A cuatro días de los primeros dos meses de iniciado el "conflicto laboral" de los docentes de educación primaria y media, no son pocas las reflexiones a las que estos meses de conflicto nos invita.
En la "cuarta república", que por estos días las fechas de 4F y 27F nos obligaron a rememorarla, especialmente en las décadas de los 80 y los 90, los paros, protestas, huelgas y conflictos de maestros fueron recurrentes y comunes. Por mucho que algunos se empeñan hoy en idealizar aquellos tiempos, basta indagar con un mínimo de honestidad para corroborar que si bien la educación pública en Venezuela tuvo un pasado glorioso, a principios de la llamada "democracia puntofijista", fue la educación pública uno de los termómetros que permitió medir el fracaso del modelo de sociedad que a finales de los 90 se estaba sepultando.
Así tenemos que la reflexión obligada hoy es, como después de 24 años de chavismo, este conflicto laboral de maestros en el 2023 nos vuelve a retrotraer a los tiempos difíciles que vivió el gremio docente en la cuarta república. Y es que más difícil no pudo ser aquella época para quienes ejercieron la profesión docente.
Si bien la situación de los maestros se venía haciendo cada día más crítica en Venezuela, especialmente desde 2018, es a principios del 2023 cuando estalla definitivamente el conflicto y el gremio, sin respaldo de los sindicatos que legalmente los representa, oficializa el conflicto laboral con el patrono.
En julio 2022, el patrono jugo a desconocer derechos laborales (pago de bono vacacional y recreacional de los trabajadores del MPPE), pero la inesperada movilización general de los afectados exigiendo la restitución de sus derechos obligo al patrono a reconocer el pago y a realizarlo como correspondía; no obstante ello, a pesar de llevar a cabo discusión de la Contratación Colectiva con los representantes sindicales, en diciembre 2022 en componenda con dichos sindicatos, paralizaron la firma de dicho Contrato Colectivo.
Es importante recordar que en el año 2018 en el marco del Programa de Crecimiento, Recuperación y Prosperidad Económica el Ministerio del Trabajo impuso el Memorando- Circular N° 2792 (11-10-2018), que vulnero derechos laborales históricos relacionados con los Contratos Colectivos de los trabajadores. Este Memorando-Circular justifico el impago de las "primas" a los docentes por parte del patrono, lo que genero una deuda con los trabajadores que al día de hoy no han sido oficialmente reconocida por el patrono.
Al día de hoy basta citar lo que respecto a la situación de los docentes expresa el docente investigador Bonilla-Molina Luis, quien en "el panorama se aclara", refiriéndose al drama salarial plantea
"Desde el punto de vista del trabajo este es uno de los peores momentos en las últimas cinco décadas en la historia del magisterio venezolano. Con un salario mínimo mensual por debajo de los siete (7) dólares, con escalas salariales para los y las trabajadoras de la educación que oscilan entre 50 dólares mensuales (Docente de aula VI con 53,33 horas docentes semanales) y 20 dólares mensuales (Docente I recién ingresado) y la canasta básica familiar alrededor de 500 dólares mensuales (sin tomar en cuenta medicamentos, pagos de servicios y transporte) y que de manera integral puede llegar a los 800 dólares mensuales, los y las docentes están viviendo un drama laboral y de vida en sobrevivencia. Para poder subsistir han tenido que disminuir la calidad de su alimentación mientras se ven forzados a hacer cualquier cosa en sus horas libres para obtener recursos adicionales".
Si bien la dramática situación laboral de los docentes no es única ni exclusiva, este conflicto laboral de los maestros y trabajadores de la educación, a poco de cumplir dos meses, está marcando un antes y un después en la historia del magisterio venezolano.
Después de más de dos décadas continuas de paz laboral con el patrono, el gremio mas numeroso de trabajadores sindicalizados en el país y el cual lleva ya casi 10 años soportando una terrible crisis, hoy esta en las calles demandando con firmeza que el patrono cumpla con sus obligaciones contractuales. Este conflicto afecta directamente a un poco más de 1.000.000 de trabajadores (incluyendo a los jubilados) y a sus familiares inmediatos.
Es hora de que el patrono asuma sus responsabilidades laborales con los maestros y maestras, sus reclamos y demandas son justos y a medida que pasan los días se justifica menos que un país que muestra cifras favorables de "crecimiento económico", se niegue a compensar salarialmente a sus maestros con remuneraciones que les permitan vivir con dignidad.
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