El tráfico aéreo en el aeropuerto de Maiquetía está trancado. ¡Tremendo trancón! como dicen los paisas del lado Oeste. Por su parte en tierra el corneteo es incesante en horas diurnas. "Pasá por encima, boludo". "Apártate, concha 'e tu suegra". Y en la noche el constante cambio de luces a nivel de las rampas hace sospechar al turista despalomado que está en presencia de los Relámpagos del Catatumbo.
Desde hace aproximadamente 8 años no se veía semejante movimiento para subir a la Casa Amarilla, en Caracas, con la llegada de tantos heraldos de los auto invitados a Miraflores. El protocolo terminará haciendo aguas si no se toman medidas extremas.
El Presidente Maduro ha comenzado a concitar, como el Ariel de Billos, adhesiones de parte de los gobiernos de la región y del resto del mundo. Todos los tratamientos que hasta ayer recibió han pasado ahora a la condición de "ex" como por acto de birlibirloque. Ex dictador. Ex autócrata. Ex narcopresidente. Ex usurpador. Ex etcéteras, ex etcéteras.
Parecen olvidados por los aparecidos los días del cese de la usurpación, elecciones libres y gobierno de transición. "Es que Venezuela tiene un déficit de democracia, ¿vistes?", decía Fernández, el presidente argentino apenas investido. "No nos queremos parecer a Venezuela" se estrenaba diciendo antielito nomás el ácido Bóric de Chile.
Por su parte, la OEA montaba comparsa con el Grupo da Grima y con los EEUU para dictar ultimátum, cuentas regresivas y "todas las cartas están sobre la mesa", mientras del otro lado del gran charco Borrell con toda la UE y Reino Unido dictaba a la dictadura medidas confiscatorias.
En las afueras del aeropuerto internacional de Maiquetía un largo autobús Leyland tipo acordeón los espera, donde son recibidos por un autobusero regordete, mostachón y jodedor que les dice "entren que caben 100, pero eso sí paguen con sencillo, aunque tenemos transferencia y pago móvil, yenes, rubros y bolívares; entren todos pago en mano que gratiñán se acabó , así vayan hasta ahí mismito. Entren que caben cien".
