Crítica ácida

Insoportables obsesos sincérense y revísense

Las tácticas de comunicadores sociales opositores a ultranza, mintiendo en sus repeticiones argumentativas, a las que tienen perfecto derecho en esta total libertad de pensamiento y expresión que vive el país, permiten con absoluta libertad y democracia juzgar la revolución bolivariana y los ejemplos son múltiples, al reiterarse el lenguaje y actitudes de los opositores disociados. Un lector de muchos años y amistad comunicativa consecuente, nos refiere la desesperación contrarrevolucionaria, describiéndola brevemente en el siguiente comentario recibido vía internet.

"Deberías ver lo que el canal oligarca privado llamado TELEVEN hace durante la transmisión exclusiva del mundial de fútbol a través de nuestro espectro radio eléctrico. Durante el partido Irán / EEUU decían no poder evitar el tema político por considerar al país persa violador de los DDHH. Estos señores en su visión proeurocentrista/gringa resultan gentecilla sumisa al jardín del país hegemónico, ¿qué te parece?". Agrega el amigo lector que se une a mis cometarios sobre TELEVENGAÑOS, VENENOVISION y GLOBOTERROR o cuando he mencionado a la Conferencia Episcopal Venezolana CEV, motejándola por sus siglas Comunidad Engañosa Venenosa C E V.

El comentario proviene de quien reside en Guárico y trabajó largos años en Aragua, desde hace varios años es viudo y su posición social nunca ha sufrido problemas económicos, procede de una familia zuliana con dinero, dedicado a preservar su actividad laboral de muchos años, convencido que la revolución venezolana es lo más parecido a una justicia social destinada a los más necesitados. Armando, amigo de hace más de tres décadas y media, tiene completa razón y no necesito preguntarle si pertenece o no a alguno de los integrantes del Polo Patriótico, conozco su pensamiento que es en esencia el de un orgulloso venezolano cabal.

En estas maromas verbales opositoras coincidiendo con el mundial de fútbol Qatar, el primer ministro canadiense de apellido Trudeau, quien llegó a dicho cargo en esa nación sirviente de gringolandia más por lo que fue su padre cuando dirigió la política canadiense en el siglo pasado, que por las acciones siglo XXI de este bueno para nada, lacayo de Washington quien provocó un desagradable incidente diplomático.

El Primer Ministro de China asombrado de la traición del pérfido canadiense, le hizo un comentario lapidario en plena cara al tal Trudeau. Los dos habían hablado en privado y lo que le expresó el dirigente chino fue sapeado por el canadiense a sus amos de Washington, ofendido el jefe de Estado chino manifestó que la traición del canadiense era impensable en la diplomacia. El cobarde Trudeau regañado por sapo, posteriormente ha hecho comentarios intentando justificarse, lo que aprovechan otros maromeros verbales lisonjeros de La Casa Blanca.

Episodios como el que narro, una vez más dan oportunidad de observar a quienes en Latinoamérica en particular y en el universo en general, pueden presentarle al mundo a esa clase de traidores a sí mismos y a sus respectivas patrias, sujetos que no levantan cabeza a medida que el conglomerado mundial los va conociendo. En Venezuela esperamos regrese un súper sinvergüenza sapo como lo es y será Julio Borges, o el guariqueño Antonio Ledezma anotado en la idea de ser presidente de Venezuela, Antonio que apunta sin pudor su apoyo a ladrones nacionales e internacionales, o el que se hace llamar "capitán de equipo", el ultra derrotado Capriles Ratonsky hoy unido a quienes piden dinero al estado venezolano, para anotarse en cuanta cita comicial se anuncie.

Los obsesos que no se revisan para no encontrarse avergonzados por sus traiciones, al sincerarse ante DIOS como quiera que lo conciban no deben dormir tranquilos, la conciencia encendida de saberse del lado equivocado de su historia personal, les escuece, a ellos cabe solicitarles abandonar su comportamiento de muy escasa altura moral, muy cerca de la delincuencia política organizada en Venezuela o en cualquier país. Es satisfactorio decirles revísense, sincérense, atrévanse y ni caerán al precipicio frente a hijos, esposa, familiares, vecinos y compañeros de labores.



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Luis Sánchez Ibarra


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