Las ilusiones políticas de mucha gente

Muchos creyeron que Chávez se entregaría al poder económico porque cenaba en casa de algún propietario de un medio de comunicación social o viajaba en aviones de empresarios. Se equivocaron, el inventor del socialismo del siglo 21 no fue títere de nadie, eso sí en principio oyó los consejos de Miquelena y posteriormente los de Fidel, pero sus decisiones siempre fueron propias. En Argentina se daba como un hecho que la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner sería quien mandaría, otro pelón, el presidente se deslindó rápido dejando ver que su administración no estaría contaminada por ataduras del pasado. Ahora cuando en Bolivia, acaba de ganar el representante de Evo Morales, el mismo Evo es el primer ilusionado en pensar que manejará la presidencia desde afuera. Difícilmente, la realidad actual se practica con seres pensantes con suficiente capacidad de diseñar sus propias estrategias en donde van utilizando todas las herramientas posibles y personajes a su alrededor para luego de alcanzar el poder revisarse haciendo una especie de limpieza de lo que ya no le sirve para nada.

Chávez tuvo a Miquelena hasta que se le convirtió en un peso disociador, obligándolo a decir públicamente que el jefe era él y no Miquelena, hasta cambió el nombre del partido para borrar a ese señor proveniente de la cuarta republica. Mantuvo a hombres como José Vicente Rangel en calidad de colaborador permanente, sabía que la experiencia política y comunicacional del ex candidato le eran importantes. Y es que cuando se cae en lo contrario el fracaso viene en el mismo paquete, todavía el país no sabe si Guaidó es un títere de Leopoldo López o en realidad toma decisiones propias. A la fecha no ha dado muestras de su consistencia, esa aparición frente al aeropuerto de La Carlota, al lado de Leopoldo, le hizo mucho daño. Ha dado muchas muestras de valentía, desafortunadamente para él, no ha sabido administrarse políticamente. Existen casos en la oposición que difícilmente convenzan a nadie, y no por ser títeres, lo que sucede es que no se puede creer en una ruptura de Bernabé con Ramos Allup, son como siameses, no los puedes separar. Coyuntura que el partido de gobierno aprovecha para confundir con un AD paralelo que le sirve para legitimar las elecciones parlamentarias.

Cipriano Castro, al enfermarse dejó a Juan Vicente Gómez encargado de la presidencia, seguro estaba que la persona de su mayor confianza le entregaría el poder a su regreso, no fue así el benemérito no se salió de la silla, la que mantuvo hasta su muerte. Creyó Castro poder manejar al veterano andino o fue más la confianza en el compadre quien era enemigo de la palabra traición. Gómez estaba claro, no disparo ni una sola bala para sacar a Castro, manejaba mucho la idea de "esperar es una manera de conspirar". Jugó al desgaste de su jefe. Uno no sabe que hubiese pasado, si Chávez no da ese viaje para dar instrucciones sobre quien sería su sustituto, y como para que no quedase duda lo hizo con Diosdado al lado. Siendo este ultimo el más leal seguidor de las órdenes de su comandante en jefe.

 



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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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