siemprelibertario@gmail.com
"El 4 de febrero de 1992 estalla en Venezuela la rebelión militar acaudillada por el comandante Chávez. Fue el clásico rayo en el cielo sereno, nada presagiaba para el hombre de la calle ese brote militar. ...
La clase media acogió el golpe del comandante Chávez con euforia...La primera clientela ganada por los golpistas, estuvo en esta clase media siempre ilusionada.
El gobierno de Carlos Andrés Pérez se había iniciado con la masacre más grande que haya contemplado Venezuela en toda su historia, la del 27 de febrero de 1989...
El 27 de febrero la infame matanza... hizo prender en los oficiales de baja graduación con mayor fuerza la idea de insurgir contra quienes, en la cima de su propia institución y en la del Estado, no vacilaban en ahogar en sangre la revuelta popular.
El 4 de febrero de 1992 se consuma el alzamiento militar de la juventud de los cuarteles, incubada desde tiempo atrás pero acelerada por los genocidios del 27 de febrero de 1989..." Rangel, Domingo Alberto
I
El periodista y militante comunista Kotepa Delgado en su columna semanal publicada en el otrora diario "El Nacional" siempre invitaba a escribir para que algo quede: "Escribe que algo queda" aconsejaba el sabio periodista/comunista
Escribir sobre la situación internacional, nacional, sobre cualquier tópico tiene gran importancia –así estemos equivocados en las apreciaciones- para que las futuras generaciones a través del estudio y las diversas opiniones se hagan un criterio propio de un hecho o situación concreta. Por ello, escribo mi visión sobre un hecho político-cultural-ideológico-social y económico que algunos han denominado proceso popular bolivariano.
Proceso político que para algunos inicio con el 27F-1989 y se potenció con el 4F y 27N-1992. Para otros, tuvo sus inicios a partir del 4F-92 y se coronó con la victoria electoral de Hugo Rafael Chávez Frías en diciembre de 1998. Desde mi punto de vista el proceso popular bolivariano siempre ha estado rondando y rodando en la historia de la patria, una veces lenta, otras a mediana y muy pocas veces a alta velocidad.
El llamado caracazo fue uno de esos puntos críticos del proceso popular bolivariano que lamentable y dolorosamente agarro al movimiento popular revolucionario con "los calzoncillos por debajo de las rodillas". Muchísima gente pobló las calles de Caracas y otras ciudades del país con protesta no dirigidas, sin orientación política, que después de tres días culminó con una terrible represión ordenada por la alta cúpula política-militar del puntofijismo y ejecutada por los jóvenes militares que insurgieron el 4F-1992. Insurgencia militar variopinta –desde el punto de vista político-ideológico- que tenía entre sus objetivo deponer al gobierno adeco para acabar con la corrupción, el hambre, los privilegios de la elite, profundización de la democracia, convocar a una asamblea nacional constituyente.
La rebelión fracaso militarmente porque en Caracas los "objetivos propuestos no se cumplieron" entre otras razones por problemas de comunicación y por una temprana delación de uno de los jóvenes militares comprometido con la insurgencia organizada por el Movimiento Revolucionario Bolivariano 200 (Mbr-200). Esa rebelión militar del 4F "fue una construcción en la cual hay que reconocerle a alguien con quien podemos tener diferencias, hay que reconocerle a Douglas Bravo; hay que reconocerle al PRV; hay que reconocerle al viejo Partido Comunista que nos enseñó a entender la realidad de nuestras Fuerzas Armadas."(Rosas, A 2009)
Al igual que el 27F-1989, el 4F-1992 agarro al movimiento popular en su conjunto –con raras excepciones- con "los calzoncillos debajo de las rodillas" o como suelen decir otros "nos agarró el catarro sin pañuelo". Lo cierto es que luego de esa horrible y repudiable masacre realizada durante más de tres días de lo que se conoce como el caracazo, las protestas amilanaron pero no pararon, el zapateo continuaba casi subterráneamente con excepción de los estudiantes que no dejaban de protestar abierta y públicamente. Así llega el 4F-1992, una insurgencia conocida, esperada, un secreto a voces, donde parte de la dirección de los insurgentes militares convidaron a gente de las izquierdas (incluso previo al 4F-1992 en algunos estados del país el Mbr-200 tenía expresión civil donde destacaban militantes de las izquierdas), a gente que venían de las guerrillas, así como también a gente de pensamiento de derecha. Esa invitación a la gente de izquierdas no paso de ser verbal, a pesar de varias reuniones previas al 4F-1992 que sostuvieron los jefes del alzamiento y los jefes de algunas izquierdas.
Lo cierto es que el día "D" llego y las izquierdas comprometidas con el alzamiento se enteró por radio y televisión. Hasta Adán Coromoto Chávez Frías -uno de los hermanos de Hugo Chávez, comprometido con el alzamiento y además enlace con algunas de las izquierdas, se enteró por una llamada telefónica que le hizo su hermano Argenis Chávez, (quien por cierto desconocía en que movida política andaba su hermano militar) el día 4F como a las tres de la mañana: "Estaba pendiente, esperando por una señal suya. Teníamos en Barinas un grupo realmente pequeño… Las fuerzas estaban en el Ejército, porque el apoyo civil se había desmembrado un poco… Él me había garantizado que me avisaría el día del alzamiento, a través de una clave que habíamos acordado. No le dije a nadie, ni siguiera a los cuatro o cinco que estaban conmigo. Paso enero y los primeros días de febrero con mucha tensión, pendiente del aviso. Los hechos se precipitaron y no pudo alertarme.
Ese 4 de febrero, como a las tres de la mañana, me llamo mi hermano Argenis, que estaba en Caracas. Cuando sonó el teléfono a esa hora, me imagine que era la llamada que estaba esperando… Como a las cinco de la mañana volvió a llamar Argenis para comentarme que había oído que un tal comandante Chávez estaba dirigiendo la rebelión desde el Museo Militar…" (Elizalde, R y Báez L)
Luego del fracaso militar de la rebelión del 4F, el pueblo de mil maneras distintas se adhirió al levantamiento de los jóvenes militares. Distintas agrupaciones, de toda índole y matices (partidos políticos, grupos culturales y religiosos, intelectuales, personalidades) justificaron y apoyaron a los militares insurrectos. Gente que provenía de las izquierdas que ya habían colgado los guantes, conversos y renegados se pronunciaron con regocijo, miles de artículos publicaron en distintos medios de comunicación social, hasta libros se escribieron aupando la valentía de los jóvenes insurgentes. Quienes en el otrora afirmaron que "aquí no ha pasado nada", post 4F-1992 escribieron sobre "la rebelión de los ángeles". Los caga tintas llenaron de gloria a los militares rendidos e iniciaron toda una campaña para presentar el alzamiento militar como una acción cívico-militar.
Los cuentos de los oportunistas de derechas e izquierdas para justificar el levantamiento como cívico-militar corrieron a la par. Con eso inicio el gran engaño de la unidad cívico-militar. Y digo engaño porque leyendo y releyendo sobre la unidad cívico-militar que se forjo rededor al Carupanazo y Porteñazo, levantamientos cívicos militares donde los civiles no fueron convidados de piedras, sino que participaron antes y durante, en todas y cada una de las tareas y acciones para llevar adelante la rebelión incluyendo la redacción de la proclama de la rebelión.