El triunfo geopolítico del gobierno con el Referéndum Consultivo del 3D sobre la disputa territorial con Guayana por el Esequibo es indudable, independientemente del desarrollo de los acontecimientos posteriores. La mayor prueba de ello es que el soberbio Presidente de Guyana Irfaan Ali se ha visto obligado a sentarse a dialogar.
Independientemente de que en los hechos todo siga pareciendo igual que antes del 3D, es premonitorio que se hayan abierto los canales de negociación y dialogo para resolver la disputa territorial que durante casi 200 años mantiene Venezuela por este territorio. Mas allá de las declaraciones de Irfaan Ali y sus pretensiones, es claro que el escenario ha cambiado.
Nadie debe pretender que esta diferencia territorial se resuelva de otra manera distinta a la de la negociación entre naciones, anteponiendo la justicia y el derecho internacional, ante las pretensiones imperiales de sembrar conflictos y guerras entre países, para lograr los fines imperiales en que han fundado su hegemonía en Occidente.
Otra cosa es que el gobierno no sea capaz de administrar el apoyo y contundente respaldo popular por la defensa del Esequibo, que como hemos dicho antes es un tema que como venezolanos debe "unirnos", más que separarnos.
Bien interesante y efectiva fue la campaña por la defensa del Esequibo que en pocas semanas fue capaz de implementar el gobierno para lograr los magníficos resultados del 3D. Ahora parece obligatorio consolidar propuestas menos "cortoplacistas", más pensadas y vista en plazos de tiempo menos inmediatos, dirigidas a mantener una política por la defensa de los derechos territoriales de Venezuela sobre el territorio Esequibo.
Quizás la euforia de los resultados del 3D dejaron la sensación a muchos en que basta con cedular a los habitantes del Esequibo y declarar un nuevo Estado en este territorio para recuperar lo que nos pertenece, pero la terca realidad nos sigue demostrando, a medida que pase el tiempo, que no basta con decretar desde Miraflores y designar autoridades si no existe un control real sobre este extenso territorio.
Oímos también a algunos vociferar con una ligereza escalofriante sobre imponer nuestros derechos soberanos con el uso de los Sukois en el Esequibo, incluso haciendo paralelismos con el gobierno de Pérez Jiménez (el cual, según versiones poco difundidas, termino cayendo por su disposición de enfrentar hasta en términos militares a los ingleses que entonces mantenían bajo su dominio la Guyana). Nada mas lejos de lo posible y de lo real.
La mentalidad y el accionar cortoplacista de algunos, incluyendo hasta a quienes nos dirigen, puede impedir un discernimiento con claridad sobre un tema más que complejo, como lo es la reclamación de nuestros derechos sobre el Esequibo. Si tenemos casi 200 años con este problema, es poco creíble que en meses se resolverá.
Algunos cuestionan que el Presidente Nicolas Maduro, no este ejecutando las acciones respectivas para recuperar parte de nuestro territorio, según la voluntad popular expresada en el Referéndum del 3D. Olvidan que no existe una varita mágica para revertir una historia de casi 200 años y que el rescate del territorio correspondiente a Guyana Esequiba solo se lograra con el paso del tiempo, con políticas sostenidas y orientadas a este fin supremo.
Mientras tanto hay políticas, como la salarial, que deben ser objeto de revisión profunda y concienzuda para responder a las demandas de las mayorías. De lo contrario, mas allá del 2024, y de los resultados electorales, se pondrá en riesgo la paz social y la estabilidad que podrá terminar relegando el interés de la gente por El Esequibo.
