Suelo ver programas matutinos de TV y observar con atención mensajes por lo general en campaña constante y formación de matriz de opinión contrarrevolucionaria. Uno de los conductores de programas en tiempo de horario preferente repito que en las mañanas habla de “los cauces de la democracia” para verter sus opiniones contra el socialismo de la revolución venezolana pacífica y dialogante. Llama la atención su insistencia en “volver a los cauces de la democracia” repeticiones que dan pie a esta “ácida”.
Argumentaciones no solo circunscritas al respaldo disimulócrata a opositores, así estos hagan barrabasadas no precisamente legales. No extraña en comunicadores tarifados desde el exterior, y otros decentemente ejecutando su experiencia en radio y televisión, que es el caso de este honesto colega, pero hace maromas por convencer y esgrime tesis absolutas respondiendo a la libertad de expresión y el derecho a opinar, aunque en muchísimos casos sus explicaciones no llenan a cabalidad un propósito, carentes de la “P” mayúscula en la Política, con politiquerías bien transmitidas hasta el cansancio, corriendo el riesgo a lo Joseph Goebbels.
Eso de “volver a los cauces de la democracia” ha sido por ejemplo reseñar con lujo de detalles la brutalidad de manifestantes opositores que quemaron propiedades públicas y privadas, encendieron ánimos perjudiciales en sectores diversos de toda la nación, asesinaron y dejaron heridos funcionarios policiales y militares, empleados del Metro Caracas y otras instituciones, culminando “hazañas” con la quema de mascotas vivas, calcinando motos con el motorizado acusado de chavista muerto al lado de su máquina, y quema de personas que pasaban cerca de enfebrecidos manifestantes, le prendieron fuego a más de un ciudadano presunto chavista, quemándolos vivos.
Están en momento cumbre de sus pretensiones, fueron o son militantes de la democracia representativa ad-copei, o piensan que van a perder su influencia y cuñas, estilo de vida durante quinquenios donde Presidentes de la República y sus colaboradores conmilitones, no pasaron de ser serviles a la orden de la bota militar extranjera, discriminante de los habitantes de habla hispana, francófona o anglo parlante al sur de sus fronteras, población a la que aterroriza Washington disimulada o abiertamente.
Con el conflicto ruso ucraniano, que cubre de notas estadounidenses la panorámica internacional, aplican la rusofobia preparada desde el 2014, y pitijalas de la comunicación social pierden el tiempo al creer que la colectividad es desavisada como antes del ascenso al poder en Nicaragua del Comandante Ortega, Lula en Brasil, los Kirchner en Argentina, el empresario de izquierda José Manuel Zelaya en Honduras, el Obispo Lugo en Paraguay, recientemente la hondureña Xiomara Castro y en primer lugar el fenómeno de la verdad antiimperialista, Hugo Rafael Chávez Frías.
Me quedo en forma con “los cauces de la democracia socialista”, realmente humanista, participativa, protagónica, respetuosa de derechos humanos, libertad de expresión, opinión y diálogo, por encima de redes sociales e influencers, negociantes apegados a la fama y el respaldo que puedan lograr de hegemónicos estadounidenses y europeos, los americanos fungiendo de gendarmes del mundo, y los europeos descubriendo que los vemos simplemente serviles a los dictados imperialistas de los USA.
