La Piratería Inglesa de nuevo asedia a Venezuela

LA PIRATERIA INGLESA DE NUEVO ASEDIA A VENEZUELA 

Corsarios ingleses asaltan el Caribe venezolano

El imperio colonial ingles en 1588 derrota a la “Armada Invencible”, flota española en la guerra Anglo -Española, por intento de invasión de España a Inglaterra, entre otras razones para amainar los ataques piratas contra los barcos españoles que salían de América a España. Al amparo de ese triunfo los ingleses, se quitan la careta y en adelante, les entregan a los piratas que les sirven, patente de corso, con ello, ascienden y autorizan la piratería en el Caribe y se concentran en las costas venezolanas e incursionan en el majestuoso rio Orinoco que baña con sus aguas la región de Guayana.  En 1589 John Chidley  incursiona en Trinidad, Benjamín Wood asalta Trinidad, Margarita, Coro y Cabo de la Vela, Lawrence Keimis invade el Esequibo, el Orinoco y Santo Tome de Guayana en 1592, en 1617 el pirata Walter Raleigh incursiona una vez más en Trinidad, sus hombres en las aguas del Orinoco asaltan Santo Tomé, y es derrotado en su proyecto de hacer de Guayana una colonia inglesa, Raleigh, es el pirata enviado de la corona inglesa para explorar la región de Guayana  en la búsqueda del mito de El Dorado ,  luego de su derrota se regresa a Inglaterra, donde escribe un libro que describe las riquezas naturales y minerales de Venezuela,: “El descubrimiento del vasto, rico y hermoso imperio de las Guayanas”,

Francisco Miranda víctima de la piratería

El 30 de julio de 1812, Miranda arriba a La Guaira, después de capitular ante las fuerzas realistas con Domingo Monteverde a la cabeza. Ordena cargar su preciado archivo, y 22.000 pesos y unos centenares de onzas de oro, el embarque de este dinero, la capitulación y la perdida de la primera República, produce un descontento en un grupo de patriotas que estaban alojados en el mismo hospedaje que Miranda en La Guaira, y  la madrugada del día siguiente es arrestado, y entregado por Manuel de la Casas  a los realistas.

Miranda había solicitado a la casa comercial Robertson, Belt and Company, que guardaba el archivo, y los 22.000 pesos y las onzas de oro,  se tiene idea que con ese dinero, posteriormente, contaba en la prisión de La carraca, en Cádiz, para sobornar a sus carceleros y lograr su fuga, pero la muerte lo alcanzo el 14 de julio de 1816, el mismo día de la conmemoración de la toma de la Bastilla inicio de la Revolución francesa, al final es víctima de la piratería de la casa comercial al no entregarle su dinero colocado en resguardo en esa casa comercial

La otra cara de la piratería inglesa y sus aliados criollos

Los antecedentes de  expoliación a nuestras riquezas por parte de la monarquía inglesa, comienza desde el mismo momento en que los patriotas venezolanos declaran la independencia de Venezuela de la monarquía española, con los malos manejos hechos por los patriotas comisionados para  negociar, con la banca inglesa, los empréstitos para poder dotar al ejercito patriota de equipos, armas y municiones, contratos que fueron hechos de una manera ventajosa para la monarquía inglesa, una nueva forma de piratería o neopiratería, que se aprovechaba de las necesidades de la Nueva República, y  de las condiciones políticas y económicas existentes en Venezuela, durante la guerra de la independencia contra la Monarquía española.

Esos malas decisiones, no fueron inocencia o inexperiencia, la corrupción se hizo presente en personeros del gobierno de Colombia (la grande), que aprovecharon esa oportunidad para acumular grandes fortunas producto de comisiones recibidas de los banqueros ingleses, con la complicidad del Vicepresidente de Colombia Francisco de Paula Santander, quienes  junto con sus conmilitones en el Congreso amasaron también  grandes fortunas en deterioro de la República. El neo granadino Francisco Zea, fue uno de los responsables directo de los malos manejos, desde su nombramiento en el año 1820, como Plenipotenciario de Colombia ante el gobierno inglés hasta su muerte en Londres en 1822, quien fue enviado a levantar el crédito de la República, pagando los intereses caídos.

