Siempre hemos pensado que las sociedades latinoamericanas están acostumbradas a cualquier escenario sico-social que se nos pongan ante las pantallas de los televisores, estamos acostumbrados a todo tipo de discurso justificativo de cualquier personaje que se monte en un cajón y se proclame presidente de cualquier cosa, también nos hemos acostumbrado, con cierto cinismo, a conocer las realidades en sus consecuencias por la corrupción como así mismo conocemos que a los "corruptos ni con el pétalo de una rosa". Cinismo galopante, sin ambages, "tragándonos" cualesquiera justificaciones que nos trasmitan desde los poderes instituidos, y, porque no expresarlo, lo comentamos con la siempre y simple conclusión: los yanquis son adictos a los corruptos como a los opiaceos (Rand.org dixit). Cinismo en perfecta perfección teológica.
Un día nos levantamos y nos topamos que los yanquis han invadido Honduras actuando con la simplicidad del abusador, además de manera irrespetuosa, secuestran al presidente electo y en ejercicio sin darle la oportunidad de, al menos, poder vestirse, lo sacan de la cama, lo montan en un avión y lo dejan en el país vecino con toda la anuencia del gobierno de ese país vecino (vivan los vecinos!!!). Cinismo de los poderosos.
Claro no todo queda ahí, para nada, no se ilusione, camaritas.
Los yanquis, en su desarrollo "aguas abajo" continental, apuntan directamente hacia un obispo convertido en presidente y en clara demostración del ejercicio del Poder, de su Poder imperial, le aprietan el cinturón al Poder Legislativo paraguayo y con el cinismo de los legisladores, lo declaran cualquier cosa menos "santo", lo destituyen "legalmente" porque para eso está eso que es el Legislativo para "hacer sus leyes". Cinismo legislativo. Por cierto, a título de información, en chisme, lo sustituye un individuo oscuro, cínico, cobarde y profundamente racista, créanmelo, que se los digo yo porque tuvimos la oportunidad de compartir aula en el curso de "Guerra Política" en una academia militar en Taiwan, con un pensa de cómo se puede "tumbar un gobierno", cualquier gobierno. Cinismo académico.
Posteriormente se presentan toda una serie de sucesiones presidenciales en aquel país cuya capital, Lima, aquella ciudad que recibió a El Libertador de manera muy curiosa, en un particular tránsito de ejemplares presidenciables incursos, a decir de las malas lenguas, en los "perfectos accionares de la corrupción", con un cinismo monetarista que no concluye, en ninguna realidad, fuera del agrado de las sociedades más pauperizadas. Cinismo social de los ricos. Alienación galopante sistémica.
Por sí fuera poco pero para nada extraño, el aspirante a ser "potencia regional" se convierte, de la noche a la mañana, en adalid de país que "entrompa" en contra de la corrupción acusando a todo aquel político que "huela a comunista" siendo enviado a la cárcel bajo cualquier excusa judicial y legislativa, con "juicios legales" donde se le "oye" al "acusado" pero no se le "escucha". Cinismo de los sordos. Y por sí ello fuera poca cosa, enrumban el barco hacia el puerto de la sucesora y de un plumazo la destituyen. A eso lo llamo cinismo del Poder capitalista militarista brasileño.
Por cosas del capitalismo, en el marco del molestar que sienten los capitalistas y sus ideólogos porque no pudieron con Chávez Frías y por lo que se ve tampoco podrán contra Nico, "el bigote revolucionario", sientan bases militares en el "vecino país", cuidan las exportaciones tradicionales del "vecino", al tiempo que señalan a Venezuela como "cultivador, cosechador, productor, empaquetador, distribuidor, vendedor y consumidor" de cualquier tipo de droga ecológica además de ser un país violador de los DDHH, de perseguidor de cualquier cosa que tenga vida, de asesinar y meter presos a cualquier "hijo de vecino" que lo único que desea, ese caballerito, ver como "quema a los chavistas". Cinismo del anti-natura.
La conclusión de todo lo anterior incluyendo los sucesos del indígena del Ecuador gracias a las traiciones de palacio del que anda siempre con cara de yo no fui. El poder de Guayaquil se justifica, se aprueba y se solidariza en racista actitud porque al sistema capitalista hay que cuidarlo en América Latina cuando para los del norte, el continente al sur, es la "tabla de salvación" sistémica, del Poder y del Imperio post-moderno. Cinismo liberal.
Visto lo visto y lo anterior, nos vamos a permitir escribir algunas ideas futuristas solo para la polémica.
Una mirada político-social desde la visión del cóndor de los Andes sobre todo nuestro continente americano obtenemos una primera impresión cual nos muestra un continente dividido entre dos subconjuntos político-sociales bien definidos curiosamente acompañados por los pueblos originales y los descendientes provenientes del continente africano sin que ello signifique la negación de la transversalidad en lógicos y naturales mestizajes. Ambos subconjuntos sociológicos se autodefinen política e ideológicamente con la vehemencia vehemente de tiempos históricos conocidos por estudiosos de la Historia de la península Ibérica en aquellos momentos cuando se proponía la sociedad peninsular caminar hacia la modernidad del Estado borbónico en rechazo a favor de la República bajo paradigmas liberales y socialistas de diferentes tendencias llegando hacia las expresiones anarquistas.
