Escribo esta opinión política por convicción católica personal, un día antes de la fecha cumpleaños de José Gregorio Hernández primer beato laico venezolano, quien nació el 26-10-1864 en Isnotú, Estado Trujillo. Ciento cincuenta y ocho años del nacimiento del venezolano bautizado en su ejercicio profesional, médico de los pobres. José Gregorio se gradúa de Dr. en Medicina en 1888 en Caracas y por solicitud del Hospital Vargas en 1889 el gobierno del presidente Juan Pablo Rojas Paúl, le envía a Europa a especializarse.
J G H solicitó ingresar como sacerdote a la congregación de La Cartuja en La Farineta, Italia, por su debilidad física desde que contrajo tuberculosis no logra su objetivo y regresa a Venezuela. Fundó las Cátedras de Histología Normal, Patología, Bacteriología y Fisiología Experimental. De su servicio médico cabe destacar el testimonio de una viejecita de La Pastora quien pasó a la historia en las anécdotas acertadas acerca de tan distinguido e inteligente personaje de la galénica venezolana.
La anciana contó que, "el Dr. Hernández no era un profesional de esos que le miran a uno y secamente le dicen que compre esto o aquello, era un amigo y su sonrisa invitaba a vivir y sanar". José Gregorio tenía consulta gratis a quienes no podían pagar y les proporcionaba los medios para comprar medicinas. Le oían decir sus discípulos "El trabajo es la forma no solo de ganar el pan cada día. Es también el modo de mantener las fuerzas ocupadas, evitar la ociosidad y hacer algo por nuestra patria".
Quien no cree en el culto establecido por la religión católica con todo respeto le recuerdo que hay plena libertad de cultos en nuestra Carta Magna, aprobada por el pueblo venezolano mediante consulta en el año 1999. No sé qué religión profesa, si es agnóstico, ateo o lo que desee ser el ciudadano Tareck William Saab, Fiscal General de la República a quien felicito por su lucha contra la corrupción, a pesar que los medios de agitación social lo relegan cada vez más, negándole cobertura cuantitativa a sus intervenciones públicas.
A Tareck que fue Defensor del Pueblo y desde hace varios años Fiscal General de la República, lo invitan menos a entrevistas que resultan muy polémicas a la oposición venezolana e internacional, por la claridad de conceptos del anzoatiguense descendiente de árabes. Me parece que José Gregorio Hernández estaría plenamente de acuerdo con la justicia impartida por Tareck, luchador por los derechos humanos y lo que ha venido poniendo en ejecución, e informa permanentemente pese a que lo minimicen desfachatadamente los medios de la derecha.
Un total de 555 personas imputadas por violaciones a los derechos humanos en Venezuela, cifras impensables en la vagabundocracia blanquiverde que quiere volver y nos desgobernó por 40 años de iniquidad y entrega. Las cifras fueron presentadas por el Fiscal el 14 de octubre 2022 en rueda de prensa poco comentada por la prensa opositora nacional y menos por la internacional, encuadradas en el propósito de derrocar al chavismo bolivariano.
Al hacer un desglose de la cifra presentada el Fiscal destacó que el Ministerio Público imputó a 533 funcionarios y 20 colaboradores, cifra que habla del esfuerzo y dedicación junto a órganos auxiliares de justicia, para castigar penalmente a los autores de tan lamentables hechos. Desde la llegada de Tareck William Saab a la Fiscalía se han imputado 1.460 colaboradores a partir de agosto de 2017, por cometer abusos y violaciones a los derechos humanos.
Durante el 2022 han sido acusados 398 funcionarios y 34 civiles colaboradores para un total de 432. Desde 2017 se han acusado 1.546 funcionarios y 81 civiles para un total de 1.627. Con respecto a privados de libertad, en 2022 detenidos 181 funcionarios y 8 civiles. Desde 2017 la cifra alcanza los 769 funcionarios y 39 civiles para un total de 808 y de ellos condenados por los tribunales 64 funcionarios más 19 civiles, algo que nunca ocurría en años anteriores a Tareck.
Me parece lógico imaginar que un hombre como José Gregorio Hernández, hoy estaría junto a quienes nos oponemos a que ocupen la patria extranjeros que nos imponen medidas coercitivas, nos bloquean y nos roban oro y alimentos, buques que nos traían insumos diversos asaltados en alta mar por oficiales marítimos de EE UU. El médico José Gregorio fue de los primeros en ponerse a la orden del gobierno de Cipriano Castro cuando naciones europeas nos bloquearon y atacaron a comienzos del siglo XX.
En aquel entonces desde puertos venezolanos vencimos a ingleses y alemanes, salieron además derrotados moralmente en sus pretensiones de cobrar una deuda inventada por quienes al presidente CASTRO por ser enemigo de EE UU lo atacaron diciéndole mono por ser aindiado y de baja estatura. Al abogado y jefe revolucionario no le perdonaban sus luchas nacionalistas. Procedente de su natal Estado Táchira líder de la Revolución Libertadora retó a la huella extranjera europea que osaba pisar nuestro territorio.
Más tarde CASTRO sería traicionado por su vicepresidente Juan Vicente Gómez que vendió la patria desde los inicios de la explotación petrolera, se hizo multimillonario y su recuerdo el de 27 años de dictadura oprobiosa al servicio gringo, presentado sin embargo como buen administrador, un cuento de los estadounidenses que vemos repetido en el siglo XXI con presidentes y presidentas costarricenses, panameños, colombianos, paraguayos, ecuatorianos y otros, prosternados a las órdenes de Washington.
J G H estaría muy lejos de un individuo que nos cataloga "enfermedad contagiosa en América". Sin necesidad de ser católico como José Gregorio, sobreentendido queda que un ser moralmente comprometido por su ejemplo de vida, no respalda a contrarrevolucionarios truhanes que han hecho a cierta oposición la más ruin que ha tenido la historia venezolana.
