A propósito del Día Nacional del Periodista y en el marco del proceso que hoy vive nuestra patria es necesario refundar el gremio que nos agrupa, ponerlo en sintonía con la realidad para la defensa no sólo del salario, al pueblo al cual nos debemos, con la verdad como capital principal y con los preceptos que le dan vida a esta profesión.
Se trata de refundar a un gremio que fue baluarte en la lucha por la democracia que conlleva la libertad de expresión, entendida como norte fundamental para educar y concientizar a nuestro pueblo. En la lucha por la verdad actuó la Asociación Venezolana de Periodistas, que dejó su legado al Colegio Nacional de Periodistas, baluarte en defensa de las afiliadas y afilados, quienes fueron perseguidos y algunos encarcelados por la "democracia puntofijista", con juicios militares y amañados para acallar la verdad.
Guillermo García Ponce, Eleazar Díaz Rangel, Doris Francia, Fabricio Ojeda, entre muchos otros, sufrieron persecución, cárcel y muerte en defensa de la libertad. Y fue el primero de los mencionados quien propuso una "constituyente gremial" para refundar el CNP. Un gremio fuerte frente a patronos y para dar la batalla de ideas y contra los monopolios de la comunicación y la información.
Se trata que el gremio esté presente en la elaboración de la Línea Editorial e Informativa en los medios de comunicación, que no es una lucha novedosa para el CNP, que esa política sea debatida con las y los periodistas en asambleas de base, en todos los centros de trabajo, sin prejuicios.
El periodismo debe ser para que el pueblo esté educado, informado y concientizado de los principales problemas políticos, económicos y sociales que aquejan a la patria, las consecuencias que acarrean transitar de un país de capitalismo dependiente a un nuevo modelo, a una nueva sociedad socialista. Explicar al detalle del por qué el bloqueo comercial, económico y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos y seguido por gobiernos sumisos de la región y de la vieja Europa.
El gremio no debe y ni puede estar alejado de la situación social de las y los periodistas. Debe asumir la defensa integral de todas y todos. No basta con solicitar salarios dignos y acordes con el momento, sino que debe luchar por la inclusión en todos los programas sociales promovidos por el Estado.
En cuanto a las escuelas de Comunicación Social nuestro gremio no puede estar ausente. Se debe abrir un debate con estudiantes, profesores y académicos para revisar los programas de estudios, atrasados en el tiempo.
Por ahora, en tiempo de constituyente, estas son algunas ideas para el debate.