En 1821, Zea de forma inconsulta, decidió contratar y llevar adelante un empréstito de dos millones de libra esterlina, las bases del mismo, fueron: veinte por ciento de descuento; seis por ciento de interés anual, pagadero por semestre vencido, dos por ciento de comisión del monto total del empréstito; dos y medio por pagar intereses; y uno por ciento por amortización del capital. Esta negociación llevo a hipotecar al país por un dinero que fue dilapidado en la compra de equipos y armas inservibles, los equipos destinados a la marina estaban en mal estado y era tal el deterioro, que fueron abandonados en los muelles, por inútiles.

 Bolívar le solicito reiteradas veces a Santander de retirar al comisionado Francisco Zea por los manejos con los erarios de la república como se puede ver en las siguientes citas:

“El empréstito del señor Zea es horrible… la deuda nacional nos va a oprimir; el señor Zea es la mayor calamidad de Colombia: es horrible su mala versación”[i]

“La deuda pública es un caos de horrores de calamidades y de crímenes, y el señor Zea, el genio del mal, y Méndez el genio del error, y Colombia una víctima cuyas entrañas despedazan esos buitres: ellos devoraron con anticipación los sudores del pueblo de Colombia”[ii].

“El negocio de Zea es el segundo mal de Colombia, después del primero que he citado. Recibió dos millones y doscientos mil pesos, y dio el valor de diez millones. Yo no sé cómo pagar las atrocidades de Zea”[iii]

Cuando se hizo la demanda del último empréstito a la banca inglesa, ya la República no tenía necesidad de ese dinero. Había finalizado la guerra de la independencia. Ya Colombia era libre mucho más vergonzoso todavía, y además criminal, fue el hecho de que el último préstamo se evaporó en las turbias manos del santanderismo en Bogotá

Bolívar denuncia en carta, desde Guayaquil el 15 de abril de 1823, dirigida Santander, Vicepresidente de Colombia Santander, a la banca inglesa y la complicidad del comisionado corrupto Francisco Zea, en el intento de arrebatar millones de pesos, a través de jugosas ganancias en los empréstitos al gobierno colombiano.

 “Parece que los ingleses están decididos a encontrar legal el robo de los 10.000.000 de pesos, de Zea, para hacer pagar a Colombia seta suma. Al fin tomaran con nosotros el mismo partido que con España: no pudiendo pagarles nosotros se pagaran”

El Libertador se encontraba en el  Potosí en 1825, cuando Santander, en Bogotá firmaba un Tratado comercial entre Colombia y la Inglaterra, ufanándose de haber firmado este convenio que a su juicio, era un acuerdo que situaba a Colombia en igualdad con Inglaterra, le remitió copia del contrato a Bolívar, quien se limito a decir:

“no he visto aún el tratado de comercio y navegación con la Gran Bretaña, que según usted dice, es bueno; pero yo temo que no lo esa tanto, porque los ingleses son terribles para estas cosas”[iv]

 Seis días después y luego de haberlo estudiado, el Libertador le escribe para dar su opinión sobre dicho tratado a Santander.:

“El tratado de amistad y comercio entre Inglaterra y Colombia tiene la igualdad de un peso que tuviera de una parte oro y del otro plomo. Vendidas estas dos cantidades veríamos si eran iguales. La diferencia que resultara, sería la igualdad necesaria que existe entre un fuerte y un débil. Este es el caso (…)[v].

En 1825, Santander nombra la comisión negociadora de los empréstitos ingleses,  a través de maniobras truculentas negando que los venezolanos y quiteños pudieran participar en la misma y pudieran hacer vigilancia de las gestiones hechas por el gobierno colombiano,  para complacer a sus camarillas de especuladores granadinos, impidiendo en el Senado el nombramiento del venezolano José Rafael Revenga como Ministro en Londres y designo en su lugar, al granadino Hurtado, e  incorpora a la comisión negociadora del empréstito otros granadinos Arrubla y Montoya.”

