En el diccionario de la Real Academia Española (RAE) la palabra “complementación” tiene una definición única “acción y efecto de complementar”. En cuanto a esta última palabra la misma fuente nos indica que es un verbo y que en principio tiene tres acepciones, en cualquiera de los casos nos terminan llevando a la palabra “complemento” y allí la cosa se complejiza.
La RAE en su diccionario contempla ocho acepciones a la palabra complemento, indicando que la misma viene del latín complementum.
Para los efectos de lo que intentamos analizar en este escrito utilizaremos la primera acepción de la palabra complemento es: “Cosa, cualidad o circunstancia que se añade a otra para hacerla íntegra o perfecta”.
Pero como más que de gramática es de política lo que pretendemos ahondar en este escrito, vayamos al asunto que nos ocupa en esta ocasión.
En la entrevista presentada en t.v el primer día del año 2012 al Presidente Nicolás Maduro, por Ignacio Ramonet, al final de la respuesta a la pregunta siete el Presidente entre otras cosas afirmó:
“Así que no podemos hablar de una dolarización de toda la economía. Por eso a la pregunta: ¿Hay una contradicción entre dolarización y revolución? La respuesta es, por lo que vemos: no. Hay complementación más bien”
Vista la definición de la RAE de la palabra complemento, es un absurdo afirmar que la “dolarización” puede ser un complemento que hace íntegra o perfecta a la “revolución”. Quizás un experto en análisis de discurso podría señalar que la respuesta es errónea porque la pregunta está erróneamente formulada. Es preciso adelantar que la pregunta, en este caso, no la formula el periodista, sino el mismo entrevistado.
A nuestro modesto entender parece más factible que sea la revolución la que está complementando la dolarización en el país.
Hasta las últimas horas del nefasto 2020 la clase trabajadora venezolana en general vivió el drama de la dolarización de la economía por la vía de los hechos. Acaso es un secreto para alguien que los precios de alimentos, medicinas, servicios privados están dolarizados y quienes necesitan acceder a ellos deben hacerlo mediante divisas, incluso algunos trámites administrativos del Estado ya se tasan en divisas, ¿no se ha enterado el Presidente que esto ocurre?
Cuando el Presidente afirma que “el dólar es una válvula de escape”, habrá que preguntarle, ¿para quién?, ¿Para los trabajadores que tienen un salario que mensualmente no llega a los 10 dólares incluyendo bonos, en la mayoría de los casos?, ¿Para los pensionados y jubilados que con bonos y otros complementos no pasa de 5 dólares por mes?.
Con la excepción de los CLAP y algunos servicios como electricidad, gas(directo) y telefonía, la mayor parte de lo que debe pagar el pueblo se dolarizó por vía de los hechos. Por citar solo un caso, el transporte público, a pesar de gozar del subsidio del combustible, las tarifas suben cada día sin que se le ponga ningún coto.
El Presidente dijo en la entrevista “…con la recuperación de los ingresos nacionales debemos ir recuperando los factores y los equilibrios de la macroeconomía. Ir recuperando el ingreso de los trabajadores y trabajadoras, y mantener un proceso de recuperación del mercado interno nacional”. Esto lo ha dicho de manera reiterada antes, llevamos meses que ya suman años esperando esta recuperación. La caída sostenida de los salarios y la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores hace imposible la recuperación del mercado interno nacional, sus asesores lo saben.
También dijo “…la nueva Asamblea Nacional que va a desarrollar un conjunto de leyes para flexibilizar todo lo que es la inversión en la actividad económica venezolana, Venezuela está abierta al mundo para la inversión”. La clase trabajadora sabe lo que significa “flexibilizar”.
Y para finalizar, es claro que el Presidente nunca ha ocultado su interés en un acercamiento con el sector empresarial, en la entrevista extiende felicitaciones a los empresarios, a los productores y a la agroindustria. Para la clase trabajadora es claro que estos sectores juegan un papel fundamental en la economía especulativa y usurera que se ha impuesto en el mercado nacional, asociada a la dolarización, mientras las instituciones del Estado que deben velar porque esto no ocurra se hacen la vista gorda.
Mientras se apueste porque sea la “burguesía revolucionaria” quien nos conduzca a mejores destinos más distancia estaremos tomando del Socialismo que Chávez oteó en el horizonte como posibilidad real para un país que tiene 200 años luchando por su independencia y soberanía.
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