Por los medios de comunicación y redes sociales escuchamos y leemos a cada instante que "la Venezuela actual está acechada por el imperialismo". Que el sufrimiento que padece nuestra sociedad es ocasionada desde el exterior por fuerzas muy poderosas interesadas en dominarnos para controlar las riquezas materiales y naturales que poseemos.
Es una frase que muchas veces se tilda como un slogan o una campaña política- electoral, hasta tal punto que, amenaza con perder interés en la colectividad, ocultando el verdadero significado de lo que es el "imperialismo en su esencia". Sin embargo, esa conjetura o interpretación de la realidad venezolana es parte del debate en distintos escenarios políticos, económicos y académicos a nivel nacional e internacional.
Desde el punto de vista objetivo o científico, los sociólogos, psicólogos y politólogos asocian el término "imperialismo" a un comportamiento de agresión para dominar. De la agresión de un país a otro, e incluso, de una organización de transcendencia global a un estado Nación.
Desde una perspectiva economicista, se entiende al imperialismo como una instancia inevitable del sistema capitalista actual. Y, ciertamente, la historia económica contemporánea está llena de hechos, eventos y anécdotas sobre la agresividad de algunas naciones y clases elitescas sobre otras naciones para dominarlos y controlar su sistema político y económico. Y, con el pasar del tiempo, ese país agresor fue repitiendo esas prácticas una y otra vez, hasta lograr alcanzar lo que se conoce como la "hegemonía mundial" o "dominio" imperial.
Pero, ¿qué hay detrás de todo ese comportamiento agresivo y expansivo?, ¿cuáles son los intereses que mueven a algunos grupos o castas sociales a querer dominar al resto de la humanidad? Esa son algunas de las grandes preguntas que se estudian y se intentan responder de manera permanente en las academias y que aún no se logra una explicación sencilla y generalizada, que explique porque unos seres humanos apuestan a quedarse con todo y que el resto se quede sin nada.
Decía Vadimir Lenin en 1916, que el imperialismo era la fase superior del capitalismo, bajo el argumento que el propio sistema capitalista iba generando a naciones más ricas y poderosas gracias a la expansión monopólica en sectores productivos estratégicos para la sociedad. Esto puede sintetizarse de la siguiente manera: el imperialismo emergió por la inevitable concentración de capitales alcanzada por pequeños grupos de personas, dueñas del capital, gracias a la producción y comercialización "monopólica" en aquellos sectores productivos de bienes de consumo masivo y de primera necesidad.
Y ese capital imperial acumulado fue creciendo cada vez más, fue expandiéndose por todo el mundo y fue dominando la economía mundial. Pero ese factor económico que es el "capital imperial", según los marxistas y socialistas, no logra expandirse de manera cooperativa, sino de forma agresiva. Y eso ocurre por las ambiciones personales o grupales de hombres y mujeres muy ricas, muy poderosas económicamente. Que no se limitan a crecer en los mercados, sino que con el dinero logran incidir y dominar, en primer lugar, el sistema político de su nación de origen, y luego, por las ansias de más poder político y económico buscan conquistar o dominar otras naciones para expandir su poderío sin límites.
Es así como el poder financiero, el poder del dinero, logra expandir su poderío a nivel global, pero es un poder que va unido a los intereses políticos internos, o geopolíticos, de los líderes de esos países que apostaron a ser hegemónicos. Una síntesis de ese proceso lo describe Joseph Schumpeter en su libro Imperialismo y Clases Sociales escrito entre 1919 y 1927, de la siguiente forma: "el imperialismo simplemente es el reflejo de los intereses del estrato capitalista superior, en una etapa dada del desarrollo capitalista."
Porqué es tan importante saber esta base conceptual del imperialismo: porque los venezolanos estamos sufriendo ataques fuertes de parte del imperialismo estadounidense, que la ejecuta por medio de su presidente, Donald Trump, que es parte de la élite empresarial más poderosa del planeta, y detrás de él manda una casta de hombres y mujeres, incluso más poderosos que él en el plano financiero, militar, industrial y tecnológico, que los mueve las ansías de expandir por expandir su poderío hacia el resto de la naciones.
Y ese comportamiento imperial le ha hecho daño a la humanidad. Por eso se dice que el sistema dominante, que es el capitalismo, está en crisis existencial, porque los indicadores muestran que la economía global está enferma, que los niveles de desigualdad son elevados, con tendencia a incrementarse en los próximos años.
Hoy, 80% de la población mundial vive en la pobreza. Mientras que tan sólo 127 familias controlan el 75% de las finanzas mundiales. Este es el argumento que conlleva a decir que el sistema capitalismo como está planteado tiende al exterminio de la población, y eso hay que detenerlo.
Es por eso que desde Venezuela se apuesta a una economía diferente, una economía que tienda a la socialización del capital. Hoy, en nuestro país, el estado invierte el 70% de sus ingresos fiscales en la mayoría de la población que sufre y padece los embates del acoso imperial contra nuestra nación.
He allí porque insistimos desde estas tierras que el mayor enemigo de la sociedad mundial es el imperialismo estadounidense. Es una frase que los revolucionarios no nos cansaremos de repetir. Porque estamos consciente que el interés económico detrás de las sanciones y bloqueo contra nuestra nación, contra nuestra querida Venezuela, descansa en personalidades de tipo filibustero, piratas y gente ambiciosa que no ama la paz ni la libertad, sino que son amantes de la expansión agresiva, del robo y del saqueo en función de la instauración definitiva de la hegemonía imperial, como colofón a instaurar de nuevo la esclavitud en el planeta.
Pero sobre este tema y muchos más lo estaremos analizando con el abogado y analista Juan Caros Valdes después del corte.
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