Redacto esta opinión el 10 de julio 2021, en la revisión habitual de material informativo relacionado con la fecha topo con estas perlas internacionales. En 2009, concluyó el 10 de julio la Cumbre del G8, en L'Aquila, Italia, con el compromiso de donar 20 mil millones de dólares contra el hambre, y en 2012 el Eurogrupo concede a España el 10 de julio un primer desembolso de 30.000 millones de euros para sanear la banca. Doce y nueve años después respectivamente, Europa y el globo terráqueo viven peor por el derrape de gobiernos capitalistas ineficaces, que mantienen intacto y reiterativo su modelo demócrata representativo, en desprecio hacia las necesidades de la población desfavorecida, y se solidarizan con la banca explotadora mundial.
Han transcurrido 55 a 57 años, vale decir once lustros atrás y un poquito más, del momento que asistí a una película italiana irónico humorística, donde un purpurado, o Cardenal católico obligado a visitar un pequeño pueblo cercano donde se accidentó su lujoso automóvil, en compañía de su chofer y un ayudante van al pueblecito que estaba en huelga contra los abusos de empresarios de la fábrica que daba asistencia a la colectividad. En el local de la iglesia del pueblo estaban en reunión presidida por el sacerdote de izquierda que no disimulaba su simpatía por los pobres, el alcalde y los empresarios, al llegar el purpurado lo enteran del problema y le piden consejo...
Oídas las partes y sabedor que no podía comprometerse, el jerarca eclesiástico optó por decirles “hijos míos, vamos a cerrar los ojos todas y todos, rezaremos durante diez minutos sin parpadear, entonces la fe nos iluminará lo que debe hacerse”. Estaban los capitalistas, los obreros abusados y los fieles que pese al respeto por la iglesia habían votado por un alcalde comunista. El purpurado Cardenal aprovechó que todos estaban rezando con los ojos cerrados como les había ordenado, y huyó hacia su carro ya arreglado el desperfecto. La ironía culminaba con el religioso y sus ayudantes corriendo, y en italiano el anuncio del fin del filme.
Las constataciones diarias recientes de la comprobada decepción en cualquier parte por el accionar descompuesto del capitalismo feroz y criminal, hizo que unos días atrás en Venezuela al inundarse una estación del metro en Caracas, la oposición atolondrada culpabilizaba de las lluvias al gobierno socialista, aguados como siempre en argumentaciones políticas, a esas lumbreras les pregunto a quién van a responsabilizar porque este 8 de junio, los pasajeros del metro de Nueva York, padecieron efectos de las inundaciones tras una jornada de intensas lluvias, el agua alcanzó metro y medio en algunas estaciones y colapsó las vías superficiales.
“The Wall Street Journal” compartió un video en el que se ven pasajeros lidiando con las inundaciones dentro del subterráneo neoyorquino y la desinteligencia de un usuario que intento avanzar hacia el interior de la estación de la calle 157, optando por meter sus piernas dentro de una bolsa de plástico, finalmente hubo de desistir porque no podía caminar sin caerse. Torpezas similares a las del capitalismo venezolano y mundial en deprimente accionar contra Venezuela siglo XXI, medios prestigiosos que no preguntan por el destino de millones de dólares “para los pobres del mundo”, temerosos de herir al gran capital y sus intereses.
Cada vez que veo las barrabasadas politiqueras de quienes en la oposición hacen pactos con la delincuencia organizada y le dicen al mundo que Caracas está en manos de malandros porque a las bandas las armó el gobierno, se tropiezan con la habilidad del colectivo mayoritario nacional, que simplemente “no come coba ni porque la TV, las redes sociales opositoras sistemáticas contrarrevolucionarias, emisoras de radio y periódicos, prosigan acudiendo a la disimulocracia informativa, manteniendo irrefrenables deseos de acabar con la revolución socialista, a la que no logran vencer ni cuantitativa ni cualitativamente.
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