Para el año 2004, en un informe presentado para el Congreso de los Estados Unidos, preparado para los miembros y comités del congreso por el servicio de investigación, titulado “Vulnerabilidades de la infraestructura eléctrica: Transformadores, torres y terrorismo” se señalaba el incremento de las potenciales amenazas cibernéticas que causaban daños a los servicios eléctricos. De hecho, igualmente se señalaba que, los servicios públicos de energía eléctrica se convertían en objetivos de alto perfil para hackers y ciber vándalos. Se insinuaba en dicho informe, la preocupación de los Estados Unidos por su servicio eléctrico, sobre todo cuando consideraban que países como Corea del norte, Rusia o China a quienes consideraban sus enemigos, podían atacarles, dados sus adelantos en materia cibernética; todo eso en razón de que los ataques cibernéticos a las empresas de electricidad, para esa época, iban en aumento.
Casualmente, a lo que ellos temían entonces, hoy en el marco de una guerra continuada que busca derrocar al presidente constitucional de Venezuela, se ha producido en nuestro país una interrupción importante en nuestra empresa de energía eléctrica como colofón a la secuencia de amenazas que los Estados Unidos a través de sus voceros gubernamentales, incluye al presidente Trump, han venido realizando desde hace aproximadamente 6 años, prácticamente el primer periodo del presidente Maduro y parte del reciente inicio del periodo actual.
Sin dudas, la procedencia del ataque en contra de nuestra empresa de energía eléctrica se conoce de antemano, porque todos los días se nos recuerda que en la mesa de Trump están todas las opciones en contra de Venezuela. Ha sido descarado el proceder casi enfermizo desde el gobierno de los Estados Unidos en relación a amenazarnos diariamente y de paso burlarse del sufrimiento del pueblo. En este último evento, no debe quedar duda de que la opción que utilizó Trump y sus secuaces, esta vez, constituye un ataque terrorista valiéndose del hackeo
Respecto a la interrupción, el apagón generalizado, se debe decir que, supone un alto costo reponer el servicio eléctrico, además de generar pérdidas desde el punto de vista comercial, de los negocios, del funcionamiento de las instituciones públicas y privadas, y lo que concierne a la vida cotidiana. Sin embargo, tal parece que la actuación diligente de los trabajadores de Corpoelec y otras instituciones bajo el mando del presidente de la república, hicieron posible que las consecuencias económicas y sociales de semejante ataque cibernético no fueran mayores, considerando que, según los expertos en el área, “quienes ponen en práctica los ataques terroristas o ciberataques a un país a través de su empresa eléctrica, saben que los apagones que se producen pueden durar semanas y hasta un año, lo que generaría grandes consecuencias negativas en lo económico y social” Esto de por sí, dice mucho, respecto al triunfo que ha logrado el gobierno, según mi criterio y atendiendo a la opinión de los expertos.
Lo que queda claro ante la situación vivida por el pueblo venezolano, es que la opción del ciberataque al sistema eléctrico constituye un nuevo fracaso en el intento de Washington por derrocar a un presidente constitucional; pero sin embargo constituye una alerta que implica que el Estado venezolano debe aumentar su seguridad cibernética como respuesta a las amenazas frecuentes de quienes están interesados en crear el caos en el país, para obtener ganancias políticas.
Referencia
Amy Abel; Paul W. Parfomak y Dana A. Shea(2004) Vulnerabilidades de la infraestructura eléctrica: Transformadores, torres y terrorismo. Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos. Traducción Google. Ingles/Español.