Atemoriza situación que amenaza a Venezuela sobre una programada agresión desde Colombia

1º. Nunca a lo largo de mi dilatada vida, pude llegar ni tan siquiera imaginar que en nuestra América, especialmente la Latina, pudiera vislumbrarse con sentido de proximidad una conflagración; pensé que eso había sido cosa del pasado; mucho menos que mi el país, fuera el centro de las insaciables apetencias de los grandes países desarrollados que otrora fueran imperios que esquilmaban sus colonias, que ahora con el despertar de los pueblos subyugados, han tenido que refugiarse dentro de sus fronteras, siempre manteniendo aspiraciones imperiales sobre pequeños países como el nuestro, persistiendo como único imperio, los Estados Unidos de Norteamérica a la cabeza de aquellas nostálgicas potencias venidas a menos, que pretenden controlar mediante amenazas y acciones coercitivas económicas, enfatizando las financieras, generalmente extra territoriales, mediante confabulación de varios países, lanzándose como jauría en bloque para depredar a la víctima. Este es sin lugar a dudas el caso de Venezuela, amenazada y asediada por USA, y el conjunto genuflexo de la Unión Europea, que con su política de sumisión al “gran hermano”, que clava su bandera de barras y estrellas en todos los que como perros falderos permanecen echados debajo la mesa en espera de algunas sobras del festín: estos mismos que ofrecen con gran despliegue y alharaca que se proponen contribuir 10 millones para la “Venezuela mendigante”, mientras ladinamente disfrutan de los miles de millones que en divisas tiene nuestro gobierno depositadas, no solamente en Estados Unidos como suele pensarse, sino también en bancos de miembros de la UE, no exclusivamente en divisas convertibles, sino también en toneladas de oro, que por ejemplo el “honorable banco de Inglaterra” ha tratado, si no es que ya han realizado la apropiación de más de 14 toneladas que ingenuamente dejamos en depósito en las arcas de quienes popularizaron en el mundo la piratería y el filibusterismo, especialmente en el Caribe con Morgan, Drake, Raleig, Preston etc.

2º. La insistencia del Presidente Maduro y del Canciller sobre un probable incidente fronterizo con miras convertirlo en un problema internacional de la envergadura de casus belli y que el Presidente y su Canciller para aclarar sus temores recurren al análisis de las agresiones tanto económicas como militares ocurridas en pasado cercano, que siempre comenzaron con una campaña comunicacional de desprestigio contra el agraviado, cosa que ocurre contra Venezuela y su gobierno, de forma tal de ir preparando la opinión pública, tanto del país agresor para justificar ante su pueblo el acto militar que inevitablemente causara daños y bajas en su población, como la opinión internacional, con el fin de conseguir aprobación de la intervención, afianzada en la ejecución del acto final, el mencionado casus belli, que dé pie a operaciones militares, “para reparar material y moralmente el agravio recibido”, mediante ocupación territorial y depredación de sus riquezas como botín e indemnización de guerra por una contienda por ellos artificialmente promovida.

3º. En el caso Venezuela, sería mediante un subterfugio fabricado como incidente justificativo de intervención por ataque en territorio venezolano a presuntos guerrilleros que supuestamente estarían operando desde Venezuela y la lógica e inmediata respuesta militaar de Venezuela ante tal agresión y para ello han desarrollado una intensa campaña de apología al bélico ataque por todos los medios a su alcance y en la cual han intervenido directa y repetidamente altos voceros del Gobierno Colombiano, siguiendo las directrices de Washington, especialmente el Canciller Carlos Holmes Trujillo, quien haciendo alarde de todo lo contrario a cómo debe comportarse un diplomático y la forma que correspondería a su alta investidura de máximo representante de la diplomacia colombiana, con vocabulario y expresiones inapropiadas, calumniosas y falsas, generadoras de roces, arremete contra nuestro país con el fin de influir en la opinión pública, tanto a lo interno de Colombia, como en el ámbito internacional, tratando de conseguir poyos a su agresión militar y con el mayor descaro denuncia a Venezuela como una narco dictadura, cuando sólo somos víctimas por la proximidad a su meganegocio con cocaína, principal soporte de la economía colombiana en la actualidad, porque la agricultura de la cual estaban justificadamente orgullosos casi desapareció ante le arremetida de las plantaciones de coca, que han desarraigado al campesinado de sus ancestrales tierras y cultivos; será que el burro de Holmes Trujillo no ha observado sus propias orejas cuando habla de orejas, con intención de colocarlas en cabeza ajena y pretende desconocer y no percatarse de qué acontece al respecto y es que Colombia es el más grande y connotado narco estado en todo el orbe, heroína y especialmente cocaína y tilda de dictador al Presidente Maduro, desechando hipócritamente la realidad que se vive en la Patria de Bolívar y que seguramente la conoce bien, porque su personal y sus servicios de inteligencia, que ilegalmente, a confesión propia han manifestado que actúan en Venezuela, le habrán suministrado como corresponde información veraz al respecto.

