En Venezuela la oposición siempre ha tenido como estrategia hacer creer con la ayuda de la canalla mediática, que metiendo a la cárcel a los cabecillas de los terrorista "se nos viene el mundo encima", todo con la finalidad de que sigan libres y cometiendo delitos, principalmente, los hampones de las organizaciones terroristas Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, y otros pequeños grupos que no valen la pena ni mencionar; prácticamente son desconocidos entre la lista de partidos políticos, y sus dirigentes ni aparecen y creo que jamás aparecerán en el ranquin. Son prácticamente un cero a la izquierda.
El primer caso que podemos analizar es el de Manuel Rosales, delincuente vinculado al paramilitarismo de Alvaro Uribe Vélez, famoso por saltar de maestro de escuela a la Alcaldía de Maracaibo y a la Gobernación de Zulia, donde robo tanto y acumuló tantas riquezas, que compró a través de testaferros, 11 haciendas en el Sur del Lago.
A simple vista, en Zulia Rosales despuntaba como líder único e invencible, se jactaba de llenar la calle 72 de Maracaibo; lo que la gente desconocía era que en sus concentraciones jugaban un papel fundamental los medios de comunicación social que, si fallaban en la rigurosa publicidad del evento, los reporteros gráficos se encargaban en la computadora de rellenar los espacios en blanco de las fotos, que copaban al día siguiente las primeras páginas de los periódicos.
En apariencia un líder blindado con todos esos seguidores, pero se metió con "El Gigante Chávez". Rosales envalentonado, creyéndose amo y señor de Zulia, le filtró un evento en el municipio Mara y, la seguridad presidencial precisó a los intrusos y los detuvo. Más tarde, El Comandante Eterno en otro evento en la Plaza de Toros, ofendido y con razón, lo llamó desgraciado y le dijo palabras más, palabas menos: Vamos a ver quién está más tiempo en el poder.
Después de un proceso tal cual establece la ley, al paraco Manuel Rosales lo encarcelaron por ladrón y, para asombro de muchos, no ocurrió nada. Ese montón de gente que lo seguía y aparentaba dar la vida por él se esfumó, y se esfumó, porque ese apoyo era una mentira, un apoyo inflado por los medios de comunicación social, el dinero y las argucias de la derecha bandolera y golpista.
Luego les puedo citar el caso de Leopoldo López. Este terrorista llenaba de "seguidores" calles enteras en Caracas, cuyas fotos le daban la vuelta al mundo, e igualmente los medios de comunicación lo erigían como un ser superior a los demás, y ese cuento se lo "clavaron" a Venezuela hasta que él mismo se entregó a la justicia y tampoco ocurrió nada.
El olvido de este delincuente fue tan grande que tuvo que apelar a su esposa Lilian Tintori, y entre ambos organizaban, desde la cárcel, escándalos de "Padre Nuestro y Señor Mío", que echaban a rodar por Venezuela y el mundo con los golpistas cómplices que tienen dentro de los organismos multilaterales, dependencias de derechos humanos, todos arrastrados al psicópata Donald Trump, el mayor infanticida del planeta.
A cada momento, el terrorista López salía con un celular en la mano denunciando que no le llevaban la leche del gato, que le trajeron el pollo sin papitas fritas, que no soportaba más esa crueldad, una tortura de esa naturaleza, pero nada, no pudieron, qué le podía importar a la mayoría que un hampón estuviera donde debería estar: en la cárcel. Y viendo que ya nadie se acordaba de él, tuvieron que intentar un golpe de estado el 30 de abril, para que huyera de su casa, donde finalmente pagaba condena.
Otro hampón: Freddy Guevara. Ese también "daba miedo" por la cantidad de gente que acudía a su llamado. Y ahí lo tienen escondido en la embajada de Chile sin que alguien lo recuerde, a veces sale aprovechando la coyuntura golpista actual y ni así, la gente no le hace caso. Es como si nunca hubiese existido.
Ahora la Asamblea Nacional Constituyente acogiéndose a una medida del Tribunal Supremo de Justicia, ordenó allanarle la inmunidad parlamentaria a un grupo de diputados delincuentes de la Asamblea Nacional en desacato, que participaron en ese intento de golpe de estado de la basura Juan Guaidó y, en un principio, la gente creyó que nos iba a "comer la bruja". Allí están casi todos huyendo como ratas, menos Ramos Allup que, según comentan, pese a sus intentos de huir, no lo quieren en ningún ancianato del país, en todo caso, tampoco ocurrió nada.
Y la misma situación se tendría si meten preso a Guaidó, mercenario a sueldo del imperio gringo, no ocurre nada. Y no sucede, porque ninguno de estos delincuentes que aprovechando la política han pretendido elevare como líderes, son líderes de verdad.
Rosales pese a ser un hombre de pueblo, es hechura de los medios de comunicación que, además, llegó a la Alcaldía de Maracaibo para robar y se olvidó de su gente, mientras les daba migajas a las comunidades, él se quedaba con la gran tajada, así compró sus haciendas.
El caso de los terroristas Guaidó y López es peor, porque estos fueron fabricados por los gringos con apoyo de los medios de comunicación, porque es que, en Venezuela, durante la IV República, Presidente era el candidato que apuntalaban los poderosos, entre ellos, los propietarios de periódicos. Y desde Chávez eso no es así, eso cambió, pero lamentablemente esa estrategia aún prevalece en la oposición golpista venezolana.
Encima de tal situación, los terroristas que fungen como líderes de la oposición tienen que seguir el libreto de los gringos, que es un libreto sustentado en la violencia y alejado del bienestar del pueblo. A lo primero que apelan los asesinos del imperio norteamericano es al recorte del gasto social, buscan subir la edad del beneficio de la pensión. Y la entregan a los ancianos ya casi en circunstancias de muerte, si es que antes no han fallecido.
Se debe tener en cuenta también, que es demasiado el odio que en el mundo les tienen a los gringos por criminales. El acercamiento a ese imperio produce nauseas, rechazo en los seres humanos, más con el psicópata Donald Trump, que se ha convertido en el mayor infanticida del planeta.
Otro aspecto es que el pueblo de Venezuela a través de la historia es un pueblo guerrero, con dignidad, no se le arrastra a nadie, y las basuras de Guaidó y López y toda esa dirigencia putrefacta de VP, PJ, UNT y AD tienen un postgrado en servilismo.
Llegan al colmo de la indignidad de pedirle a una fuerza militar extranjera que nos invada. Eso no lo asume el pueblo de Bolívar, el más grande hombre de América que libertó cinco naciones. De esa manera los golpistas no se identifican con su gente, se identifican con sus amos del norte, no con los venezolanos que los terminan odiando por rastreros y vendepatrias.
Pero, en suma, la oposición de Chávez para acá, no ha tenido un líder de verdad. Si quieren saber lo que es un líder de verdad, analicen el caso del Comandante Eterno, un hombre del pueblo por y para el pueblo; lo tumbaron y la gente se lanzó a la calle de manera espontanea a rescatarlo dispuesta a dar la vida por él, y lo rescató, tuvieron que traerlo vivito y coleando.