Finales de año y toda la mediática occidental, se carteliza en mensajes catastróficos que adjudican al nuevo año. Lo justifican porque –según dicen- así lo pronosticó Michel de Paredes Nôtre-Dame, usualmente latinizado como Nostradamus, médico y astrólogo francés. Su obra profética: Les Prophéties, fue publicada por primera vez en 1555 y desde entonces, se ha convertido en obra de consulta para todo aquel que quiera especular y engañar a incautos sobre el futuro con frases enigmáticas. Obra redactada en cuartetas, cargadas de metáforas, palabras griegas y latinas, empleadas de un modo muy particular por Nostradamus, de tal manera que sus intérpretes actuales hacen calzar sus supuestas palabras con eventos ya ocurridos, en un proceso definido por algunos autores como de «precognición retroactiva», por ejemplo: habrá un incendio en occidente, comenzará una guerra espantosa en oriente. Así, la mediática occidental anuncia para 2022, que ocurrirán cinco eventos «alarmantes», apocalípticos según algunos medios, siendo éstos: 1. La desaparición física de un miembro importante de la comunidad política internacional. 2. Dramáticos efectos del cambio climático: agresivos fenómenos naturales. Por supuesto, para nada mencionarán la palabra: HAARP (High Frequency Advanced Auroral Research Project), proyecto de la Fuerza Aérea de los EEUU. El cual, consiste en 180 antenas que funcionando -en conjunto- actúan como una sola antena que emite un billón de ondas de radio de alta frecuencia que penetran en la atmósfera inferior y actúan como un gran calentador ionosférico, el más potente del mundo. La evidencia científica reciente, sugiere que ha estado muy activo y que tiene la capacidad potencial de desencadenar inundaciones, sequías, huracanes y terremotos. HAARP, es un arma de destrucción masiva, que en manos de la más bárbara potencia que haya conocida la humanidad en toda su historia: los Estados Unidos de Norteamérica, es de preocupar el uso que pudieran estarle dando. La humanidad debe tomar conciencia sobre ello y el tema debe debatirse. 3. Hambre e inflación. 4. La caída de la Unión Europea, y 5to. Una ciudad será asediada. Apuestan -los dueños de los medios- que eso ocurra en Europa, ya sea un gran evento terrorista o la expansión del Covid-19. Al evaluar las predicciones de la mediática occidental, pareciera que más bien estuviéramos leyendo una lista de deseos -no cumplidos- del Complejo Industrial-Financiero-Mediático-Tecnológico y Militar de los EEUU. Un mundo dividido, en completo caos por los desastres climáticos, el terrorismo, las guerras, la hambruna y exigiéndole a los Estados Unidos, que vuelva a ser el «buen policía» que alguna vez fue, ante los malos del planeta que siempre serán Rusia, China, Irán, Siria, Venezuela, Cuba y Nicaragua, quienes no obedecen a sus mandamientos de sometimiento.
«La capacidad humana de formar conceptos, abstraer, imaginar y de elaborar proyectos, es decir, la capacidad de anticipar, está estrechamente vinculada a las condiciones de vida materiales y sociales. Incluso, los conceptos e ideas humanas más elementales, y ciertamente las más complejas, no son productos puros de la imaginación y del trabajo mental, totalmente independiente y ajeno a la producción material. Surgen, en última instancia, como procesado mental –a cargo del cerebro humano– de elementos de las experiencias de la vida material». Por lo tanto, son inseparables de la participación del individuo en la naturaleza y la sociedad, según nos sugiere, Ernest Mandel, en su magistral ponencia de 1978, en homenaje al filósofo marxista Ernst Bloch, titulada: «Hay que soñar: la anticipación y la esperanza como categorías del materialismo histórico». Las principales manifestaciones de esa anticipación, son el miedo y la esperanza. Ambas, explotadas al máximo por la mediática occidental, que mal utiliza la obra creativa de Michel de Paredes Nôtre-Dame, para propiciar miedo y desesperanza en la población. «Lo realmente posible [el futuro] comienza con la semilla que lleva dentro lo que viene», nos enseña Bloch, en su magistral obra: «El principio esperanza». «¡Hay que soñar! He escrito estas palabras y me he asustado. Me he imaginado sentado en el "Congreso de unificación" frente a los redactores y colaboradores de Rabócheie Dielo», escribía el joven revolucionario, Vladimir Lenin. Y proseguía: «Si el ser humano estuviese privado por completo de la capacidad de soñar así, si no pudiese adelantarse alguna que otra vez y contemplar con su imaginación el cuadro enteramente acabado de la obra que empieza a perfilarse por su mano, no podría figurarme de ningún modo qué móviles le obligarían a emprender y llevar a cabo vastas y penosas empresas en el terreno de las artes, de las ciencias y de la vida práctica» (¿Qué hacer?, V. Lenin). Bloch, reafirma que el original concepto de un tiempo pasado que reaparece como presente, no es una remembranza sino que demuestra la unidad de los distintos tiempos en el espacio único de la historia. Y así, como la realidad existe en un presente, ese presente implica un pasado y un futuro. Todo acontecimiento que ha tenido lugar, y la dirección de los procesos en curso –actualmente- fundamentan la determinación racional del futuro que está por ocurrir. 2021, ya realizó el boceto -en lienzo- de lo que será 2022. «Una araña realiza operaciones que se asemejan a las de un tejedor, y una abeja avergüenza a muchos arquitectos con la construcción de sus celdas. Pero lo que distingue al peor arquitecto de la mejor de las abejas es esto, que el arquitecto levanta su estructura en la imaginación antes de erigirla en la realidad. Al final de cada proceso de trabajo, obtenemos un resultado que ya existía al principio en la imaginación del obrero», nos enseña Karl Marx en su magistral obra: El Capital, (1867).