4º. Por otro lado, el Presidente Iván Duque, para no quedarse atrás en la preparación mediática de su plan militar de agresión, no se percata de las inmensas penurias que atraviesa su propio país, reflejada en sus MILLONES de desplazados internos e internacionales, mantiene una fijación intervencionista hacia Venezuela, con la no tan segura ayuda de la OTÄN, para tratar de llevar adelante su conocida aspiración de anexarse territorios de los estados Zulia, petróleo y gas y Falcon por gas y sus refinerías, ya que está conteste de que sus reservas de tales hidrocarburos son escasas y tendrían que adquirirlas en futuro cercano de Venezuela, que seguramente no estaría dispuesto a exportar ingentes cantidades sobre todo de gasolina, para que sea utilizada como solvente en la elaboración de cocaína, comercio ilegal, contrabando de extracción que actualmente realizan a precio prácticamente cero desde Venezuela y que por este bajísimo costo, en el presente hace del narco negocio en Colombia, la actividad económica más lucrativa que se pueda adelantar sobre el planeta Tierra.

Ante esta realidad el Gobierno colombiano de Uribe y Duque, se encamina por vía de hechos a una escalada militar, que Venezuela con gobierno pacifista a toda prueba, trata de evitar como lo ha demostrado sin lugar a dudas, con su actitud de pasar por alto claras intenciones de agentes del servicio de inteligencia colombiano, que ellos reconocen operan en el País, de reclutar miembros de ejército y del servicio de inteligencia Nacional, para vía soborno y algunas otras engañifas, obtener códigos y otros detalles secretos del funcionamiento de nuestra Fuerza Armada, especialmente la aérea, lo que hace surgir una interrogante ¿para qué quiere el Gobierno Colombiano nuestros códigos militares y detalles de nuestra capacidad de defensa? Parece claro que es con el fin último de llevar ventaja en caso del conflicto que ellos saben que probablemente ocurriría porque son ellos quienes obedeciendo órdenes imperiales lo están preparando.

5º. En los casus belli intencionadamente provocados, el país interesado finge haber sido objeto de una agresión; son ejemplos claros de tales casos: El incidente de bandera falsa de Estados Unidos en el golfo de Tonkin como justificación para intervenir en Vietnam; el hundimiento del acorazado Maine en le bahía de la Habana para intervenir en la guerra Cubano-Española, en los cuales fingieron ser objetos de agresión y que debían tomar represalias. En nuestro caso como resulta improbable que Venezuela cometa, aun por error un acto de agresión a Colombia y frente la impavidez del gobierno venezolano ante los ataques tanto mediáticos como la real agresión que significa intervenir en nuestro territorio con agentes de inteligencia, la pareja de gobierno: Uribe-Duque, deberá tomar la iniciativa atacando a Venezuela bajo bandera falsa de un ataque “preventivo y profiláctico” contra un sitio dentro de nuestro territorio, como imaginarios campamentos guerrilleros de las FARC o el ELN, que calumniosamente alegan que existen en Venezuela y que además son apoyados y financiados por el Gobierno de Maduro, fabricados argumentos que pretenderían justificar la agresión, pero en realidad lo que buscan es la respuesta seguramente contundente de nuestra Fuerzas Armada, que encienda la chispa de un escalada bélica entre los dos países y que esperarían les permita alcanzar en su condición de fantoches colaboradores, con ayuda de la OTÄN y más específicamente del titiritero mayor, los Estados Unidos, sus aspiraciones territoriales sobre porciones occidentales del País.

