Un 1 de mayo de 2017 en medio de una confrontación fratricida el presidente Mauro sorprendió a todos con una convocatoria a una constituyente. La oposición radical, creyéndose vencedora, decidió no aceptar el reto, aunque electoralmente lo pudo ganar y acabar de una vez por todas con la revolución desde sus raíces en la constitución bolivariana. Prefirieron tomar el camino fácil. La historia ya la conocen, acéptenlo o no, la oposición sentenció el principio de su fin, traducido en una pérdida de liderazgo, de credibilidad y la inmovilización de sus seguidores.
Para este 6D, Maudro se aparece con otra propuesta "traída por los cabellos" para los chavistas que no sabemos que se trae entre manos. O está muy seguro de su victoria, cosa poco fácil de predecir si la participación es mayoritaria, o está negociando una salida que deje vivo al chavismo, o tiene en mente otra idea brillante para terminar de enterrar a la oposición de ultra derecha, apátrida y entreguista.
Si los "lideres" del G4 logran convencer, otra vez, a los que están obstinados con el gobierno de Maduro y los invitan a abstenerse el 6D, que Mauro hará trampa, que no cumplirá su promesa y cualquier otra manipulación, definitivamente el chavismo saldrá aun más fortalecido.
Claro que el chavismo obstinado, cansado de las dificultades y enfrentado a una dirigencia poco democrática a lo interno, tenderá a motivarse a votar por el chavismo para evitar un mal peor, la pérdida del tesoro más preciado que hemos alcanzado en 500 años de resistencia con Bolívar y Chávez: La independencia política. Esto haría la batalla electoral interesante y le imprimiría más legitimidad al proceso. Y de ganar el chavismo con una buena participación, afectaría sensiblemente al antimadurismo internacional, al menos diplomática y mediáticamente.
Algo que no se le puede negar a Mauro es que ha sido un gran estratega para derrotar a la oposición, mantener a las fuerzas internas unidas y sacarse las espinas rápidamente. Aunque pocos lo reconozcan, el solo hecho de mantener este país a flote con una reducción de los ingresos petroleros del 99% en 2020 y algo similar los años anteriores es un verdadero milagro, digno de admiración. Si admiración, porque con problemas infinitamente inferiores otros gobernantes se ven obligados a dimitir o son derrocados.
Este 6D, amanecerá y veremos. Esperamos que la conciencia del pueblo logré ver por encima de las circunstancias actuales y la realidad virtual que nos han creado culpando a Maduro de todos los males, exacerbando errores y convirtiéndolos en la causa y no en la consecuencia del peor asedio de la historia contemporánea que no solo ha reducido nuestros ingresos a casi nada, sino que no nos permite intentar desarrollarnos libremente.
Confiamos críticamente en tu tino camarada presidente y llamamos a votar por los candidatos de la revolución, aunque yo no vaya a marcar la tarjeta de mi partido PSUV como una cachetada al nombramiento a dedos de los candidatos que terminarán representando al pueblo, pero obedeciendo la línea del dedo que lo eligió.
A votar todos los chavistas, (consientes o inconformes) este 6 de diciembre, aceptemos el reto de Mauro y ganemos.
Que maduro salga fortalecido para que asuma el reto de echar la basura de la casa, abrir las puertas a la crítica dura y difícil, retorne a la democracia participativa y protagónica y nos guie a la construcción de una verdadera economía productiva nacional.