Con frecuencia en la política venezolana, ocurren hechos y situaciones que ponen a prueba nuestra capacidad de sorpresa, por esta circunstancia siempre tengo en mente la Cervantina locución, "Cosas veredes Sancho que farán fablar las piedras" porque no son para menos algunas de las situaciones que se presentan y acciones que se ejecutan que poco faltaría para que las piedras "fablaran", en Venezuela, de ellas citaremos algunas.
Las sorpresas ocurren por personajes, tipo veletas que miran según sople el viento, no ajustados a las normas de conducta que uniforman las actividades cívicas de los ciudadanos y crean un patrón de comportamiento que debe regir para todos, por lo que resulta incomprensible para los ciudadanos del común, que no podemos asimilar que, la obligación del cumplimiento de las leyes parece acomodaticio, irregular comportamiento que sobrepasa nuestra capacidad de sorprendernos y que por razones políticas que nos son difíciles de asimilar, se toman con laxitud disposiciones legales y hasta constitucionales como si tal proceder no tuviera importancia.
Actitudes cambiantes dan muestra clara de las posiciones que pueden tomar los políticos según las circunstancias y el pro de hoy puede ser el contra de mañana, aun tratándose de la misma situación, con el mayor caradurismo y que los convenimientos que con frecuencia son el resultado de posiciones variadas en lo insustancial, del momento político y del poder relativo de que se disponga, es decir hoy se piensa y aboga por determinado criterio y mañana con el mayor desparpajo se dice todo lo contrario, sin ruborizarse, al ser puesto en evidencia como un falso inconsecuente y digno de poco crédito.
Hemos visto a dirigentes que se rasgaban las vestiduras para llevar ante tribunales a graves infractores que de pronto por una simple tecnicismo aprueban que resulten absueltos si en el interín dan muestras claras de estar de lado del quien antes los perseguía y los declaran libres de pecado; hay casos de funcionarios que han sido vilipendiados por la Oposición por supuesta corrupción y cuando son acusados y llevados ante la justicia, se convierten en perseguidos políticos y ahora por estar en la otra acera, de un momento a otro, pasan a ser apreciados copartidarios de la fracción que antes los acusaba.
Algo sorprendente ocurrió por ejemplo con aquel dirigente político quien todos recuerdan en su llamado que abierta y públicamente violó el Art. 283 del código penal, al incitar a sus seguidores, ante la derrota que había sufrido en las elecciones, a descargar su arrechera, contra todo lo que "oliera a chavismo", comenzando por los locales del CNE, esa incitación a delinquir es un delito en sí mismo, aunque tal incitación no produzca efectos posteriores, y como en este caso la "incitación a delinquir" resulta aumentada, porque produjo graves consecuencias, nunca debió ignorarse; por esto traigo a la memoria los desmanes que esa incitación provocó y es necesario destacar la arremetida de un camión contra un grupo que celebraba la victoria de su parcialidad, causando muertos y heridos entre ellos varios niños. Desconozco si el autor material fue imputado y llevado a juicio, pero lo que si sé de seguro es que esa incitación a delinquir promovida por televisión, dio por resultado fallecidos y heridos; el infractor que debió ser acusado y probablemente condenado, pero parece que el Ministerio Público en esa oportunidad, ni tan siquiera lo llamó a declarar y siguió sus actividades políticas como impoluto cordero hasta el presente.
Entiendo, que algunas situaciones especiales, que presuman graves consecuencias y requieran por el bien nacional aplicar tratamientos diferenciados que resulten sorprendentes y en ciertas circunstancias, para evitarle al PAÍS males mayores se debe pasar agachado, hacerse el disimulado, si te conozco no lo recuerdo y por consiguiente no actúo. Es el notorio caso del diputado suplente, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea, que debió ser llevado ante tribunales por la comisión de varios delitos y en cuyo proceso se dieron los primeros pasos como suspenderle la inmunidad parlamentaria y ante la amenaza del gobierno Estadounidense de atacarnos militarmente si era llevado a juicio, lo cual no era sólo derecho de Ministerio Público sino obligación, el Fiscal tuvo que pasar mirando hacia otro lado, dejando impune hasta la fecha al infractor, porque era preferible dejar al gravemente imputable en libertad, que dar pie y provocar un destructivo ataque a nuestro país.