6º. La aparición en la revista “Semana” editada en Colombia, donde para acusar al Gobierno Bolivariano de complicidad con grupos guerrilleros armados, que operan en aquel país desde hace más de 60 años, publican una serie de “fake news” dirigidas a continuar con la labor de abonamiento del terreno para fabricar la “bandera falsa” que dé pie a agresiones intencionadamente malignas, creadoras a nivel del pueblo colombiano de resquemores que pudieran derivar en odio hacia todo lo venezolano y en la opinión mundial de que en Venezuela opera un Estado agresor que debería ser castigado tanto por la comunidad internacional con medidas coercitivas, como militarmente a lo interno con la destrucción de su gobierno e instituciones

El Dr. Jorge Rodríguez, de manera indiscutible, “con las pruebas en la mano, a la vista”, demostró el grotesco forjado de documentos, de una manera vergonzosa, para una revista supuestamente seria de circulación internacional, aunque suponemos que el forjamiento de los documentos presentados por la revista, tienen todos los visos de haber sido elaborado a nivel de organismos del gobierno al servicio de los intereses obscuros que promueven desde la Casa de Nariño, que preferimos pensar que engañaron a la redacción de Semana y no por imposición del fake de la familia Santos y que fueron realizados por la Agencia Nacional de Inteligencia, substituta del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, que actuaba y sigue actuando con su nueva designación en Venezuela, probablemente mimetizado entre los casi 6 millones de colombianos que viven acá en paz, tranquilidad que el Gobierno de Uribe y Duque pretenden torpedear con su amenaza militar, contra la hospitalaria acogida que los ha llevado a integrarse a nuestra población, sin ningún tipo de discriminación y antes por el contrario, disfrutando de todos los beneficios sociales, que otorga nuestro gobierno a la población en general: educación gratuita a todos los niveles desde preescolar hasta universitaria, servicios médicos también gratuitos, con problemas en la actualidad por las medidas restrictivas aplicadas por el Gobierno de Donald Trump, que dificultan adquisición de medicamentos, también posibilidades de trabajo igualitarias, y hasta adquisición de viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, donde alrededor del 25% de las adjudicaciones son otorgadas a miembros de la colonia colombiana radicada en nuestra patria, es decir unas 700.000 viviendas dignas con todos sus servicios y en casos hasta equipadas.

7º. Por todo lo anterior, presumo justificada mi angustia porque una agresión contra Venezuela no parece remota, tomando en consideración el grado de enemistad que manifiestan quienes ejercen el Poder en Colombia y por el hecho indiscutible de que tanto el Gobierno del dúo dinámico, Uribe-Duque, ante el riesgo que amenaza grupos oligárquicos de Colombia, con la probable afectación de su super negocio del comercio internacional de cocaína y la caída en su producción de petróleo, que presionaría a acciones desesperadas de guerra, aunado al hecho de que el Gobierno Trump, para su ansiada hegemonía mundial, requiere controlar la mayor cantidad posible de petróleo esté donde esté, lo que incluye indefectiblemente las reservas petroleras de Venezuela, además de otros materiales estratégicos existentes en el país, especialmente nuestro oro del que poseemos ingentes cantidades para colocarse en concordancia con la renovada tendencia mundial de adoptar el respaldo en oro a las monedas, que con la reserva de Fort Knox realmente mermada, aspiran a recuperarlas con las existencias venezolanas mediante el control del Arco Minero guayanés a precio vil de conquistador, ejecutor de la política del “destino manifiesto” en su patio trasero y en clara concordancia con el enunciado de la Doctrinan de James Monroe, “América para los Americanos”, mejor dicho: “América para los Norteamericanos” y personalmente considero que la preocupación de Trump y su combo por Venezuela no tiene nada que ver con democracia, derechos humanos, amor al pueblo venezolano, pamplinas, bull shit, triste esperanza la del sector pro yankee de la población venezolana, que pronto o tarde recibirá su desengaño; hay que mirarse en el espejo libio, que muestra que lo único que realmente le interesa al imperio, igual que en, Siria, Iraq etc., son nuestras riquezas; una vez, sí supuesto negado lograran su control, probablemente en connivencia con un gobierno sumiso, se llegará al desprecio de los colaboracionistas, con aquello de que “sí los he visto no me acuerdo”, lo demás es música, porque ya tenemos lo que buscábamos.


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Edgar Valero Díaz

Ingeniero Agrónomo.

 edgarvalerodiaz@gmail.com

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