El DRAE, define la prospectiva como el «conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o de predecir el futuro en una determinada materia». El imperialismo, su Comunidad de Inteligencia, elabora informes quinquenales llamados «Global Trends». Dichos informes, se corresponden con un análisis prospectivo de diferentes aspectos relacionados con la sociedad, las políticas, relaciones entre Estados, el ambiente, la tecnología y el desarrollo humano, constituyéndose los mismos en la base de su orientación de política interior y exterior o de dominación global imperial. 2021, marcó el final de toda una época signada por el unilateralismo de los Estados Unidos de Norteamérica. Se ha abierto un nuevo ciclo para la humanidad, que estará marcado por el multilateralismo. Nuevos actores –a nivel planetario- cobrarán protagonismo en las decisiones que, como humanidad, tocará decidir sobre los grandes problemas que nos afectan como gran colectivo mundial. Eurasia, se está convirtiendo en el centro vital de la economía mundial. Las estimaciones de la consultora británica, Centre for Economics and Business Research (CEBR), pronostican que en 2022 el PIB mundial superará –por primera vez- los 100 billones de dólares. Hacen la salvedad, que «si la inflación persiste, [como está ocurriendo actualmente en los EEUU] será complicado que los países eviten que sus economías vuelvan a caer en recesión». De lo contrario, «el mundo deberá prepararse para una recesión en 2023 o 2024». Estima, la consultora británica, que China en 2030, se colocará como la economía número uno mundial, desplazando a los EEUU. Por su parte, India, recuperará la sexta posición superando a Francia en 2022, y después lo haría con Reino Unido en 2023, logrando el tercer lugar en 2031. Alemania, actual cuarta potencia económica mundial, superará a Japón en 2033 y Rusia, pasaría a ser una de las diez economías más potentes del mundo en 2036. Tal reseteo económico del tablero geopolítico mundial, pone fin a las previsiones de quien fuera el principal ideólogo de la política exterior imperialista de los EEUU, quien predijo: «La política americana... Debe favorecer las relaciones necesarias para una verdadera cooperación mundial de acuerdo con las tendencias a largo plazo y los intereses fundamentales de la humanidad. La aparición de un competidor en Eurasia, capaz de dominar el continente y de desafiar a América pondría en peligro estos objetivos» (BRZEZINSKI, Zbigniew. «El gran tablero de ajedrez», 1997). Estados Unidos, camina en contracorriente a dicha previsión Brzezinskiana; tal objetivo [cooperación mundial], no forma parte de sus intereses globales sino que, en su debacle, los Estados Unidos se plantean caotizar el mundo, propiciar guerras -que no podrá protagonizar sobre el terreno- pero, sí empujar para que se concreten (caso Ucrania). Lo apreciamos en días recientes, mientras Biden distraía la opinión pública internacional sobre una eventual agresión militar rusa contra Ucrania, la CIA actuaba en Kazajistán en procura de una «revolución de colores», que permita a la OTAN su expansión hacia el Este, hacia las fronteras rusas. Abortando, la creación y consolidación de la Unión Económica Euroasiática, que integra a Rusia, Kazajistán y Bielorrusia en una sola zona económica.
