En tres palabras

La revolución perdida (II)

Este artículo es la continuación de un artículo anterior que titulamos: "¡Viva Ernesto Cardenal!" (I).

https://www.aporrea.org/internacionales/a287649.html

PREGUNTAS PREVIAS SIN RESPUESTAS:

Permítanme, antes de continuar, hacer unas preguntas - en voz alta y en forma pública - con el ánimo de provocar y estimular el debate y el intercambio de ideas:

¿Qué es realmente una revolución? ¿Cómo logramos diferenciar continuidad, reforma y revolución o revolución aparente y declarativa o lo que pudiéramos llamar revolución real y genuina? ¿El para qué y el por qué de una verdadera revolución? Es decir: ¿Qué causas, razones, motivos o situaciones nos obligan a hacer una revolución y qué propósitos, fines, visión, objetivos, metas o resultados esperados, nos mueven a promoverla, ejecutarla y mantenerla? ¿A quiénes les corresponde realizarla, administrarla y quiénes, eventualmente, la podrían traicionar o llevar al fracaso? ¿Quiénes se oponen: antes, durante y después de hacer una revolución? ¿Son siempre los mismos actores durante el proceso o van cambiando los personajes y por qué lo hacen? ¿Qué características tienen quiénes son más propensos a traicionarla? ¿En el caso venezolano quiénes representan estos roles o papeles? ¿Qué debe hacerse y qué es lo que realmente se ha hecho para construir una verdadera y genuina revolución en Venezuela? ¿Cuándo o en qué momento debe y puede realizarse una revolución y cuándo es necesario detenerla o desviarla en otra dirección distinta a la que traía? ¿Cuáles son las razones? ¿Acaso podemos decretar una revolución o esta se construye en el día a día de su ejecución? ¿Qué y cómo debemos actuar para hacer irreversible a una genuina revolución? ¿Existen ejemplos concretos que sirvan de modelos? ¿Es reversible la revolución venezolana? ¿Qué debemos hacer para hacerla irreversible y no perderla?

¿Es posible hacer una verdadera y genuina revolución por vía democrática y pacífica o más concretamente, por vía electoral? ¿Acaso sólo es posible construir una verdadera y genuina revolución por vía de la lucha armada o por combinaciones de formas de lucha y organización? ¿Dónde y cuándo se han realizado verdaderas revoluciones en el mundo, en América Latina y en Venezuela y cuáles de ellas se desviaron, se perdieron o fueron traicionadas? ¿Cuáles han sido sus causas? ¿Cuáles han sido exitosas? ¿Por qué y cómo lo lograron? ¿En realidad en Venezuela durante el período 1999-2020 ha habido una revolución o acaso sólo ha sido un intento por hacerla? ¿Ha permitido este intento avanzar en la construcción del socialismo? ¿Acaso es el socialismo el desiderátum de una genuina revolución? ¿Habremos acaso hecho una "revolución" dentro del mismo proceso capitalista? ¿Existe hoy más capitalismo que antes?

Finalmente: ¿Cómo saber que una revolución ha sido traicionada, ha perdido su rumbo o es reversible? En el caso venezolano: ¿Se ha tergiversado, desviado, traicionado o se ha perdido la revolución? ¿Quiénes lo han hecho? ¿No serán traidores quienes la corrompieron y fueron ineficientes e incapaces para gobernar? ¿Serán responsables o culpables quienes han sido desleales?

INSPIRADO EN ERNESTO CARDENAL

No voy a responder ninguna de estas interrogantes aunque sobre muchas de ellas tengo algunas respuestas. Sólo pretendo estimular la reflexión crítica y autocrítica, antes de hacer algunos comentarios sobre el poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal y su libro: "La Revolución Perdida". Sobre todo, después del lamentable incidente que se produjo en el acto homenaje, en cuerpo presente, que se realizó en la Catedral de Managua.

