En anteriores oportunidades he sostenido que el servicio público de salud es como una vitrina donde se muestra la gestión, eficiente o no del Estado. Es en ese sector donde se evidencian con más dramatismo los efectos de la terrible crisis política, económica y social que atraviesa Venezuela como consecuencia tanto del acoso imperial como de la ya endémica ineficiencia del Estado.
Particularmente, en la gran mayoría de los hospitales públicos hay escasez de insumos médicos tales como medicinas, material médico-quirúrgico, ropa quirúrgica, equipos de alta tecnología y otros materiales esenciales, en lo que se destaca el pésimo servicio de alimentación adecuada a los pacientes, cuando existe la disponibilidad, además del deterioro de la infraestructura. Todo ello debido al irrisorio presupuesto asignado, pero tampoco supervisado eficientemente.
El problema de fondo está en las profundas contradicciones de una sociedad bloqueada por las medidas coercitivas imperiales, aunque también sumergida en un perverso salvajismo capitalista por la acción impune de los “mercaderes de la muerte”, que aún el estado no ha sido capaz de someter definitivamente.
Un salvajismo con todas sus secuelas de corrupción, mercantilismo, burocratismo, egoísmo, individualismo. La salud convertida en mercancía comercializada por mercaderes del dolor humano, más allá del innegable impacto contra el pueblo producido por las sanciones y las referidas abominables medidas coercitivas.
Ante esta situación, el venezolano da muestras de admirable valentía y heroísmo al confrontar las adversidades con entusiasmo y determinación a pesar de las dificultades, una actitud legada del Gigante Chávez, quien aún influencia en el ánimo del pueblo, a pesar de su ya lejana Siembra.
Las mayorías más vulnerables enfrentan sus enfermedades en casa con remedios naturales por los altísimos precios de los fármacos, con lo que esperan la milagrosa cura y los más pudientes compran sus propios insumos, recetados por lo medicos vía telemedicina, cuando están disponibles.
Eso prefieren, ante los obstáculos que tienen que sufrir para acceder y posteriormente permanecer en los centros de salud públicos o privados, a la espera que les presten el servicio, el derecho humano de la salud, rebuscando los insumos y medicinas de muy alto valor, aún contando con un precario seguro privado, y luego soportando el mal servicio en la atención de la enfermedad y la alimentación.
Ahora, ante el actual repunte de la Covid-19, la cual está ya cerca de hacerse insostenible, aumenta el Via Crucis que deben soportar los pacientes y sus familiares, ante la falta de una adecuada Articulación e Interrelación entre los actores responsables involucrados tanto de la salud privada como la pública Barrio Adentro, CDI’S y Hospitales, incluida la cúpula del alto gobierno, quienes no han asignado los recursos para crear un verdadero *Sistema de Salud Socialista y Revolucionario*, a pesar de los reiterados llamados del Presidente Maduro a sus “lideres” de la salud, mediante los cuales les exige un plan para lograr un “Servicio de Salud Sistémico”. Van dos cadenas que he oído lo mismo al respecto, sin resultado. A lo mejor a la tercera va la vencida. Pero... !!!
Quien le pone el cascabel al gato?
@pueblopatriota
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