A pesar de que Carlos Andrés convocó sesiones extraordinarias del Congreso para tratar las leyes de crédito público, no fueron aprobadas porque dos personajes siniestros Henry Ramos Allup, de AD, y Luis Enrique Oberto, de COPEI, exigían para la aprobación incluir a Franco D´Agostino (suegro del adeco Ramos, y a un hermano del copeyano Luis Oberto), en contratos para obras en La Vueltosa Uribante Caparo, y del Centro Simón Bolívar en Caracas.
Lo dijo en el Agosto revulsivo 2019 de revelaciones, Miguel “paquetico” Rodríguez, factótum de planes económicos capitalistas salvajes de Carlos Andrés Pérez, en programas que dieron al traste con él y su gobierno al rebelarse el pueblo en Febrero de 1989, iniciado con el güarenazo-caracazo. Miserias de aquel matrimonio adecopeyano o copeyanoadeco, que tanta desgracia nos dejaron en la Venezuela siglo XX.
A un cuarto de siglo de la defenestración del “gocho” CAP, es apreciable para cualquier observador no desprevenido, que fue exacto lo expresado por José Vicente Rangel, al indicar que si es verdad lo que opinan los adecos acerca de los copeyanos, y lo que dicen los copeyanos en referencia a los adecos, ninguno de esos partidos tiene autoridad moral para gobernar a Venezuela.
En cuanto a la forma de repeler popularmente el procaz y salvaje ataque contra Venezuela, a juicio del ciudadano estadounidense Stephen Bartlett, integrante de la Alianza de Soberanía Alimentaria de Estados Unidos, quien comentó:”La soberanía alimentaria que ustedes están construyendo garantiza la soberanía del pueblo, la sociedad, y el gobierno, muestra lo excelente de una revolución sana, justa y equitativa, estamos muy contentos de compartir y ser testigos”.
Qué diferencia con otro estadounidense, el criminal de guerra en Centroamérica hace varias décadas, Elliot Abrams, actual secretario para asuntos de Venezuela, designado por Donald Trump. Este cínico interventor gringo afirmó “Necesitan regresar a ser un país democrático. Maduro necesita dejar el poder. No debe postularse en una elección. No retiraremos las sanciones hasta que esté fuera del Gobierno’”, lo que le faltó a Abrams, fue decirnos muéranse.