Al día siguiente de anunciar el Presidente Maduro Moros los acuerdos en Barbados entre la oposición y representantes oficiales para el diálogo y la paz política del país, los rostros de moderadores obsecuentes con las posiciones gringas, eran carátulas, interpretada la palabra como máscara, intentando ocultar sentimientos internos de asombro, disgusto, incomprensión, decepción y frustración opositora, equivalente a admitir haber sido vencidos en sus argumentos, falsarios tantas veces repetidos en contra de la revolución socialista venezolana.

En los canales de TV por cable con sede en Venezuela y los de numerosos países, es latente ver a los moderadores entrevistando adversarios muy fuertes desde hace años contra la revolución bolivariana socialista, para disminuir el efecto triunfo producido por los anuncios del Jefe de Estado Nicolás Maduro sobre relaciones Venezuela-EEUU, invitan profusamente opositores muy resentidos con el diálogo sugerido por Venezuela hace años a los EEUU, pueblo acosado por un desconcierto económico y moral a la vista del mundo actual, necesitados del petróleo venezolano, gas y otros hidrocarburos, tradicionalmente provistos por Venezuela a la ingrata nación norteña de gobiernos irascibles, clasistas y racistas.

A causa de gobiernos estadounidenses engañadores y dominadores a placer, durante mucho tiempo se dedicaron a imponer contra Venezuela sanciones unilaterales. A fin de cuentas, nuestra posición es la correcta y expuesta al mundo, explicada en beneficio de la paz en esta nación admirable y admirada, derrotamos a quienes propalaban argumentos coaccionantes. Nos preparamos para marchas en defensa de EL ESEQUIBO, manifestamos también a favor de Palestina nación asediada desde 1947 por Israel con la ayuda de Gran Bretaña, EEUU y aliados comerciales mundiales, irrespetando la tierra natal de nuestro Señor Jesucristo.

Deben desaparecer todas las medidas coercitivas, es el lema de ahora en adelante luego de reconocer la ONU en cuanto a derechos humanos, al gobierno representado por un funcionario del Presidente Maduro en Ginebra, Suiza, declarando las Naciones Unidas que, una determinada nación no puede someter a otras imponiendo las armas, pues el resultado o los actos bélicos arrasan con niños, mujeres y hombres de toda edad, además de los combatientes. La dinámica triste de un mundo en guerra aun cuando muy lejos de nuestra patria, no nos hace indiferentes, establecemos posiciones razonadas, diplomáticas, expuestas con sinceridad en todos los foros mundiales, favorecemos la paz, somos ejemplo de tierra valiente y recuerdo permanente del antiimperialismo evocando a nuestro Libertador y Liberador de Naciones Simón Bolívar, uno de los líderes políticos con mayor admiración en la única nave espacial a la cual tantas veces hizo referencia el analista uruguayo-venezolano hoy retirado, Walter Martínez.

Partiendo de 1999 hemos tenido dos presidentes en Venezuela y aguantar los desmanes de cinco jefes de estado gringos, atacándonos por todos los flancos: Clinton, Bush jr., Obama, Trump y Biden. En nuestra patria con períodos de seis años primero el Comandante Chávez electo desde l998 y reelecto constitucionalmente, asesinado en 2013 y eso ya nadie duda, le sucedió primero temporalmente su Canciller Nicolás Maduro, luego electo con votos y arteramente satanizado por los gringos y sus acomplejados vasallos.

El título de nuestra ácida Venezuela 2 EEUU 5 y ganamos, es precisamente porque estos adalides de la desgracia mundial los estadounidenses Jefes de Estado no han podido ni podrán, no derrocaron a Chávez, tampoco a Maduro, seguirán vencidos por el pueblo empoderado y en socialismo. La Venezuela triunfante establece mediante nuestra Carta Magna una argumentación que, después de tantas barrabasadas impulsadas por La Casa Blanca en Washington y sus conmilitones van entendiendo, ella es "dentro de la Constitución todo, fuera de nuestra Carta Magna nada", somos libres, independientes y soberanos, invitamos al mundo a observarnos in situ, no hay temor, más bien excesiva democracia, diplomacia y habilidad ¡Viva Venezuela!