Demostrar lo inmediato anterior sobra ejemplos. Es probable que el caso más dramático sería la "hermana República" en ese devenir inconcluso que bien describe en sus novelas Pío Baroja, Benito Pérez Galdós, e, incluso, aquel profesor universitario cuya frase es referencia obligada: "…como diríamos ayer…" (Frase original de Fray Luis de León [siglo XVI] que repitiera don Miguel de Unamuno).
Permítasenos definir ese escenario colombiano en un no deseado pero real, presente y objetivo escenario nacional con el concepto militar de "La Guerra Inconclusa" que ha venido agravándose desde "La Firma en Cuba".
Otros casos serían Ecuador, Perú y Chile, curiosamente, países andinos, con una fuerte carga histórico-colonial donde dos realidades se expresan comulgando en sus propios intereses como son la denominada como la "clase alta" acompañada en sus profundidades sico-ideológicas por paradigmas contenidos en Trento. Es decir, son sociedades bien descritas por los autores arriba en mención que van "del golpe de pecho a la usura".
Argentina y Uruguay no se los comprende sí no tenemos presente a Giuseppe Garibaldi mientras que a Paraguay nos atrevemos a mirar a los "permanentemente expulsados", al "ejército de Cristo", a los seguidores del "Papa negro". Caso aparte es Brasil por obra y gracia de un tratado vaticanense y "La esclava Isaura". Son las derechas de ese subconjunto enfrentado al Otro.
¿En cuál momento llegarían los pensamientos socialistas al continente americano?
Lo que si conocemos es que sería Mihail Borodin quien fuera el responsable de la apertura de oficinas de la Tercera Internacional en Nueva York y ciudad de México. Sin negar a nuestras realidades pre-colombinas con sus modos de vivir en sociedad, el proceso de modernidad trajo sus propios modelos procedentes del "viejo continente" tanto aquellos influidos por las tesis de Marx y Engels, entre otros socialistas, como las tesis contenidas en la Encíclica Rerum Novarum de León XIII. El primero tratando de introducir un pensamiento más socialmente equilibrado mientras que el segundo tratando de evitar el "comunismo" al tiempo que consolidando "la herencia hispana". Es por ello que para nada extraña el reciente cónclave de la Amazonía.
El continente americano está enfrentado radicalmente.
Nos vamos a permitir unos escenarios, de nuevo, para la polémica, claro, desde una visión de derechas. Comencemos por Chile y sus realidades en curso. El señor Sebastián Piñera tendrá que "ejercer militarmente el Gobierno"; es decir, Chile, en claro descaro y sin llamar a la aplicación de "ese texto de la OEA", se convertirá en una "dictadura democrática" según las normas jurídicas en curso actual en todo el continente americano por aquello de la democracia, la libertad y los DDHH.
El caso de Ecuador, por razones de Estado y propias del ejecutor, se irá golpeando a las dirigencias indígenas porque sí a algo le temen los "blancos de Guayaquil" son a los pueblos originarios que están mirando el mal ejemplo de Evo Morales. Es probable que en Perú se anden por las mismas vías. Es decir, los países andinos, exceptuando Venezuela, van caminando hacia regímenes dictatoriales de nueva denominación democrática.
El caso de Brasil es diferente pero no menos dramático. En ciertos momentos esas realidades brasileñas se me asemejan a aquellos momentos de la China pre-Republicana (1911). Luiz Inácio Lula da Silva es la referencia, el faro, el líder, el guía de la sociedad brasileña con sentido de patria y de cooperación social quien me recuerda a Sun Yatsen, el denominado como el "Padre de la Patria" china. El actual político en ejercicio del poder brasileño, el señor Jair Bolsonaro, solo es el catalizador de un proceso social difícilmente indetenible. Solo eso, "el catalizador".
El continente americano, sus sociedades de izquierdas, en el sur como en el norte, son y representan la guía anti-capitalista no solo por el desarrollo de los movimientos sociales en pleno desarrollo sino también por los comportamientos de las derechas que se vienen expresando en toda su intensidad como clase social y económica.
Así se encontraba el continente europeo durante la década de los años 30 del siglo próximo pasado con ciertas diferencias. En primer lugar, no hay un profundo desarrollo de movimientos fascistas, falangistas ni nazistas a nivel social. En segundo lugar, se ha desarrollado "una toma de conciencia nacional" no solo en los subconjuntos juveniles como también en sectores militares como se viene observando en ciertos momentos de las protestas en Santiago de Chile. En tercer lugar, las clases empresariales continentales no están preparadas para la "profunda recesión" que viene cabalgando cual jinetes del Apocalipsis. Por último, los partidos políticos del status quo, el tradicional-histórico se encuentran en retroceso social.
Cabe la pregunta: ¿se prenderá la pradera?
UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.