El régimen del populista social demócrata Rómulo Betancourt amiguísimo de y apoyado por el izquierdista moderado Jóvito Villalba además del social cristiano Rafael Caldera, político conservador quien trabajó para Pérez Jiménez como Procurador del dictador militar un dictador amado de Washington autor de suspensiones de libros donde se daba cuenta de arbitrariedades durante los estados de excepción aprobados por el castrense dictadorzuelo, utilizado por Gringolandia y luego históricamente apresado, mostrándolo con uniforme anaranjado de presidiario fotografiado y filmado haciendo ver las acciones una seguridad democrática mundial pro estadounidense.
El dictador venezolano con sus llamados esbirros de la Seguridad Nacional, actuaron hasta que un 23 de enero el de 1958 el bravo pueblo lo expulsó con manifestaciones multitudinarias. Durante años no valió Comisión Interamericana de la OEA ni nadie de los disfrazados gringos de la presunta "democracia perfecta", desgraciaron a las familias venezolanas porque P J era mandatario y militar respaldado por Washington comunicándole a las demás naciones que, en Venezuela se hacía frente a pandillas y había paz social y seguridad personal. Los políticos eran catalogados confundiéndolos en la hegemonía gringa disimulada, hasta que no pudo más y lo sustituyó por vasallos mejorados firmantes del Pacto de Punto Fijo.
Con la dictadura militar de Pérez Jiménez y pese a sus monumentales obras destacando la Ciudad Universitaria en Caracas, autopistas, estadios, comedores populares y el dicho luego copiado por el triunvirato demócrata representativo, con aquella conseja atemorizante de "las paredes tienen oídos", apresaban a cualquiera justificándose con lo de "tranquilidad y progreso". Los ojos de la censura se posaron principalmente en no permitir ni conversaciones libres y represión sobre gente que, protestaba contando historias como la de vendedores ambulantes, dependientes de tiendas, ayudantes de barberos, choferes de transporte público, etc., hoy desaparecidos en El Salvador luego de ser detenidos y vinculándolos sin pruebas con los hampones enviados a colonias móviles donde unían a los malhechores con los políticos adversarios. Los adecos y copeyanos hicieron lo mismo y peor que los perezjimenistas, betancuristas y calderistas bajo las presidencias de electos habladores de gamelote y ensangrentadores, igual como ahora en El Salvador del tal Bukele, los de Pérez Jiménez y los de Betancourt, Leoni, Caldera y Luis Herrera, suspendían las garantías de pensamiento, basándose en la Constitución de 1961.
Nada de diferencia entre la dictadura militar de derecha y los períodos bajo democracia representativa pitigringa, inútiles las denuncias de torturas y desapariciones, censura de prensa abierta o disimulócrata como política de estado. Diez años del militar Pérez Jiménez y cuatro décadas de civiles en la presidencia aceptando la captura de personas arbitrariamente, sin respeto alguno por los derechos humanos ni justicia a denuncias por detenciones a sindicalistas, pescadores, agricultores, quienes pacíficamente cuestionaban a la policía, o arrestos de ciudadanos por estar en protestas exigiendo pagos de sueldos atrasados, dinero del cual se apropiaban personeros o agrupaciones afectas a los presidentes de turno.
Sindicalistas arrestados por protestar y en honor a la verdad una adaptación que, hago a la extensa denuncia actual realizada este julio 2023 por el peligroso populista derechista salvadoreño, en realidad dictador electo pro gringo Nayib Bukele, a quien los gringos protegen a fin de evitar que los sigan repudiando los pueblos por mentirosos y adulantes de lacayos a su servicio, exaltan al impresentable Bukele al servicio del anticomunismo visceral que, pierde en la mayoría de Latinoamérica y el Caribe, naciones, pueblos, ciudadanas y ciudadanos quienes voltean su mirada a la Venezuela revolucionaria, bolivariana de elecciones y defensas solidarias ante el mundo, denunciando a los dictadores imperialistas que, se hacen llamar norteamericanos hegemónicos, agentes oficiales del mundo.
Los gringos imponen su sociedad podrida por las drogas y las armas, amenazas y guerras, en años recientes perdidos por su ámbito decadente, norteamericano, engañosos y traidores siempre traidores justos y de buena intención nunca.
En las cárceles salvadoreñas como sucedió en las venezolanas disimulócratas socialdemócratas y socialcristianas con organización de masacres a los detenidos o fallecidos por falta de atención médica. Violaciones para reforzar un inmenso complejo antidemocrático de presunta seguridad ciudadana, detienen autobuses y bajan a quienes consideren sospechosos, procedimiento para capturas sin investigación y menos dictadas por jueces, operativos policiales con nivel de arbitrariedad. Poder Legislativo controlado y juicios colectivos sin asistencia de abogados defensores, todo con anuencia de EE UU porque hacen que, los abogados tengan menos oportunidad de demostrar la defensa de su cliente.
El salvadoreño Bukele nos vende la hegemonía inmoral gringa, sin poder derrotar a Venezuela, Cuba, Nicaragua, Honduras, Colombia, Brasil, México y pueblos caribeños que han exigido, hombres y mujeres socialistas antimperialistas, izquierdistas dedicados a defender el mundo sin la arbitrariedad de la falsa democracia bipartidista gringa, desprestigiada en el mundo como nunca antes en unión de pueblos y gobernantes.