1, Conocí hace unos 10 años un magnífico libro que he leído y consultado varias veces porque analiza con mucha profundidad lo que ha sucedido en los principales países de América Latina: el libro "Espejismos de la izquierda en América Latina" escrito por mi favorito investigador y activista: James Petras, con la participación de Henry Veltmeyer. Conocí los primeros ensayos de Petras en mi pleno activismo de los años setenta; en esos mismos años conocí la obra de Chomsky y mucho más tarde la de Wallerstein; sin embargo –a pesar del enorme trabajo de estos dos últimos- ha sido Petras el que con sus libros, ensayos, artículos, activismo y asesorías a gobiernos de izquierda y sindicatos, al que más he seguido en los pasados 50 años.
2. Este libro de Petras -que todo analista sociopolítico debe estudiar- es una crítica fundamentada de los recientes gobiernos de América Latina: Argentina, Bolivia, Cuba, Venezuela y otros. De entrada le dice a la Izquierda: "En este contexto… lo que se necesita no son sueños o romances políticos, retratos idealistas de procesos políticos y de regímenes izquierdistas o centroizquierdistas que lleguen al poder, sino un análisis más científico, empírico de los procesos, y una evaluación más realista de su significado". Coincido plenamente con él cuando escribe: "La izquierda se contenta con las ilusiones de progreso, rehusándose a criticar a "los progresistas" con el temor de que esa crítica pueda inhibir el cambio en una dirección de izquierda o ayuden a la derecha, cuando es precisamente lo que se necesita".
3. Mi izquierdismo viene de 1959 apoyando a Cuba de Fidel, militando en el PCM (1962-66); después en el espartaquismo desde 1966, luego en el activismo desenfrenado estudiando, escuchando, debatiendo y conciliando con maoístas, trotskistas, en la lucha social, cuando los anarcos –con excepción de mis amigos los viejos exiliados españoles- eran casi inexistentes en México. Publicamos "Acción Proletaria" ( marxista-leninista), desde 1972 y cuatro años después la revista "Autogestión", con clara tendencia (libertaria, no leninista). En 1978 desapareció la organización, junto a nuestras publicaciones. Desde entonces me sentí liberado de todas las interpretaciones dogmáticas leninistas de partidos, continuando por convicción libertaria con la lucha social apoyando cualquier movimiento anticapitalista.
4. Petras, Chomsky, no discutimos con la derecha, con el imperialismo, porque representan el capitalismo contra el que luchamos para desaparecerlos; nos interesa analizar lo que hacen nuestros compañeros izquierdistas en el mundo para saber si están haciendo avanzar las grandes luchas de la población mayoritaria hacia su liberación o, por el contrario, están cometiendo errores o traiciones. No perdemos el tiempo repitiendo obviedades: que si los capitalistas o neoliberales son corruptos, ladrones y asesinos; eso lo sabemos y nos cansa escucharlo; lo importante es cómo acabamos con ellos junto a sus prácticas que llevan centenares de años. No basta con un gobierno de izquierda, de centroizquierda o, incluso, que se autollame "socialista". ¿Por qué carajos no han logrado el apoyo total de sus pueblos?
5. De entrada Petras dice: "Ninguno de los regímenes autodenominados "radicalizados" o de centroizquierda intentó implementar ningún cambio estructural de importancia, pese a haber ganada elecciones, en algunos casos con mayoría sustanciales, y pese a contar con el apoyo de los sindicatos, movimientos sociales y organizaciones indígenas. Con excepción de Venezuela ningún régimen de centroizquierda ni de centro anuló las privatizaciones realizadas en regímenes neoliberales previos; tampoco tomaron medidas la redistribuir la tierra o el ingreso, ni para reducir la desigualdad y la imposición de tributos regresivos". Esto va directamente (desde 2009 -año que se publicó el libro-) a los oídos de López Obrador.
6. En Bolivia y demás naciones de centroizquierda, continúa la gran propiedad en las mismas manos. "Más aún –escribe Petras- la tendencia dominante señala que se producirán mayores concentraciones de bienes, la prosperidad continúa y una creciente rentabilidad de las gigantescas empresas exportadoras de productos agromineros –casi siempre de titularidad extranjera-, la perpetuación de la estructura de clase y un incremento de las desigualdades socioeconómicas". Los intelectuales de la clase media, en particular los de izquierda, han sucumbido a la retórica del cambio social, a los actos simbólicos, a las identidades culturales y a la atracción fatal que ejerce la gran proximidad con los centros de poder. Consigan y lean el libro, y saquen sus reflexiones críticas. (15/VIII/21)
¿Estoy enviándole a puros fantasmas?
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