El General Joaquín Posada Gutiérrez, quien acompaño a Bolívar hasta su muerte en Santa Marta, escribe en sus memorias: “El tratado con Inglaterra fue uno de los mayores desaciertos del General Santander, que nos obligó indefinidamente a condiciones ruinosas para nuestro país. El general Santander lo confesó más tarde, excusándose de su inexperiencia… Los tratados y la deuda nos hacen una especie de colonos de las potencias extranjeras”

Los neo-piratas saquean las reliquias de los pueblos del mundo

Venezuela es un capítulo más de la serie de saqueos que las grandes potencias, continúan haciendo entre los asaltos es muy usual el robo de reliquias de toda la historia de la humanidad, que podemos encontrar en los museos de Inglaterra: desde las antiguas momias de Egipto, especialmente encontramos una intacta, la de Artemidoro, los Frisos del Partenón en disputa legal con el gobierno de Grecia, los bronces de Benín, pectoral de oro fundido de Popayán, Colombia. Estas son algunas de todas las reliquias que llenan las salas de importantes piezas antiguas de un valor incalculable por su valor histórico, Una visita a los museos, en la sección de antigüedades nos encontraremos con cualquier cantidad de verdaderas joyas históricas exhibiéndose que Inglaterra se niega entregar a sus verdaderos dueños.

El piano de oro, robado en Irak durante el saqueo ordenado por la OTAN, ahora lo tiene la jefa de los piratas en su Palacio Real de Inglaterra

Los neo-piratas ingleses asaltan el oro venezolano 

.Ese asalto continuado de neo-piratería, ahora, intentan apoderarse a través de triquiñuelas en los tribunales europeos,  de todo el territorio venezolano  al este del rio  Esequibo, y no les basta sino, que, el pueblo venezolano ve con gran asombro, como la banca inglesa, con la anuencia del gobierno Ingles, en respaldo a las políticas del imperio estadounidense, para intensificar el bloqueo de manera criminal contra Venezuela, intentan apoderarse de 31 toneladas en lingotes de oro valorados en más de mil millones de dólares, depositados en las bóvedas del Banco Inglaterra en el 2008. por el gobierno de la República de Venezuela.  El remanente que no fue retirado en el año 2011, por el presidente Hugo Rafael Chávez, con la repatriación de 160 toneladas de lingotes oro depositados en los bancos de Estados Unidos y de la Unión Europea, y que quedo como garantía a un préstamo hecho al Fondo Monetario Internacional por el gobierno de la cuarta república.

El presidente Chávez, puso en resguardo el oro rescatado, para así tener el control físico de los activos de la República y fueron depositados en el Banco Central de Venezuela, el resto quedo como garantía de un préstamo solicitado por el gobierno venezolano, al Citibank en el 2008, Dicho crédito fue saldado en el 2018. El gobierno venezolano no perdió tiempo y al comienzo de  ese mismo año, hizo  los trámites para la expatriación de sus reservas en oro, pero vemos como la historia  se vuelve a repetir, en el pasado  es nuestro Libertador Simón Bolívar,  quien ejerció  la defensa de nuestros recursos, ante la piratería de los bancos de Inglaterra aliados con corruptos criollos, la misma piratería o neopiratería, que sigue vigente al negarse a entregar a nuestros gobierno legítimo, recursos en lingotes de oro, para ponerlo a la orden de un imaginario presidente reconocido por ellos, reafirmando su carácter colonizador con el cual seguir saqueando Latinoamérica y los pueblos del mundo

 José Caldera/ Movimiento Cultural Bolívar Insurgente.

 Bibliografía:

[i] Bolívar, Simón. Carta  a Santander, Pasto, 14 de enero de 1823

[ii] Bolívar, Simón. Carta a Santander, Babahoyo, 14 de junio de 1823

[iii] Carta de Bolívar a Santander

[iv] Carta de Bolívar a Santander. Potosí, 27 de octubre de 1825

[v] Carta de Bolívar a Santander. Potosí, 27 de octubre de 1825

 

 



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