El proceso de sujeción e inducción de la clase media no es un fenómeno surgido a partir del irrumpimiento de Hugo Chávez a la escena política venezolana, ha sido y es producto ideológico del sistema capitalista, no es un secreto para nadie la vulnerabilidad de la denominada clase media en el espectro político no solo nacional sino allende fronteras, eso explica en el pasado la “alternabilidad” en las elecciones de la cuarta república, puesto que en el fondo en la oferta electoral no se tocaba la esencia del ser de una clase, no se tocaba para nada, la existencia de un sistema que los devoraba pero que a su vez les ofrecía la oportunidad del “éxito” burgués, fundamentalmente a través del estudio y la oportunidad que este les ofrecía.
De esta manera lo veían y lo siguen sujetando, con una gran diferencia en la actualidad, que Chávez introdujo la confrontación lejos de la concepción de la izquierda tradicional y ante lo cual han visto amenazadas las prebendas y “oportunidades” de ascenso en la escala social, nos quitarán lo que no tenemos desde el punto de vista material es un pensamiento interno aunque pocas veces lo manifiestan en público, sin olvidarse que el verdadero robo que propone el gobierno revolucionario parte del principio de la sujeción al estilo de vida norteamericano que tanto daño les hace que les impiden ver el techo de ese ascenso.
Quebrar esa dependencia artificial debe ser una proposición seria y científica, para ello, consideramos debe construirse una misión que lejos de la aplicación del aspecto político propiamente dicho vaya más allá, entre lo sicológico y lo existencial, entre lo humano y lo divino, que toque la fibra del querer ser y lo convierta en ser y no en tener. El panorama de ascenso de una clase social determinada viene dada por la certeza que la apuntale, por ejemplo, la política de inclusión social ofrece la posibilidad a través de la asunción del poder popular, otorgándole oportunidades que antes no existían, sacarlos de la miseria material y espiritual y convertirlos en dueños de su propio destino con herramientas del conocimiento para la vida y para el trabajo.
La Misión Clase Media debe verse con seriedad y una necesidad no electoral bajo el concepto de la inclusión social dados los nuevos parámetros y exigencias de protagonismo. La existencia del ascenso social es inherente al ser humano, no debe verse como el enemigo a vencer, por el contrario, debe ser un proceso equitativo y el elemento más importante es el conocimiento de ser la clase en si y no propiamente de clase para si. Este planteamiento histórico refleja la necesidad de combatir los influjos que el sistema capitalista ha producido desde siempre y conllevaría a despejar dudas acerca del papel de la clase media.
No estamos de acuerdo en que no hay remedio para curar la enfermedad de lo que se ha denominado en nuestro caso “ escualidismo más estupidismo”, por el contrario tratándose de individuos de probada inteligencia pero de excesiva irracionalidad política y social, debemos proponernos construir una política dirigida a hurgar esa realidad, dándole duro a lo irracional para luego que el proceso de indución sea posible convertirlo en otra realidad que los incorpore a los conceptos de solidaridad, con un rompimiento del egoísmo y el individualismo características propias de la clase media, impulsados generalmente por la competencia del éxito a alcanzar.
El fin ulterior de esta misión es hacer de Venezuela un bastión frontal contra las miserias del capitalismo neoliberal y ofrecer la oportunidad de desarrollo económico, social y político a un buen número de venezolanos que no tienen otra cosa que defender que no sea a lo que aspiran ser bajo el lema del tener por tener. Es importante destacar que no toda la clase media es susceptible de ser aprehendida bajo esta política, en realidad si hay grupos de tendencia irreversible pero que no representan más del 8% de esta clase social.
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