Finalizado el carnaval 2022, las caretas siguen cayendo en el mundo político que programó aislar a Venezuela y nos segrega cercándonos con injustas sanciones, aplicadas desde factores mundiales del salvajismo que luce ante el orbe su peor actitud y aptitud, reiterado desengaño en el clima de venezolanofobia creada de manera falsaria por los USA, como nunca antes.
Lo inexplicable es que, quienes en los medios de comunicación apoyan ladrones de nuestro petróleo, incautándonos oro, cuentas bancarias internacionales y pertenencias venezolanas en el exterior, pisotean la libertad de expresión como si la humanidad fuese idiota. Lo evidencia la comunicación social bajo dominio del capitalismo que se escuda en desinformación y odio.
En Venezuela 2022 plasmó esa ignorancia sembrada, el artista Silvestre Dangond en aquel concierto internacional máscara musical a la invasión a Venezuela con material no precisamente humanitario, el cantante colombiano expresó que no nos visitaría hasta que fuese expulsado "el dictador Maduro". Ahora vino y actuó con plena bioseguridad durante nuestro antruejo.
En Latinoamérica las colectividades mayoritarias de Argentina, Perú, Honduras, Chile y Colombia, pese a tramoyas de gobernantes amargados y lacayos de los estadounidenses, han elegido figuras de izquierda para que ocupen la presidencia de la república, ha ocurrido mediante voto directo universal y secreto respondiendo la intención socialista universal siglo XXI.
Esa conjunción de siglas APEHOCHICO, une a: Alberto Fernández, Pedro Castillo, Xiomara Castro (esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya), Gabriel Boric jefe de estado socialista en Chile, el más joven presidente en funciones en el mundo con apenas 36 años de edad, y la certeza total de elegir en poquísimo tiempo en Colombia al Senador Gustavo Petro, socialista declarado.
Lo inconcebible es que, imbuidos en la ignara burbuja de la desinformación o la añagaza comunicacional, una porción considerable de votantes caiga en las fauces de la derecha esclava del sistema capitalista, perjudicándose sin entender que vamos saliendo de la oscuridad profetizada en su momento por Simón Bolívar y apuntalada por Hugo Chávez iniciando el siglo XXI.