https://www.aporrea.org/internacionales/n352890.html

Acto solemne y de suma importancia histórica en el que estuvo ausente el Presidente Nicaragüense, Daniel Ortega, su esposa como Vicepresidenta y la gran mayoría del equipo de gobierno, salvo – según se informa – el Director del Instituto de Cultura, Luis Morales ¿Por qué esta ausencia ante un ilustre y famoso personaje mundial quien ocupó un importante cargo en el primer gobierno de Daniel Ortega y jugó un papel estelar en la primera fase del proceso revolucionario Nicaragüense? ¿A qué obedece este desplante al poeta que fue sometido incluso a medidas muy duras por parte del propio Papa Juan Pablo II cuando visitó a Nicaragua en 1985 y que fueron levantadas, sólo recientemente, por el Papa Francisco, 35 años después? ¿Por qué se presentó este incidente en la Catedral de Managua por parte de algunos partidarios del gobierno de Daniel Ortega? ¿Acaso por la actitud crítica y contestataria del poeta Cardenal? ¿Acaso por lo que fue capaz de denunciar y alertar en su libro "La Revolución Perdida"? ¿Será cierto que Daniel Ortega y su gobierno se comportan hoy de manera autoritaria y dictatorial? ¿Habrá tenido razón el poeta para retirarle su apoyo y considerar que la revolución nicaragüense cambió de rumbo y se perdió? ¿O acaso el poeta no logró interpretar realidades políticas y aceptar los "microbios" y enfermedades que afectan a toda revolución? ¿Daniel Ortega y su esposa, conservarán el mismo fervor y compromiso revolucionario de la etapa en la que Ernesto Cardenal fue Ministro de Cultura o han cambiado de actitud? ¿Por qué se atrevió el poeta y cura revolucionario, Ernesto Cardenal, a asumir esa posición crítica al proceso y, en particular, en contra de Daniel Ortega? ¿Por qué, por el contrario apoyó a Chávez y el proceso venezolano? ¿Qué opinaba Cardenal del Presidente Nicolás Maduro y del actual proceso?

LA REVOLUCIÓN VENEZOLANA: ¿ESTÁ PERDIDA?

Hay quienes piensan que la revolución venezolana se perdió desde hace tiempo, incluso con Chávez aún vivo. Otr@s, quizás la gran mayoría de los que antes compartían que estábamos en revolución, piensan que desde que Maduro ganó la presidencia la revolución comenzó a desviarse y perderse y, por tanto, ha sido traicionada ¿Es esto cierto? ¿En realidad la revolución venezolana está perdida? ¿Qué criterios de evaluación estamos utilizando para llegar a una u otra conclusión?

Sólo el tiempo, juez inevitable de nuestros actos aquí en el planeta Tierra, dirá la última palabra. Como nos enseñara nuestro maestro Carlos Matus Romo: "la racionalidad de las decisiones de hoy depende de lo que ocurra mañana". Y, nos guste o no. Lo compartamos o no. Independiente de nuestros pareceres. Hoy el futuro luce incierto. Indeterminado. Y, como nunca. Pareciese de final abierto. Vale decir: no hay una ley o regularidad evidente y suficientemente contrastable con la realidad que nos determine y condicione el futuro. Salvo las profecías que hablan de un apocalipsis por venir que se sustenta hoy en eventos y situaciones predichas: pandemias, explosiones sociales, elevados niveles de perversión y corrupción, promoción de la violencia y guerra entre naciones, deterioro progresivo de valores y principios, hambrunas, miseria y pobreza incontrolable, contaminación, recalentamiento y desequilibrios naturales. Entre tantas manifestaciones y tendencias que pareciesen avizorar un futuro oscuro para las generaciones del porvenir.

Frente a esta realidad. Ante la posibilidad de perder las revoluciones del mundo, incluyendo la venezolana. Un grupo de conspiradores, sean o no de acuario, comenzamos a renovar la esperanza, a practicar lo que decimos y pensamos, a ir más allá de las apariencias para develar la profundidad de la esencia oculta tras las arremolinadas mentiras que nos venden todos los días. Para hurgar la mente y los corazones de quienes nos resistimos a ser sólo espectadores de este cambio civilizatorio que nos obligará a ver, vivir y sentir, más allá de lo superfluo y lo material. Afincado en lo espiritual. Bañados de poesía y, a la vez, acompañados de un manantial de razones y de enjambres de colmenas agolpadas para construir un nuevo futuro y en millares de hormigas trabajando en la adversidad para colocar cada cosa en su sitio y dejar todo limpiecito de malezas y malas hierbas ¡Como debe ser!

Hoy, más que nunca, en medio de la escasez de gas, de las colas de gasolina, de los cortes de energía eléctrica, de la falta de alimentos, de la dificultad para tener acceso a salud de calidad y gratuita, de la inseguridad personal y ciudadana, de las amenazas de invasión militar, de las locuras de los políticos tradicionales, de la vagabundería y la corruptela generalizada…reivindicamos la esperanza.



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Hugo Moyer Agostini

Ing. Químico (1975). Postgraduado en Macroeconomía, Planificación y Creatividad Aplicada Total. Profesor Titular jubilado de LUZ (1997). Presidente Honorario de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG). Ha sido el primer Director del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) y del Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno (CELAEG) Ha sido asesor de Rectores de varias universidades, Alcaldes y Gobernadores, así como de la Presidencia de PDVSA y PEQUIVEN. Vive para la POLÏTICA y se resiste a vivir de la política.

 escolagzulia@gmail.com

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