Crítica ácida

207 y 205 años después vigencia de libertad

Septiembre en la relación de hechos históricos en la vida y obra de Simón Bolívar, tiene fechas significativas. Conocer el pensamiento de El Libertador es comprender por qué está más vigente que nunca. Venezuela tiene 22 años y siete meses intentando poner en ejecución su pensamiento adelantado en siglos a la función de la democracia, que necesariamente debe ser antiimperialista y auténtica.

Profeta en su tierra americana, Bolívar en la Carta de Jamaica afirmó el 5 de Septiembre 1815 que (copio textual) "en lo relativo á la suerte futura y á los verdaderos proyectos de los americanos; pues cuantas combinaciones suministra la Historia de las Naciones, de otras tantas és susceptible la nuestra, por sus posiciones fisicas, por las vicisitudes de la guerra, y por los calculos de la Politica". Tiene vigencia El Libertador frente al desparpajo de los Trump y sus vasallos, locos por destruir la política venezolana siglo XXI de indiscutible soberanía bolivariana.

En otra fecha septembrina, el día 7 correspondiente a 1814, sobresale el pensamiento de nuestro gran Libertador en "El manifiesto de Carúpano", al destacar la valentía de quien gobierne y se defiende de sus acusadores y calumniadores. Firmó Bolívar en Carúpano lo siguiente "Dichoso aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto y se presenta inocente a exigir de sus propios compañeros de infortunio una recta decisión sobre su inculpabilidad"

Muchas veces Bolívar hizo referencia a elecciones, a la participación del pueblo en las decisiones; en la Venezuela de años finales del siglo XX, 1999 y estas dos décadas que van del siglo XXI, las citas al pueblo son reflejo fiel de consulta ciudadana. Chávez lo enseñó sin miedo, los referenda son prueba, en la derrota reconoció sin demora y lo mismo ha hecho Nicolás Maduro, mientras en la acera de enfrente, en la oposición huérfana de líderes con carisma y merecimiento, en manos de torpes y desaforados es notoria la entrega de decisiones a intereses extranjeros, y el culto a la violencia salvaje.

En los muchos sabotajes al servicio eléctrico nacional que sufrimos en forma repetitiva cada campaña electoral en ciernes, el colectivo ha aprendido cómo se les nota a opositores peligrosos la paranoia y el comportamiento antidemocrático. Carecen de jefe, sus líderes quedaron en el olvido, se dividen, se atomizan, y en el coctail de movimientos políticos improvisados, idean partidos cuya militancia puede reunirse en un ascensor…, dejan ver la escasa influencia para atraer a la votación descontenta, que sabe de sus marramucias en nombre de una democracia que no practican.



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Luis Sánchez Ibarra


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