¿Gasolina, etanol o energía libre?



¿GASOLINA, ETANOL, O ENERGÍA LIBRE?

LUIS E. RANGEL M.

Tal vez usted esté leyendo este escrito en un ambiente que posee acondicionador de aire; quizás esté disfrutando de un café producido por una cafetera eléctrica, mientras espera que en una plancha –también eléctrica– se caliente el desayuno; es posible que su lectura le haya sido interrumpida por una llamada telefónica. A las comodidades de esta vida moderna –totalmente dependiente de la electricidad– han contribuido miles de hombres, entre los que destacan unas decenas de genios; de los cuales sobresale Nicolás Tesla.

Nacido en Croacia en 1856, emigró a los Estados Unidos en 1884; es el creador de la forma de electricidad conocida como “corriente alterna”, utilizada para generar, transmitir y distribuir la energía eléctrica que se consume en nuestros hogares, comercios y fábricas; con la cual le ganó la “batalla técnica” a Tomás Alva Edison, quien trató de imponer la corriente continua –la usada en las baterías– para los mismos usos.

Tesla creo un dispositivo denominado Receptor de Energía Espacial, para captar la energía eléctrica de la tierra, con el cual probó que con una “central generadora” pequeña, podría utilizar la “energía libre” y suministrarla a todo el planeta, sin necesidad de utilizar transmisores alámbricos. Cuando el capitalista que lo financiaba se dio cuenta que el extraordinario invento hacía peligrar los negocios de las empresas generadoras, transmisoras y distribuidoras de energía eléctrica, le retiró el apoyo.

Tesla fue declarado “mentalmente inestable”; le fue retirado todo el financiamiento para desarrollar sus proyectos en beneficio de la humanidad; la torre transmisora de energía fue dinamitada; pero, el gobierno de los Estados Unidos tuvo el cuidado de guardarse para sí algunos de sus inventos más “peligrosos”, como el dispositivo que permitía que un automóvil funcionara con “energía libre”. Con ello se aseguraron del desarrollo de los motores de combustión interna que consumían grandes cantidades de combustible procedente del petróleo, en el cual sus empresas habían realizado grandes inversiones.

La humanidad parece amenazada por el doble peligro de consumir en corto tiempo un recurso natural no renovable y morir a consecuencia del envenenamiento del ambiente, producto del abuso en el consumo. Como si ello no fuera suficiente, ahora una región del planeta acelera su extinción a consecuencia de que a “los genios del norte” no se les ocurrió otra “brillante idea” que utilizar un alimento básico para producir un nuevo combustible, con lo cual sólo buscan la doble manipulación. ¿Por qué no trataron de obtener un combustible derivado del trigo? ¡Porque con lo primero acentuaban nuestra dependencia de ese alimento y, por ende, de ellos!

¿Qué no existe otra solución? ¡Mentira! ¡Existen muchas! La primera es concientizarnos de que el planeta es un ser vivo –del cual nosotros somos sus células– que muere por intoxicación; por lo cual hay que detener el consumo irracional que lo envenena cada día más. Por otra parte, un estado socialista se inicia con el cambio de los patrones de consumo; mientras ello se alcanza, se deben mejorar los sistemas de producción que permitan satisfacer las necesidades básicas, introduciendo nuevas formas de generación de energía eléctrica que disminuyan los costos y cubran la demanda.

En Venezuela, ya se han construido generadores de energía libre y se han puesto a la orden del gobierno, ¿por qué no se han tomado en cuenta, mientras se utilizan las energías alternativas tradicionales, las cuales nos hacen más dependientes de quienes nos han sometido siempre? Si nos equivocamos, podríamos degenerar hacia un socialismo capitalista que nos encadenará más fuertemente a aquello de lo cual pretendemos liberarnos.

luiserangel@hotmail.com


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Luis E. Rangel M.


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