Otro acto que haría gritar a los guijarros lo constituye la insensata permanencia en desacato de la Asamblea Nacional, que si hubieran aceptado como era lógico desincorporar los diputados de la discordia y el rechazo de la Sala Constitucional a la ley de amnistía que pretendía amnistiar a infractores por delitos aun no cometidos, sus actos serían válidos y no hubieran dejado a la fracción oficialista, ese argumento del desacato y aunque pretendan ignorarlo, la falta de un tribunal de alzada para apelar la sentencia de la Sala Constitucional, se esté o no de acuerdo con ella, deja claro que no hay otra posibilidad que acatarla.
El diputado Guaidó en su condición de Presidente de la Asamblea Nacional en funciones si se hubiera superado el desacato y vuelto a la legalidad, hubiera ejercido la Presidencia de la República por un lapso de 30 días dentro de marco legal y si eventualmente quedaba en suspenso la elección de Nicolás Maduro, pudo continuar con los procedimientos establecidos en el mismo 233 para cubrir mediante nueva elección la ausencia definitiva del Presidente. Por ¿qué? abogados preclaros que probablemente hagan vida política en el bloque de Oposición de la Asamblea Nacional, no advirtieron el error que sería desconocer la sentencia de la Sala Constitucional y por no hacer valer su peso como jurisconsultos, torpemente permitieron por omisión, que una fracción impulsiva, recurriera a la insensatez de desconocer la decisión tomada en la referida Sala, por cierto bien basada en argumentos que hacían patente que tales diputados habían sido electos sin considerar las graves irregularidades que se cometieron durante la campaña y durante el acto electoral, y en lugar de mantenerse dentro del ámbito legal aceptando la repetición de las votaciones, prefirieron tomar el camino de guapo vernáculo y resistirse a acatar una sentencia inapelable y tomaron el incierto camino de mantenerse al margen de la ley, dándole ventajas legales al bloque gubernamental: Se puede destacar que aun hasta los letrados nos asombran con sus incongruencias y por eso debemos tener presentes cómo Sancho Panza habría pensado admonizado por Don Quijote y perifraseando a Don Miguel: "Cosas insensatas estamos viendo y viviendo." que harían hablar las piedras.
Inusitadamente y causando una sorpresa mayúscula absolutamente imprevisible en el cotarro político, el diputado Guaidó se autoproclamó Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en una plaza, sin estar respaldado por alguna disposición constitucional que avalara su acto, sin quorum de asambleístas, sin que alguien con autoridad suficiente le tomara el juramento; imagino que basado en la absolutamente inopinada oferta del gobierno de Donald Trump, que contra toda norma internacional le reconocería como Presidente de Venezuela; qué les parecería si dijera que esta barbaridad en relaciones internacionales quizá conmovería hasta la locuacidad al Peñón de Gibraltar.
El Gobierno Estadounidense está en su derecho de reconocer o no el gobierno surgido de un proceso electoral o producto de un "golpe de fuerza o de estado" como lo ha hecho en numerosas oportunidades a su sola conveniencia, lo que no puede hacer en propiedad, es lo que hizo con el proceso electoral venezolano, en el cual tomó las atribuciones del CNE, único que puede proclamar al ganador y decidió unilateralmente reconocer a un ciudadano, un simple diputado como presidente de la República, sin basamento constitucional, convertirlo para él y algunos de sus seguidores en Presidente de un País soberano que le es ajeno, en el cual no debieran inmiscuirse en sus asuntos internos y mucho menos lo que han pretendido realizar con el ciudadano Guaidó, que ha sido tratar de convertirlo por la fuerza de su poderío militar en Presidente y que ahora, por la incertidumbre surgida de la carencia de apoyo sustancial y multitudinario de la comunidad internacional al escandaloso traspié político, que la Casa Blanca enfrenta al reconocer a espaldas de Venezuela un presidente no proclamado en el País, ha dejado semiabandonado a su suerte, al tal Juan Guaidó por lo que está teniendo que soportar el repudio de parte de la población y hasta el desaire por la notoria deserción de gran número de sus seguidores y desprecio por sus vacíos llamados "!a la calle!", sin conseguir que lo secunden, lo que se pudo constatar en su "estacionaria marcha" de 16/11 consecuencia de su falta de mensaje y de argumentos, sus violaciones a la Constitución, que se supone debería respetar, de sus lóbregas relaciones con delincuentes internacionales como la banda de Los Rastrojos, sus obscuras cuentas del dinero recibido por la supuesta invasión Si o SI de febrero pasado, las tropelías anti venezolanas contra bienes de la Nación que él, ha entregado de manera irregular, casi como una donación, Ejemplo: la multimillonaria Empresa refinadora estatal Citgo con su red de estaciones de servicio, basada en Estados Unidos, y la de Monómeros en Colombia, según se corre, para su beneficio personal y de su entorno, incluyendo inversionistas norteamericanos, que han hecho caída y mesa limpia con las también multimillonarias reservas y acreencias de la empresa, recaudadas de manera fraudulenta.
Será que Juan Guaidó no conoce el valor que se le debe dar a las promesas y a los compromisos contraídos, que constantemente incita a sus seguidores y los compromete hasta con acciones de carácter subversivo , como la presunta invasión pacífica con alimentos y medicinas para la población venezolana, farsa que sólo resultaría creíble a alguien fanatizado hasta la obnubilación, porque con una pequeña cuenta de niño de 4º grado queda claro que se trataba de una patraña : suponiendo que las tres gandolas hubieran transportado alimentos y no material subversivo como de hecho venía, hubieran trasportado 105.000 kg , calculando 1kg/ciudadano día para las tres comidas, solamente destinada la población de San Cristóbal que supera los 300.000 habitantes, hubiera alcanzado sólo para alimentar la tercera parte de la población y los otros 2/3, los 200.000 restantes los llevaría el mentiroso a comer a su casa. Y de los 29.700.000 de resto del país como les llevaría la "ayuda humanitaria" el farsante, que pretendió facilitar la invasión de su propio país ya que sería mucho aspirar a que lo considerara patria.
Pero en el trágico episodio de su autoproclamación de consecuencias funestas para Venezuela, tanto en lo económico como ya indicáramos y también en lo referente al prestigio del País y relaciones internacionales, que por disposición del Imperio, tengamos que sufrir la vergüenza de tener "dos Presidentes": uno virtual creado artificialmente bajo amenaza de intervenirnos militarmente si, conforme a nuestra legislación sometemos a juicio por sus múltiples delitos a un advenedizo, que se autoproclamó Presidente, al punto de creerse sus propias mentiras y pavonearse como si realmente lo fuera, lo que le hace creer el imperio, apoyándolo con sus cañones y bombarderos; además del otro Presidente electo y en funciones Nicolás Maduro, despachando desde Miraflores, asiento del Poder Ejecutivo, con absoluto control de todo lo administrativo referido al Poder Central y actuando en su condición de Comandante en Jefe de la Fuerzas Armada Nacional, acatando y ejerciendo el mandato constitucional, contenido en el numeral 6 del Art. 236 de la Constitución, y reconocido oficialmente por bastante más de los 2/3 de los países que conforma la ONU y que son más ya que otros han filtrado que no pueden hacer público su posición de apoyo por miedo a "sanciones"