Alarma, verdadera alarma en el espíritu, me produjo oír una dama quien le dijo a su acompañante, "sí vale, ella murió, y si hubiera sabido lo que iban cobrar por el velatorio, no la hubiera velado…"-
La explotación brutal del hombre por el hombre en Venezuela, ya la había percibido en este triste tema, en el pesar de un amigo que asistió al sepelio de uno de sus compadres.
Por el costo de las urnas, la que pagó la familia del difunto era de tan baja calidad que el féretro se rompió al cargarlo. Por lo ocurrido respondió a manera de excusa el de la funeraria, "reclámale a Maduro".
Si a usted le parece chistosa la anécdota, revísese, dele gracias a Dios que, por ahora, no fue entierro o cremación de un familiar suyo. Así ha calado la campaña contrarrevolucionaria, aprovechando la ignorancia política del venezolano desinformado.
A la colectividad descuidada y banal, que culpabiliza de todo al Presidente y al gobierno sin averiguar, le dirigen la desestabilización inducida y peligrosa, alcanzando el afán de especularnos unos a otros, lo que satisface a quienes siembran desasosiego en la familia, con tal de lograr provecho político inmoral.
Indigna que se pretenda enrarecer el diálogo por la paz en Oslo, Noruega, entente cordial solicitada cientos de veces por los gobiernos de Chávez y Maduro. Indignan más, ciertos medios que se prestan a ese saboteo.