China por su parte, se ha convertido en ese competidor sobre el que alertaba Brzezinski, que está dando al traste con esa premisa de un poder global único, en que: «Sus "legiones" ocupan posiciones seguras en los extremos este y oeste del continente euroasiático, y controlan también el Golfo pérsico». ¡Deseos no empreñan! Tal como lo refería, el Ministro de Exteriores de la República Democrática China, Wang Yi, en una entrevista a la Agencia de Noticias Xinhua, el pasado 30 de diciembre: «Estamos convencidos de que mientras China y Rusia, como dos países importantes, estén juntos hombro con hombro y profundicen la coordinación de la mano, el orden internacional no caerá en el caos, la justicia en el mundo no colapsará y el hegemonismo no ganará». Afganistán, es la prueba fehaciente que la supremacía mundial de los EEUU está llegando a su fin, tanto, como la doctrina de guerra infinita puesta en marcha por Obama en la Estrategia de Seguridad Nacional de 2010. Tanto Trump como Biden, se hicieron partícipes de la lección aprendida por Barack Obama, que lo llevó a decir en 2017: «La idea de enviar a nuestras tropas cada vez que hay un problema no es inteligente. Simplemente no podemos hacerlo», y no se trata de hacer honor al Nobel de la Paz recibido, sino que éste aprendió las enseñanzas de la historia y en alguna oportunidad, ese mismo año, expresó a los medios: «casi todas las grandes potencias han sucumbido». ¡EEUU, no será la excepción!
Y así, como el mundo se está reseteando; América, como parte integral del sistema mundo, está también cambiando, virando a la izquierda con nuevos gobiernos signados por el progresismo, heredado de procesos de luchas de clases en contra del neoliberalismo y sus políticas de extrema desigualdad social. Honduras y Chile en 2021. Colombia y Brasil en 2022, terminarán de perfilar el rostro de una nueva América Latina y Caribeña, más independiente y soberana. Amiga de la Paz e integración de los pueblos. Más cercana a sus pueblos y sus necesidades de justicia social. Nada difícil prever, que la OEA tiene sus días contados, ante el resurgimiento de la CELAC y demás mecanismos de integración, creados en la etapa previa del progresismo. Nuevamente, la América tendrá voz propia, antes invisibilizados por las políticas de recolonización neoliberal de las Administraciones Trump y Biden. Las sanciones imperialistas y su política de bloqueo financiero-comercial, que ha caracterizado la política de los EEUU y Europa, verá reducido su radio de influencia en la propia América, aumentando los gobiernos y pueblos que se resistan a su aplicación. Lo que hace prever, que el bloqueo a la Cuba Revolucionaria tenga sus días contados ante su ineficiencia. En 2021, los pueblos de la América, tuvieron en Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela, los referentes de la dignidad antiimperialista, ejemplos de democracia en la concepción Lincolniana del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, la verdadera democracia. No pudo y no podrá el imperialismo, derribar esos robles que se han erigido como referentes en los pueblos de Bolívar y Chávez, Sandino y Daniel, Fidel y Raúl, Evo y Lucho.
En la Venezuela Bolivariana, la esperanza no ha hecho otra cosa sino crecer y crecer. La Nueva Asamblea Nacional, se ha erigido como el símbolo de la reinstitucionalización de la Nación. El país, está transitando una nueva hoja de ruta que señala el desmontaje de las políticas de «caos constructivo», implementado desde los Estados Unidos con sus agentes de la siniestra AN de 2015-2019. La corrupción, el deshonor, la prostitución y venta de sus conciencias a una potencia enemiga de la Patria, terminaron destruyendo lo poco o casi nada que quedaba de nacionalidad en esos supuestos venezolanos, que se anotaron en la aventura de la autoproclamación y usurpación de los poderes públicos nacionales. Con ellos, se fue Donald Trump, su protector y creador. Y tal camino, proseguirá su nuevo jefe: Joseph Biden. Tal como lo señalan, algunos estudios de opinión de finales de año, sobre la aprobación de su gestión que, a finales de noviembre, se ubicaba en tan solo un 36 por ciento y en baja. Las promesas, que alguna vez hiciera para ganar el apoyo popular contra Trump, han quedado olvidadas y puestas en el basurero de la historia, mientras ha reeditado y puesto en ejecución las mismas políticas autoritarias de Trump, repudiadas por el pueblo de los EEUU. Tanto Biden como el Partido Demócrata, han defraudado a las clases populares que les apoyaron contra Trump. En 2021, esa decepción ya se expresó en elecciones parciales y los republicanos fortalecieron su posición. En las elecciones previstas en 2022, es previsible la pérdida de la mayoría demócrata en el Parlamento y el Senado. ¿Trump, de vuelta en 2024? Todo es posible. Lo que debe obligar a las fuerzas patrióticas y revolucionarias de la América a concentrar sus esfuerzos de integración y unidad, para que si tal hipótesis se concretara, se minimice el daño que causaría la vuelta del fascismo al gobierno de los Estados Unidos. Por eso, Chávez sigue tan vigente: «O hacemos la una patria grande o no habrá patria para nadie en estas tierras, entendámoslo definitivamente…» (Hugo Chávez Frías, Intervención durante acto de instalación de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), 02/12/2011…
Caracas, 08-01-2021