Réquiem por un modelo educativo. (I)

Siendo honesto debo admitir de entrada que mi juicio sobre la Educación Bolivariana será parcializado, por tanto, quienes ideológicamente han adversado el modelo de educación bolivariana tendrán sobradas razones para descalificarme acusándome de imparcial y de asumir una postura política que, según ellos, me hace un "apólogo del régimen político actual".

Al llegar Hugo Chávez al gobierno en Venezuela (1998) se dio inicio a cambios drásticos en las políticas sociales que hasta entonces mantenían sumido en la exclusión y la pobreza a un porcentaje significativo de venezolanos, pero muy especialmente a los pertenecientes a los estratos socioeconómicos D y E, según la etiqueta de la Sociología de aquellos tiempos.

Fue necesario que el Estado, a pesar de haber sido conscientemente y de manera programada y sistemáticamente debilitado, como lo imponía el modelo neoliberal en boga en América Latina, comenzara a intervenir en favor de los intereses de la mayoría de excluidos que con Chávez comenzaron a convertirse en sujetos prioritarios de las políticas a instrumentar.

Así quedo claro que la educación era prioridad. Pero ya no la educación de elites y de minorías, quienes desde siempre la tuvieron garantizada. Se trataba de rescatar la educación pública y de instrumentar políticas que hicieran posible una educación inclusiva que respondiera a las necesidades de las mayorías. Así, como primer paso se crean por Decreto presidencial 500 "escuelas integrales" a las que se llamó Escuelas Bolivarianas.

Estas escuelas estuvieron ubicadas en las regiones y territorios donde los índices de desnutrición y deficiencias alimentarias de la población eran mas elevados, en Caracas apenas se ubicaron 7 de estas escuelas.

Estas escuelas en el programa que se diseñó planteaban que las instituciones educativas, además de ofrecer la educación convencional a sus niños y niñas les ofrecería alimentación en una jornada ininterrumpida de 8 horas diarias, además de actividades recreativas, deportivas y culturales, en su jornada integral. El personal de estas instituciones, dado que vería incrementado su jornada laboral así como las exigencias de las actividades a cumplir, seria compensado con un "bono" especial equivalente al 60% del salario que devengaban hasta entonces.

Decir que el comienzo de las Escuelas Bolivarianas fue sencillo y no enfrento tropiezos y contradicciones es desmentir la realidad. Fue un proceso de avances y de retrocesos permanentes y quienes lo vivimos, desde distintas esferas, somos testigos de las adversidades que debieron sortearse y superarse, entre ellas la de los inclementes e injustificados ataques de los sectores de la "derecha educativa" que estigmatizaban y descalificaban a las Escuelas Bolivarianas, siendo una constante que las señalaran de ser centros de adoctrinamiento político.

Así en ese discurrir de la confrontación política con los sectores abiertamente opuestos a las políticas de Chávez, la educación y especialmente la propuesta educativa que desde el Ministerio de Educación se intentaba construir, no recibió sino sistemáticos ataques que durante estos primeros años complejizaron la implementación de la propuesta de Escuelas Bolivarianas.

Superados los escollos políticos que enfrento Chávez y su gobierno en los primeros años, las Escuelas Bolivarianas comenzaron a cobrar forma y pasaron a consolidarse como una propuesta favorable a los intereses de las mayorías y el modelo que se inició en educación primaria comenzó a extenderse al resto de niveles de la educación, (media y universitaria) y así comienza a configurarse el Sistema Educativo Bolivariano.

La consolidación política de Chávez en el poder, a partir del año 2006 y el manejo de ingentes recursos que se generaban por ingreso petrolero y que con Chávez comenzaron a ser "redistribuidos" a través de distintas y diversas políticas sociales, entre estas y como prioritaria la educativa, permitió que el modelo de Educación Bolivariana fuera beneficiario directo de ese reparto y redistribución de riqueza. No fueron pocos los premios y los reconocimientos internacionales que se recibieron por el modelo de Educación Bolivariana que se gestó y funcionaba en Venezuela. Basta buscar un poco para confirmar la veracidad de estas afirmaciones.

Así llegamos al año 2007 y aunque en la práctica funcionaba plenamente el Sistema de Educación Bolivariana se intentó consolidar los cambios curriculares que lo fundamentarían, pero quizás como resultado del fracaso político de la Reforma Constitucional, que fue uno de los primeros reveses políticos electorales de la revolución política de Chávez, el proceso de transformación curricular dirigido a instaurar el sistema bolivariano se vio truncado.

