¿Qué ocurriría si en Venezuela muriesen asesinadas 620 personas en tres años, nueve meses y 20 días?, promedio de dos a tres víctimas por día consecuencia del odio político y homicidios por encargo contratando sicarios. Si sucediera en la tierra natal de Simón Bolívar, el modelo que practica la revolución venezolana moderna, hubiese sido satanizado culpabilizado y derrocado, con la intención de justificar su salida cual ejemplo internacional de "fracaso socialista".
Venezolanos traidores, mantenidos en el exterior para que despotriquen de su patria, piden a capitalistas salvajes la intervención militar, los que bombardean comarcas en el mundo entero ya habrían convocado a la asociación intergaláctica de vengadores Marvel, aupados por la servil OEA impúdica, y funcionarios de la ONU bacheletizados habrían aprobado la intervención extranjera a Venezuela, mediante el TIAR, la ayuda de la OTAN, más la resurrección de Súperman.
Pero los asesinatos se cometieron en Colombia, genenonicidio de estado bajo gobiernos arrastrados y presidentes títeres de apellidos ilustres en la burguesía entreguista, que al pueblo opositor hace objeto de desaparición física con o sin torturas. Serviles a EE UU en la Colombia ocupada por militares extranjeros, la describen ejemplo a seguir según los parámetros de la democracia representativa, conservadores y liberales, militares y policías que disimulan su complicidad política, bajo pretexto de combatir el narcotráfico, empeñando la dignidad de la nación, con celestina democracia representativa.
Es noticia la horrorosa cifra de líderes sociales e indígenas, cuyas muertes en Colombia no le quitan el sueño a sucesivos gobiernos de conservadores y liberales, acostumbrados a atropellar y dejar que sea una nación con millones de desplazados internos y externos, aplauden la situación porque les es favorable a las élites en el negocio de la guerra. Indujeron votar contra de la paz luego de 70 años de conflicto, y la derecha hace alianzas con asesinos de autodefensas y paramilitarismo. Los datos o estadísticas son del INDEPAN colombiano, Instituto Para el Desarrollo de la Paz.