Más que necesidad, es urgente el alza de los salarios

Algunos venezolanos han querido iniciar un debate acerca de la necesidad del alza de los salarios. A todas luces, es un debate más que necesario, es urgente. La economía venezolana ha sido duramente golpeada también por el rezago de los salarios ante la explosión hiperinflacionaria de los precios, experimentada en los años recientes. Todo ello, agudizado por una confrontación política salvaje, primitiva, sin reglas ni límites por parte de sectores fascistas que llegaron incluso a amenazar la existencia misma de la Nación y con ella, amenazaron también físicamente la existencia de los venezolanos.

Lo cierto es que, para salir del actual embrollo económico, entre otras medidas, hay que recuperar urgentemente el poder adquisitivo y el nivel de los salarios de los trabajadores en Venezuela. Quienes se oponen a esta medida nos advierten que es necesario elevar antes los ingresos económicos, olvidando que es el trabajo quien genera esa riqueza y que es, en gran parte, el gasto del ingreso de los trabajadores, lo que dinamiza el crecimiento económico. El trabajo en el proceso productivo (trabajo productivo) repone el valor de lo que ha costado y además genera un excedente, cómo se reparte el excedente podemos dejarlo para otra discusión. Es cierto que la inversión es otro factor clave en la expansión de una economía, sin embargo, resultaría muy lamentable si esta inversión necesaria requiriera para realizarse, ser financiada a través de la generación de un ahorro forzado, descontando las partidas para la inversión del salario no pagado a los trabajadores. El salario de los trabajadores venezolanos ha caído sostenidamente desde 2009. El trabajador venezolano ha perdido en términos generales todo el poder de compra de su salario, ha debido recurrir a la venta de objetos y al uso de sus ahorros, en los casos de que los tuviera; y, vergonzosamente, ha debido también acudir a la ayuda de familiares y amigos (y también del Estado) para complementar su ingreso y poder adquirir bienes esenciales para su subsistencia. Los trabajadores ven cada vez más difícil cubrir lo básico, alimentos, medicinas, educación, etc. No obstante, algunos factores de la política económica parecen insistir en contener los salarios, ¿para controlar la inflación? Este es otro caso, en el que la cura parece ser peor que la enfermedad. La cura es tan mala que por poco nos mata.

En otros artículos, he tratado de resumir los impactos que los bajos salarios tienen en la escasa inversión, por lo tanto, en el bajo crecimiento de la producción, en los bajos ingresos de la población, en los bajos ingresos estales, en el empobrecimiento y deterioro general de la economía. Quizás no es necesario repetirme acerca de esto.

Adicionalmente, en el escenario mundial generado por la pandemia de la Covid-19, todos los gobiernos del mundo se preparan para gastar más y compensar la caída de los ingresos provocada por la paralización de la actividad económica que ha obligado la pandemia. Contrasta, por ello, la actitud de "expertos" nacionales que niegan la necesidad de elevar el gasto en la economía nacional y complementar los ingresos de los trabajadores. Pareciera que vamos contra la lógica mundial en esta materia.

La economía venezolana se ha resentido en gran medida por esta caída de la demanda de los trabajadores; esta situación nos ha llevado sucesivamente a nuevas caídas de la producción y del ingreso nacional en una carrera siempre descendente, esto es más que evidente al menos a partir de 2013. Tal situación no es sostenible, es necesario iniciar un cambio notable en la política económica, aprovechando la fase de relativa estabilidad política existente, luego de que el pueblo venezolano ha logrado derrotar los perversos planes de la derecha fascista, personificada en el dúo Leopoldo López y Guaidó y quienes le secundaron.

He hablado en otras partes de la necesidad de diseñar y poner en práctica un Plan de recuperación y reconstrucción nacional. Un plan que genere confianza, consenso nacional y que nos permita reiniciar el crecimiento y recuperar el bienestar de las mayorías de los venezolanos. Este es un plan urgente que no debe postergarse y que debe contemplar decididamente entre sus objetivos la recuperación del ingreso de los trabajadores. Sin la adopción de este plan, resulta poco convincente que tengamos Patria también para los trabajadores.



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Rodolfo Magallanes

Profesor del Instituto de Estudios Políticos de la UCV

 magallanucv@gmail.com

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