, a cuadras de grupos del ejército, miles y miles de venezolanos están a la merced del hampa y las autoridades, posiblemente por falta de direccionalidad, no mueven un dedo para ver, saber que ocurre allí.
Si la gente del PSUV, no lo sabe, les cuento que allí hay especulación, terror, angustia y peligro de muerte de una población que busca rendir los bajos salarios y altos costos de alimentos acá en Venezuela.
No llego a creer, lo que en una reunión con la dirección del partido, los jefes de UBCH, gritaban " el protector lo que vino al Táchira, fue a proteger a un grupo de corruptos del partido, que por 20 años, han hecho y hacen lo bien les viene en gana". Si ello es así, ello explica el porqué de los contenedores, atravesados en el puente Simone Bolívar y la angustia de miles de venezolanos, que solo piden, paso libre por sus puentes.
Liberar los puentes y permitir la idea de Diosdado, cuando en forma inteligente expuso, que no había problema que la gente pasara a lomo, la ayuda humanitaria, que eso quedaba en responsabilidad de cada uno; ahora es el momento. Si quieren dejar los contenedores, póngalos de tal forma, que impida el paso de tanquetas u otros vehículos, pero que permita el paso de nosotros los angustiados, que a riesgo, sin protección del estado, por nuestros hijos, seguiremos cruzando la frontera.
Ello aliviaría las tensiones, desarmaría a los paranoicos de lo "TW", y demostraría que lo promovido por Guaidó, el 23 de enero, con su ayuda humanitaria, fue una bufonada.
De otra manera el mayor aliado del Guaidó por estos lados, es otro y su PSUV.