Impulsados por su juventud e informaciones opositoras durante 23 años desde la campaña electoral de 1998 a la más reciente, niños muchos de ellos y bastantes aun no nacidos para el 2 de Febrero de 1999, se quedarán “pasmados”, (frase de asombro pronunciada por sus antepasados), al saber que el primer quema- quejas en la presidencia nacional, fue el fundador del social cristianismo en el país, el yaracuyano Rafael Antonio Caldera Rodríguez, dos veces presidente en tiempos de aquellos cada vez más lejanos cuarenta años de firmeza pitigringa de AD y COPEI.
Los copeyanos intentaron siempre deslastrarse de los adeístas, en el fondo porque adecos quería decir AD-comunistas, y ellos, social cristianos, siempre le hacen fo, asco, o uff, a todo lo que sea comunismo, aun habiendo estudiado algunos el origen de esa importante corriente ideológica de la humanidad. En el primer gobierno de Caldera, 1969 a 1974 idearon una “Oficina de Quejas y Reclamos”, funcionaba en Miraflores y la presidía un General ® de apellido Montserrat, integrante del Ejército.
En la UCV les cantaban a las copeyanas la letra del tema “Laura no seas tan sifrina”, al fundarse la UCAB, ellas y ellos los que podían pagar, o sus padres hacían el sacrificio, se mudaron para la católica “Andrés Bello”, regentada por jesuitas. En esa onda de defender en privado, pero no parecerse en público a sus archirrivales de mentirijillas en la democracia representativa pro yanqui, desgobernaron social demócratas y los de COPEI popularmente Curas Organizados Para Engañar Incautos.
Al finalizar la presidencia entreguista de Rafael Caldera, profesor universitario que dio permiso de allanar a su UCV, en donde estudiantes y trabajadores fueron asesinados por la policía anti comunista rabiosa blanquiverde o verdiblanca, Caldera al marcharse autorizó la quema de las quejas, y clausuró la oficina que las procesaba, no se supo para qué sirvió. Comenzó la quemadera que la contrarrevolución usa hoy, incinerando votos y actas, presuntos pirómanos contra máquinas y material del CNE.
Ningún venezolano más o menos informado, puede creer que esa clase de gente, va a apoyar los alegatos de defensa a la nación que hace el gobierno socialista, revolucionario y bolivariano, ante las agresiones a nuestra economía, por situaciones fabricadas en organismos obedientes a Trump, Biden y sus predecesores. No lo harán porque se trata del pitiyanquismo vergonzoso de quienes no creen en valores, y a los problemas inducidos los descalifican afirmando “pero tenemos patria…. y revolución bonita…”. Deberían quemar mentalmente su ignorancia, y huir del politiquerismo entreguista, enemigo de nuestra soberanía.