En los hechos se continuo llevando a cabo, pero sus enemigos político ideológicos entendieron que la Educación Bolivariana tenia "plomo en el ala" y aunque ya debilitados no dejaron de seguir satanizándola y lanzando ataques contra una propuesta educativa incluyente, orientada al rescate de lo público y siempre enfrentada a los intereses económicos y particulares de quienes tuvieron en la educación pública un gran negocio que generaba grandes dividendos a los particulares y escasos beneficios a las mayorías.

Pero nada de esto impidió que Chávez siguiera empeñado en cambiar la realidad y propone el Proyecto Canaima Educativo (2008) que tiene como objetivo dotar a todos los niños y niñas y jóvenes de liceos de computadoras portátiles, totalmente gratuitas, que tendrían programas educativos especialmente diseñados en el enfoque de la educación bolivariana. En esta experiencia las escuelas y liceos bolivarianos ocuparon un papel destacado, dotando a todos sus niños y niñas, y estudiantes de los equipos, inicialmente dicho equipos se importaron, pero en el mediano plazo se acordó ensamblarlos en el país y con ello avanzar también en la independencia tecnológica que suponía el acceso de tecnologías a la educación pública.

El programa avanzo de manera lenta, pero se mantuvo en el tiempo y en ese devenir entre estas políticas dirigidas a brindar el mayor acceso a educación y garantizar los derechos educativos se planteó la necesidad de diseñar y editar los libros que los niños y niñas demandarían en su educación, no sin que esto supusiera resistencias activas de quienes defendían el negocio de las editoriales privadas que anualmente facturaban cuantiosos recursos ofreciendo textos escolares prefabricados y que respondían al modelo educativo foráneo que la Educación Bolivariana pretendía suplantar.

En este contexto se crea la Colección Bicentenario, un programa a través del cual se diseñan e imprimen los libros de textos que los niños y niñas utilizaran en su educación, estos libros se comienzan a editar y a distribuir en todo el territorio nacional de manera absolutamente gratuita. A medida que va transcurriendo el tiempo se van abarcando todos lo niveles del sistema educativo.

Superados esos escollos iniciales, quedo claro que era posible diseñar y editar libros más adaptados a nuestra propia realidad y enmarcados en la Educación Bolivariana, aunque la campaña de satanización llevo a algunos, en los tiempos de guarimbas, al exceso de hacer piras con libros de la Colección Bicentenario.

Pero en este relato no podemos dejar de lado un hito que, a nuestro entender, da un giro definitivo a esta historia, la partida física de Hugo Chávez en marzo de 2013. Si bien la educación pública fue consentida y privilegiada en los años de gobierno de Hugo Chávez, la realidad de lo que ha ocurrido en este campo desde la ausencia de Chávez al día de hoy, indican que lo educativo paso a un plano secundario.

Desde los tiempos de la Consulta por la Calidad Educativa (2014), impulsada por el Ministerio de Educación, se evidencio una desvalorización injustificable de la Educación Bolivariana y una supuesta búsqueda de "calidad" en la educación más cercana a los enfoques tecnocráticos foráneos ya superados. Desde entonces comenzamos a ver a muchos de los acérrimos críticos de la educación bolivariana elogiando lo que desde el Ministerio de Educación se pretendía hacer.

Pero el peor daño fue llegando con el paso del tiempo y es consecuencia directa del proceso paulatino de desinversión que comenzó a ocurrir y que se agudizo con las medidas coercitivas y unilaterales que desde 2014 se impusieron a PDVSA.

Muchas de las instituciones dejaron de recibir los insumos correspondientes para garantizar el Programa Alimentario Escolar (PAE) por lo que vieron reducida su jornada, debilitado el programa educativo Y así comenzó un proceso lento pero sostenido de deterioro de las condiciones materiales de la infraestructura física que si en tiempos pasados anualmente recibían sus respectivas reparaciones y mejoras comenzaron a ser desatendidas, hasta llegar al año 2018 cuando se impuso una política salarial que le resto beneficios a los trabajadores públicos en general, pero que impactó gravemente a quienes se desempeñaban en el sector de la educación.

En 2020 al ocurrir la Pandemia ya la educación pública además de padecer los males de la desinversión, dado que el Estado dejo de contar con los recursos suficientes, el Estado debe asumir los retos de la educación virtual, para la que ninguna institución ni ninguna sociedad estaban preparadas.

Continuara…

 



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Carlos Luna Arvelo


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