Volver a comenzar, terminar con los días de rastrojos maduristas

Para Nicolás Maduro hacer a Venezuela un país de indigentes parece ser un logro que revoluciona a la nación. La pobreza, la huida de millones del país, el hambre, la destrucción del sistema eléctrico nacional, la persecución, la tortura crónica en las prisiones, la corrupción, la censura, el cierre de universidades, el despido de millones de maestros, la delación, el espionaje telefónico, los desplantes militares ante los civiles, los grupos de ajusticiamiento conocidos como colectivos, la metódica destrucción de la iniciativa privada, etc. Todo estos "coloridos" actos de gobierno son el mascaron de proa del gobierno de Nicolás y la cúpula militar que entre gritos y alcohol esgrimen consignas que dejarían enmudecido a cualquiera con algo de sentido común.

Lo que no se puede negar es que a partir de actos de resistencia civiles, sociales e incluso militares el desgobierno de Maduro and company esta menos solido, mas humillado y se conoce en el mundo la tragedia que vivimos como pueblo, como humanos que tuvimos la suerte de nacer en Venezuela y la mala suerte de sufrir la ignominia de un gobierno tan perverso como el de Rafael Leónidas Trujillo o Pinochet.

Venezuela despierta de una terrible pesadilla y ya nos tocara empezar casi desde cero, enviar a los militares a los cuarteles de donde nunca debieron haber salido, rearmar nuestra industria petrolera, encender los hornos de SIDOR y poner a calentar los crisoles para volver a producir millones de toneladas de acero, hacer de los campos de arroz y espacios, abrir escuelas, recuperar hospitales y centros de investigación, otorgarle salarios dignos a los maestros, empleados, obreros, profesionales.

Volver a tener una política internacional nos haga ser respetados y no temidos, ver como medios que rayan en prensa fascista como Ciudad de Caracas y El Correo del Orinoco no pueden sobrevivir si recursos públicos, Recuperar el valor de nuestra moneda y respirar aires democráticos en una nación que hoy es un espejo de aquel tristemente célebre gobierno de los jemeres rojos, ese mismo de que el padre de Jorge Rodríguez y su hermanita Delcy, hacía apología y lo ponía como ejemplo de lucha.

Claro que veremos un comienzo, claro que nos recuperaremos, claro que comprendimos que nuestra educación era buena, que nuestros médicos eran y son extraordinarios y bastante mejor preparados que los médicos cubanos que ante todo son agentes de los servicios secretos de esa nación empobrecida y despintada.

Me gustó ver como decenas de delegados ante la ONU dejaban casi solos a Delcy y al "Bragueta de Oro" de Arreaza cuyas palabras denotan odio hacia el pueblo venezolano, que hacen de su boca una caja de mentiras y que junto a Maduro construyen una pared de falsedades y de absurdos, de cuentos y crueles historias, de amenazas a ajenos, que junto a Pedro Carreño y Diosdado son la caja de resonancia de un gobierno, un régimen totalitario que lleva a la tortura justificada por un Fiscal como Tarek William que sabemos a expresado amenazas contra los detenidos en Venezuela e inclusive me comento un torturado que hoy vive fuera del país que participa en los interrogatorios a los vapuleados en los calabozos militares.

Pasarán algunos años después de la caída del régimen Cívico/militar y apoyado por algunos desde pulpito por curas que nada tienen que envidiar a los pederastas hoy señalados por millones en el mundo. Veremos las nominas y los gastos que genero el Foro De Sao Paulo y como se le pagaron los gastos a decenas o cientos de "delegados" que llegaron a Venezuela a realizar turismo dirigido y en más de un caso turismo sexual.

Claro que volveremos a comenzar y vendrán millones con muchas cosas que aprendieron en otras latitudes la mayor parte buenas y necesarias, pero hemos y aprendimos que los militares deben volver a sus cuarteles, a sus prácticas de orden cerrado, a sus compras de armamento con sobreprecio y ya nunca más seremos humillados por los dueños de la represión y los dueños del látigo y la capucha, seremos nuevamente un país tolerante y rearmaremos de esperanza, pan, libertad, tolerancia, trabajo, dignidad, equilibrio de poderes a nuestra patria.

 



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Yuri Valecillo


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