Un retrato para un infame, Marco Polo Concenza

Las sociedades latinoamericanas tienden a ese fenómeno conocido como "Memoria de teflón" nada se le pega se separan con la misma facilidad que se acaba la coyuntura. Pero es que, aunque allá mandaderos estos mandaderos son tan malos, tan terribles, tan perverso como su jefe o su jefe, claro el lo hace bajo el pretexto de que las ordenes se cumplen y puede ser diputado, ministro, jefe de la ONAPRE o un paso mas allá. Anna Arendt habla y escribe acerca de la banalización del mal por parte de los burócratas y militares nazis. No espero que ninguno de los diputados del congresillo de Carabobo y es que los conozco a todos y cada uno, y estoy casi seguro de que la gran mayoría utiliza los libros impresos por el Estado (no creo que compren libros) y los libros impresos por el gobierno son para para apuntalar una mesa descompuesta.

Marco Polo Concenza, le calzaría como zapato hecho a la medida algún personaje descrito por la teórica, política y escritora alemana. Decretar el hambre, la miseria, el desamparo de miles y miles de hombres y mujeres y es que decretar desde los pináculos del poder y ni siquiera levantar una ceja, hablar con los miles que los protestaban era un acto que por lo menos le hubiera de algo de dignidad y de respeto a su existencia. Cuantos gritos, frases completas, escritos, documentos que le indicaban una salida honrada y honrosa, pero, siempre hay un, pero decidió atornillarse, escuchar a todo volumen VTV y a Mario Silva que ya no "silve" para mucho.

Por hay unos amigos del congreso de Carabobo me decían que era una carga muy pesada defender a Alex Saab, y si me desafía quien me lo dijo lo publicamos y veremos que la verdad no teme al "filo" de vuestras melladas hojillitas. Pero defendieron a la ONAPRE, defendieron a quienes condenan a los trabajadores a la inanición, Y es que viéndolo bien les falta muy poco para ser unos celebres banalizadores del mal. Los colectivos no son ni malos ni buenos, ellos son unos burócratas, también Fundalatin, también los esquiroles del teclado, etc. Para ellos todo lo terrible ocurrido parece ser un hecho "necesario" e inclusive pueden hablar de la calidad del esfuerzo llevado a cabo contra quien se atreva a expresar un pensamiento distinto en este caso los jubilados y los maestros. Pero vayamos a la fuente:

Para Arendt, Eichmann no era el «monstruo», el «pozo de maldad» que era considerado por la mayor parte de la prensa. Los actos de Eichmann no eran disculpables, ni él inocente, pero estos actos no fueron realizados porque Eichmann estuviese dotado de una inmensa capacidad para la crueldad, sino por ser un burócrata, un operario dentro de un sistema basado en los actos de exterminio.

Sobre este análisis Arendt acuñó la expresión «banalidad del mal» para expresar que algunos individuos actúan dentro de las reglas del sistema al que pertenecen sin reflexionar sobre sus actos. No se preocupan por las consecuencias de sus actos, solo por el cumplimiento de las órdenes. La tortura, la ejecución de seres humanos o la práctica de actos «malvados» no son considerados a partir de sus efectos o de su resultado final, con tal que las órdenes para ejecutarlos provengan de estamentos superiores. Hannah Arendt discurre sobre la complejidad de la condición humana y alerta de que es necesario estar siempre atento a lo que llamó la «banalidad del mal» y evitar que ocurra.

Hoy la frase es utilizada con un significado universal para describir el comportamiento de algunos personajes históricos que cometieron actos de extrema crueldad y sin ninguna compasión para con otros seres humanos, para los que no se han encontrado traumas o cualquier desvío de la personalidad que justificaran sus actos. En resumen: eran «personas normales», a pesar de los actos que cometieron.

Notas a pie de página: saliendo hogar en 1964 fue asesinado Humberto Méndez Figueredo, un agente de la DIGEPOL disparo de manera certera tres disparos, fue preso por asesinar a un joven abogado militante del MIR, pasaron años y la lucha armada tocaba sus estertores, y la familia del criminal la habían sacado de la casa donde vivieron muchos años. Estaban indefensos. Yo un niño de 11 años me alegre vanamente. Mi papá tenia un anexo que era un taller de neveras y nos mandó a desocuparlo, píntalo, repararlo ese local se volvió su casa y hay estuvieron hasta que les paso la mala racha. Mi pregunta meses después con rabia "¿papa y ellos mataron a tu amigo? mi papa no dijo nada y nos fuimos a la Romana a comer mangos en un árbol que estaba en la calle y mi viejo me respondió con su sapiencia habitual "el mundo Yuri será mejor cuando lo arboles de mango no tenga / La ONAPRE SE QUIZO APROPIAR HASTA DE LAS ESPERANZAS, PERO NO PUDIERON.



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Yuri Valecillo


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