Imagine que el régimen nazi de Adolfo Hitler hubiese recurrido a sanciones a jefes militares y civiles de otros países en cualquier parte del mundo, en el cenit de su carrera política en Alemania, preparando invasiones que dieron inicio a la 2da. Guerra Mundial. El Führer desechó la diplomacia insulsa, el globo terráqueo sufrió consecuencias del enfrentamiento bélico culminado en Agosto de 1945, con dos bombas atómicas lanzadas por los estadounidenses, no para demostrar magna destrucción material, sino la siembra mediante terrorismo aéreo en el temor a la muerte masiva de civiles.
Luego hemos leído, visto y oído cada quien a su manera, lo que nos dejó el dominio racista ario, el holocausto judío y los intereses de EE UU por repartirse al mundo, dividiéndolo en “democracias” que dejan de serlo si no se rinden a los USA. La humanidad postrada al neo conquistador amenazándonos con intervenciones, ejecutándolas y pasando al gran negocio de “reconstruir la democracia y la libertad”, fórmula de vender armas de todo tipo y salvar su economía que hoy no aguanta el modelo, pasando por encima de la moral de los pueblos, comprando conciencias y ocupando territorios.
Tres cuartos de siglo más tarde un émulo de Hitler designado en elección irregular trucada Presidente de los USA, acude a medidas de castigo, prohibición de desplazarse por el mundo a riesgo de ser sometidos o presos, funcionarios de gobiernos que no sean amigables al gigante capitalista imperialista, guiados por una nación que a fin de cuentas y a pesar de las medidas económicas salvajes disimulócratas obligatorias, en su “democracia representativa” han fracasado, alcanzando a repetir la historia nazi con nuevos métodos a fin de resguardar su obsesión de “líder mundial”.
Desde el inicio de protestas en Irán a finales de 2019, Washington ha sancionado a dos jueces y ocho “oficiales del régimen”, así llaman al gobierno de Teherán que no se deja padrotear. La Casa Blanca planea seguir con decisiones sancionatorias universales, alimentadas en informaciones proporcionadas por ciudadanos del país persa, opositores a los gobiernos que en Irán con los Ayatollahs han sido independientes y soberanos, armándose frente a las disposiciones interplanetarias de la locura capitalista galáctica gringa.
Y pensar que en el panorama internacional siglo XXI surgen halamecates que dicen no entender las ca….nalladas de gringolandia, o las entienden pero les gusta enchufarse y sentirse esclavos, con no disimulada “ulillitis” (interprete usted y comente este venezolanismo), confiesan admiración extrema por ”catirotes” norteamericanos, que nos invadan a fin de “mejorar la raza…”, lo han twiteado así, al tiempo que esos extranjeros con anuencia de sus lacayos ocupan territorios en Colombia, Bolivia, Honduras y donde a Presidentes electos se les cae la baba al verlos y oírlos.
La gringolandia de los Reagan, Bush, Clinton, Trump y el más decepcionante que fue Obama con aquello de “torcernos el brazo por no hacerles caso, y que el mundo comenzara desde él (Obama) en adelante, sin tomar en cuenta la historia”, deben ser los últimos del depredador sistema que nos envenenó con su supuesta “way of life”, contando con los medios de comunicación, el cine, la radio y la televisión, más la prensa escrita corporativizada para ocultar las taras de “la representativa”, manipular o esconder el fiasco de la tal “democracia perfecta”…