En una oportunidad apoyamos a este modelo político, donde muchos apostamos por una Venezuela en pleno desarrollo y a una mejor calidad de vida y en contra de todos los malos vicios heredados de gobiernos anteriores, también llenos de corruptos, y sin ninguna réplica o copia de algún modelo de otro país, donde hoy no existe un país en este mundo como Venezuela, que lo tenga todo, pero para adivino, adivino Dios.
Hoy, como todo ser humano también tenemos derecho a errar, y como rectificar es de sabios, hemos dado un paso al frente, y nosotros invitamos a todos los que nos equivocamos y nos las jugamos con este desgobierno, para también rectificar y condenar la traición, y la estafa hacia este pueblo noble, que ya es público y notorio donde la mayoría de las políticas más que un globo de ensayo, han fracasado y los funcionarios han resultado ser unos bandidos, donde los adecos y copeyanos resultaron ser unos niños de pecho.
Vamos mucho más allá, solo lo único que nos queda en este país es preservar la vida y con mucha razón vemos el desespero de algunos delincuentes con amenazas y coacción, donde nunca han medido las consecuencias. Vemos que muchos dirigentes por ser disidentes o contrarios al gobierno de facto hoy están muertos y otros están presos. La libertad de protestar en este país tiene un costo que se convirtió en delito y se paga con cárcel. Reclamar nuestros derechos y beneficios como trabajadores nos descalifican como apátridas, donde este narco gobierno y antiobrero viola con toda flagrancia la CRBV, la LOPTT y hasta los contratos colectivos, y aquí no ha pasado nada.
¿Será que muchos de los familiares de la gran mayoría de estos funcionarios que tienen cargo dentro del estado burocrático tienen todas las comodidades y facilidades de los servicios públicos, comida, medicinas, luz, agua, educación y otros como un salario digno que cubra sus necesidades como lo reza el artículo 91 de la Constitución?
La verdad es otra. Aquí en Venezuela más del 25 % de los venezolanos en han tenido que abandonar el país y buscar otro modelo para poder sobrevivir ya que nuestros hijos son trabajadores y profesionales, pero no hay en estas condiciones un futuro que les permita tener una mejor calidad de vida. Cuando nos desplazamos por nuestras ciudades vemos cómo ha proliferado la economía informal, y esto es una demostración que se repite en todos los estados.
En nuestro estado Bolívar, y concretamente en ciudad Guayana vemos como el negocio del oro, el contrabando de combustible y hasta con las divisas, una fuente de ingresos de compra de oro en efectivo, dólares o también en transferencia. Y esa diferencia de precio existe porque en efectivo los productos tienen un precio, pero con los puntos de venta éstos precios se incrementan hasta un 100%.
Muchos de nuestros pensionados y jubilados que entregaron su juventud y hasta su vida para que esas empresas fueran lo que hoy dejaron de ser, es decir, un bienestar social para el beneficios de todos los venezolanos, y donde con ese reservorio de hombres y mujeres que lo dieron todo, se construyeron grandes obras y cantidades de urbanismo en nuestra Ciudad Guayana, hoy todo sabemos cómo han cerrados estas empresas por la falta de control, supervisión y lo más sucio: la corrupción.
¿Dónde queda la sociedad de cómplices propios y extraños donde me atrevo a apostar que cuando mandaban los AD y Copeyanos no tenían ni donde caerse muertos, ahora son grandes adinerados ricos y sus entornos familiares ni se diga? ¿Dónde quedan los grandes testaferros y hasta con la venia del presidente de la república?
Hay mucha tela que cortar pero, todos sabemos a qué nos estamos enfrentando y no podemos ser tan irresponsables de utilizar al pueblo como carne de cañón. Estos delincuentes tienen el poder político militar, el poder económico y manejan a sus anchas algunos sicarios y de colectivos que ellos mismos armaron conjuntamente con grupos paramilitares y terroristas islámicos en nuestro país, sabemos ya que lo único que les queda es quitarnos la vida.
El último que salga que apague la luz. No hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista.