En un mundo dominado por la violencia y falta de cuidado con la vida y los medios de vida, llega este tiempo de Adviento, previo a la Navidad. Al respecto nos dice el monje y teólogo brasileño Marcelo Barros: “Hay cristianos que aun reducen la Navidad a la memoria sentimental del nacimiento de Jesús. Jamás fue esa la perspectiva por la cual las Iglesias celebran ese hecho. La mejor forma de celebrar la Navidad es acoger hoy no sólo a Jesús, sino al proyecto por el cual él nació y vivió. Para eso, es necesario leer la fe como revelación de ese proyecto divino”. (Barros M. Adviento Nuevo para toda la humanidad. Correo del Orinoco. 01.12.2019).
En este Adviento 2019, se perciben los esfuerzos de las comunidades de buena voluntad y pueblos de Nuestra América, por revertir la ola de violencia y exclusión que promueven los grandes poderes opresores del mundo y también los esfuerzos de gobiernos responsables en organismos multilaterales por detener la destrucción de la Casa Común, la Madre Tierra.
Así, inicialmente convocada para Brasil, quien retiro su compromiso por el triunfo de Bolsonaro, luego elegida Chile, Piñera renuncia a la organización por el estallido social, actualmente se realiza en España, desde el 2 al 13 de diciembre 2019, la Cumbre del Clima, COP25, como conferencia de las partes. En referencia a los países o partes que han suscrito la Convención Marco de Naciones Unidas, contra el Cambio Climático, la primera de las cuales se realizó en Berlín 1995. Foro político en el cual se reúnen representantes de países, empresas, organizaciones, para contribuir a reducir los efectos del cambio climático. Evento de particular importancia pues resulta previo a la puesta en vigencia en 2020 del acuerdo de París 2015, en el COP 21, en el cual se establece un plan de acción para evitar el calentamiento global, para que no supere los 1,5 grados, pues según comunidades científicas no hacerlo significa amenazas enormes para la Madre Tierra.
Este evento, junto a la Agenda 2030, con los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados en la ONU 2015, representa un esfuerzo ético político humano de la mayor importancia. El cual junto a las reflexiones del Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la Casa Común 2015 y las conclusiones del Sínodo Panamazónico, 26.10.2019, expresan una actitud de vigilancia en este tiempo de Adviento, como para revertir las tendencias suicidas de los poderes irresponsables sembradores de muerte. Pues como dice Barros “independientemente de la pertenencia religiosa, toda la humanidad necesita celebrar un Adviento cósmico y humano, marcado por la esperanza del Amor, vivido como base de una nueva organización del mundo”.
El pueblo venezolano, con su concepto constitucional de seguridad de la nación, como corresponsabilidad civil y militar en función de un desarrollo sustentable, en defensa de la vida en el planeta, tiene oportunidad en este Adviento, de reforzar su espiritualidad liberadora y contribuir a una alianza global en la misión del seguimiento de Jesús en función de un Reinado de Verdad, Paz, Amor, Justicia y cuidado de la Casa Común.
