Crítica ácida

Derechos humanos en Venezuela imitando a…

Una queja que supongo hecha con muy buena intención, le oigo a un comunicador social en una emisora de radio, policías y guardias nacionales irrespetaron la luz roja en un semáforo y por eso el caballero opina que los malos ejemplos perjudican las instituciones de orden público, abusan de los derechos de circulación del resto de la población, y son un peligro al "comerse la luz", es decir transitar cuando no deben, mal ejemplo ciudadano.

La circunstancia trajo a la caja registradora de mi memoria, las veces que en los cuarenta años de la "democracia representativa" vi a guardias nacionales y policías, hacer lo mismo y líbrese Dios que usted iba a acusarlos por la radio y la tv, había miedo a la democracia representativa y a los funcionarios uniformados, usted podría resultar señalado de faltarle el respeto a las autoridades que estaban en su trabajo

Gracias a la providencia y los avatares políticos surgidos desde Febrero de 1999 al iniciarse el proceso socialista de cambios, la Venezuela mal acostumbrada a vivir de esos temores va cambiando. En aquellos años podrían tildarlo de insurrecto, subversivo comunista, o cuando menos peligroso enemigo de la democracia adecopeyana, y por sospechoso al exigir cambios, enemigo de la impoluta democracia representativa, modelo en latinoamérica…

En este particular me permito citar que varias veces vi por estas calles caraqueñas y aragüeñas, a uniformados detener ciudadanos y ciudadanas, arrodillarlos o acostarlos, pisarlos colocándole sus botas sobre el cuello o la cabeza, detenidos por cualquier situación anómala de orden público y en especial a estudiante, era normal, no protestado ni por los arrestados ni por los medios de comunicación.

Los periodistas nos eximíamos de utilizar micrófonos y cámaras para reclamar semejantes procedimientos militares o policiales, pues se nos mantenía bajo vigilancia por las "oficinas de control de radio y TV", ubicadas en cada capital de estado, y dedicadas a advertirle a los dueños de emisoras de radio y estaciones de TV, que entre los empleados se "infiltraban" enemigos del gobierno. Una dictablanda bipartidista disimulócrata, imitaba la conducta represiva y clasista dominante de los estadounidenses, que nos robaban el petróleo.

A los enemigos políticos guerrilleros, para identificarlos les cortaban las manos, enterraban el cuerpo, y enviaban a la Digepol en Caracas las extremidades, si le daba la gana a gobernantes blancos o verdes, adecos o copeyanos pitiyanquis ordenaban el hampoducto hacia la cárcel de El Dorado, o iban a parar a teatros de operaciones donde eran torturados. Frecuentes los asesinatos a adversarios políticos, vistos normal y democráticamente, igual que la desaparición de ciudadanos, lanzados desde helicópteros, en el ejercicio de una democracia representativa represiva y obediente a las instrucciones de Washington.

Hay que saber de los tiempos en que vivimos una supuesta mayor "democracia y libertad", donde privó la disimulocracia sirvienta de extranjeros, con olvido de la independencia y soberanía. Cuando les oigo quejarse de la hiperinflación de precios en alza como nunca antes por la empresa privada bachaquera, y conozco también decisiones de juzgar y poner en la cárcel a revolucionarios de pacotilla y a opositores, por arbitrariedades contra los derechos humanos, me siento orgulloso de que policías y guardias no imiten ya a sus colegas de EE UU, que matan afrodescendientes y latinos, quienes salen de la cárcel pagando fianzas millonarias para continuar en la disimulocracia "representativa".



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Luis Sánchez Ibarra


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