Causa horrores apreciar que ningunas de las opciones puestas hoy en el tapete de la política nacional dan respuestas a una población sumergida en emergencias, arrastrada a condiciones paupérrimas de descalidad de vida, donde la hiperinflación, escasez de medicinas y caotización de todo el espectro público (que arrastra lo privado) han hecho del suicidio una salida cada vez más común.
Finalmente, el Bolívar murió, quedó pulverizado ante el innatural proyecto cubano impuesto en Venezuela, nuestra moneda no tiene ningún respaldo, el remanente del aparato productivo criollo continúa su rumbo a la extensión y lo único que sostenía nuestra moneda, Pdvsa, cedió ante los tentáculos del chavismo, reino de un Midas a la inversa, que todo lo que toca lo vuelve… trisas. Ante la carencia de divisas, el régimen ofrece incuantificables suma de Bolívares a sus proveedores, mismos que salen corriendo a comprar monedas fuertes para proteger sus capitales, por si fuera poco, el régimen cree que equiparando la tasa oficial al dólar paralelo las personas confiarán sus divisas a él, así lo único que ha logrado es disparar el paralelo al infinito ¡Listo! La hiperinflación se consolidó, nadie la controla, el hambre en Venezuela apenas comienza.
Todas las "medidas" del régimen son refritas, trilladas, desprovistas de ciencia, de confianza, fracasadas una y otra vez. Por lado de la oposición, su accionar pareciera creen estamos en Suiza, ideando procesos electorales pulcros a mediano-largo plazo, como si el venezolano pudiera continuar esperando ¡No señores de la oposición, el venezolano ante su desespero emigra en condiciones infrahumanas o se está suicidando! La nación requiere cambios inmediatos ¡YA!
20 años después, pareciera la oposición no termina de comprender a qué se enfrenta, continúa cayendo en la trampa de los diálogos, cree el régimen aceptará procesos electorales limpios, transparentes, apegados a la constitución, en ese pastoreo de nubes se desgasta estérilmente. No termina de comprender (queremos creer por ingenuidad, no por complicidad) el castrismo al que se enfrenta el pueblo jamás cederá dócilmente a las protecciones que les ofrece el control/manejo discrecional de las riquezas, armas e instituciones del Estado, mientras el régimen gana tiempo con sus trapos rojos la desesperanza gana terreno dentro y fuera del país, el mundo nos aísla poco a poco a través de visados cada vez más restrictivos.
Lea con atención, a efectos pragmáticos (los únicos que en política importan) el régimen y la oposición hasta hoy han sido del todo inútiles al pueblo ¡Inútiles! Sabemos la coyuntura histórica es extremadamente compleja, pero sus roles son para resolverla no para empeorarla. El gobierno ocultó sus desmanes endilgando a los 40 años de la carta república los males que agravó, hasta que pudo inventar nuevas excusas con las sanciones y embargos recientes… qué nos espera ¿20 años más de una oposición excusándose por lo complejo de la situación, cayendo en diálogos inservibles, pidiendo paciencia a un pueblo que emigra pobremente o se suicida?
La radicalización no va mermar, el régimen invierte al máximo recursos e instituciones de la república para profundizarla, de ello depende, necesita manosear la visceralidad, sí permite los sesos funcionen y la institucionalidad recupere terreno sabe estará perdido.
La situación social es trágica, a pesar el régimen se ha vacunado contra la presión social, las protestas por hambre, medicinas y caos generalizado se alzan contra los viles mecanismos represivos… todos los escenarios apuntan a la salida del régimen y lo sabe. La oposición debe arreciar en sus acciones pues el pueblo requiere urgentemente alimentos, medicinas, todo cuanto puede ofrecer inversores criollos y foráneos dispuestos a reconstruir el otrora país más envidiado del planeta. Al parecer, Guaidó comprendió los diálogos son inútiles, dio forma a su impreciso gobierno, no importa el nombre utilizado para los nuevos cargos ¡Lo importante es que finalmente actúen! El país no tiene mediano ni largo plazo… requiere cambios ya.